— ¡Camile!-. Era un hecho, Camile había desaparecido de mi vista, he revisado baños, todas las malditas habitaciones existentes, hasta revisé debajo de las camas y nada, había venido con ella a la dichosa fiesta que los ñoños e inexpertos de primer año de la universidad estaban organizando por su "iniciación", crédulos. Visualicé a Dakota Jonhson, más conocida como campana, todo el campus sabía que Dakie sabía todo de todos, muchos decían que los de la DEA e Interpol solucionarían sus problemas si ella les contara toda la información que esa cabeza suya posee y almacena para luego, utilizarla en tu contra, claro, en el campus todos querían ser amigos de campana.
— ¡Dakota!-. Obviamente esta chica estaba y casi podía jurar que caería de ebria, pero eso no le impedía proporcionarme lo que yo necesitaba es más, sería más fácil manipularla...o eso creí. Me acerqué con cautela, rogando que hubiera visto a Camile, no podía ir a casa sin ella. Aunque no lo crean, yo si era la hermana responsable de la relación.
— Jessica Brown-. Dice de una forma burlona chasqueando su lengua, esa era su forma de intimidarte.— Vaya que sorpresa ver a la sorprendente Jessica Brown pisando una fiesta, y cabe decir que no has elegido la mejor, chica-. Ella cursaba su cuarto y último año en cambio yo iba por el segundo, viendo cada vez más lejos mi título universitario.
— También es un gusto, pero ¿no has visto a Camile?, sé que tú y ella son amigas y no la encuentro-. Sonaba tremendamente desesperada e angustiada y lo estaba. Era su primer año en este lugar de locos, todavía era muy inocente e idiota para andar sola por estos lugares por más inofensivos que parezca. Había alguien que siempre lo corrompía todo. Dakota puso una cara de preocupación y se puso a pensar, analizando, recordando si la había visto por este pasillo, inundado de hormonas. De pronto pareció recordarlo.
—¡Lo recuerdo! oh rayos Jessie, Camile me ha dicho que se ha ido a casa, se sentía muy mal y la pila de su teléfono estaba muerto, me dijo que te avisara, rayos-. Pronunció exasperada. — Lo olvidé, lo siento Jessie-. Se giró y continuó bailando. Indignada, así me sentía en este preciso momento, la busqué hasta en el mismísimo hogar de satán, irrumpí en las cochinadas de otros, solo para que me digan que la tonta de mi hermana se había ido ¡sin mí!
Decidí terminar con mi miseria y me dispuse a ir al lugar de donde nunca tuve que haber salido, mi apartamento, recogí mi bolso y camine hacia la entrada. Ya afuera no me sentía tan aturdida, le marqué al uber y esperé, golpes y gemidos de dolor se escuchaban a media cuadra de mí, era un clásico de las fiestas como estas, había muchos bandos y se escabullían en el propio campus haciéndose pasar por meros estudiantes, cualquier chica sensata y en sus cabales evitaría esa clase de personas y situaciones, y eso mismo estaba haciendo yo ¿acaso esperan que vaya a salvar al pobre chico que parecía estar siendo brutalmente golpeado? Pues amigos siento decepcionarlo pero no cuento con la fuerza ni con la gran valentía de hacerme la heroína ¿que podría hacer yo en esos casos? Seamos realistas lo mínimo que me harían esos delincuentes es golpearme hasta quedar desangrada y gradualmente después morir tirada, allí, como un perro.
Apreciaba mi vida y no me consternaba ese hecho, no me consternaba anteponer mi bienestar antes que las de los demás, era egoísta y no me daba ni una pizca de vergüenza admitirlo, porque si somos sinceros, todos somos egoístas, solo que la sociedad siempre nos está observando y decidimos aparentar que somos solidarios buenas e humildes personas para quedar bien frente a hipócritas como nosotros, eso lo aprendí tan bien que decidí simplemente dejar de ocultarlo y que me acepten o que vean lo mierda y tremendamente egoísta que puedo ser y así lo hicieron.
Uno, dos, tres disparos se escucharon, todo en mí paró, una cosa era ser molido a golpes y otra muy diferente era asesinar. Ahora mismo sentía que me orinaba encima, rogándoles a Dios, San Pedro, San Juan y María a que el maldito uber llegara. Sé que debería quedarme aquí parada o entrar a la fiesta de nuevo para pedir ayuda, pero desgraciadamente mis pies no obedecieron ninguna de esas opciones, de echo estaba yendo al lugar de los hechos. Todo decía que me detuviera que acabaría muerta, pero en estos momentos me sentía culpable y que si no hacía nada sería peor y estaría formando parte de este vil asesinato de vaya a saber quién. Justo antes de doblar y ¨enfrentarlos¨ escuché sus risas, y una voz potente y agria.
— Gabe, limpia toda esta mierda, Anne Jenkins me espera-. No, no, no, no, innumerables ¨no¨ se repetían en mi cabeza, ¿se acuerdan que les dije que había alguien que lo corrompía todo?, bueno jamás pasó por mitonta cabeza que ahora mismo estaría respirando y presenciado algo tan desalmado y sanguinario, Asher Reed, estaba parado justo frente a mí, con un arma calibre 38 en la mano derecha, toda mi anatomía temblaba, el infierno venia por mí, moriría virgen, y ¡Jesús y todos los del maldito cielo lo sabrían!
Toda mi valentía se fue por donde vino y yo también, con absoluto silencio y sin despegar la viste hacia el frente, retrocedí.
Cuando por fin sentí que no moriría virgen oí de nuevo pisadas y risas hacia mi dirección, ¡maldita sea!, piensa Jessica, piensa. Entonces decidí algo que jamás pensé que haría, hacerme la loca y pasar por ebria alcoholizada de nacimiento, en teoría mi plan no era descabellado, pensarían que no vi, ni escuché nada y si lo hubiera hecho «cosa que hice», asumirían que lo olvidaría al despertar, en la práctica, estaba caminando a mi asesinato.
Puse el plan en marcha. Empecé a reírme y a caminar desaliñadamente, temblaba hasta mi conciencia. Y entonces todo pasó.
Asher Reed ni volteo su rostro hacia mí, es más saco las manos de sus bolsillos, quitando un paquete de cigarrillos, cogió uno y lo puso en su boca, bien, mi plan había funcionado, esperé y no giré en ningún momento, para así no levantar sospechas, esperé a que las risas cesaran. Luego de unos minutos decidida a voltear y volver a casa con mi virginidad intacta. Un humo espeso golpeó mi nuca, marlboro. Sentí mis piernas flaquear, se me olvido como respirar.
—Te atrapé pequeña zorra-. Nota mental, en mi próxima vida, perder mi virginidad antes de morir.
Hola <3
Bueno, espero que le den una oportunidad a esta nueva historia, voten y comenten, me ayudarían muchísimo :)
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Asher✔
Teen Fiction«La maldad de sus acciones no se comparan ni de por asomo al infierno de sus palabras.» - No tienes alma Asher-. dije cansada de todo esto, mis lágrimas, todas, él se las había llevado. - En el infierno, créeme que no la necesitas-. Y hizo presencia...