-Y esta es el salón al que debes entrar ahora, biología
-Susan, gracias, en serio. Me cambie a muchas escuelas diferentes, pero siempre las recorría yo solo. Nadie nunca me hizo un recorrido o algo parecido, muchas gracias. -le digo sonriendo. Estaba por darle la mano pero tal vez se vería raro de alguna forma.
Luego de unos segundos de silencio, decidí darme la vuelta para entrar al salón. Pero antes que eso ocurriera, Susan se abalanzó sobre mi y me dio un abrazo.
-No hay de que, Steven. -dice y luego se aleja de mi. Su abrazo me dejo un aroma a.. manzana. Muy agradable. -Si necesitas ayuda o te pierdes de nuevo, ya sabes donde encontrarme -me guiña un ojo y luego se da la vuelta y empieza a caminar hasta mezclarse en el numeroso grupo de estudiantes.
Cuando su cabellera dorada desapareció por completo me di la vuelta y camine hasta entrar al salón. Es bastante grande. Las paredes están decoradas con fotografías de animales, plantas, células, y más cosas que tienen que ver con biología.
Soy el primero en la clase, pero aún así no se dónde sentarme, ya que son mesas para dos personas, y no quisiera sentarme y que alguien llegue a sacarme de ahí porque es el lugar de su pareja. Ya lo he vivido, y no es muy agradable. Opte por sentarme en la mesa que se encuentra al final, en la esquina.
Poco a poco los estudiantes fueron llegando, y sólo algunos se detenían a mirarme por un instante y me dedicaban una sonrisa a modo de saludo. Todos se veían agradables, y normales. Todo estaba normal.
Hasta qué ella entro.
Parecía un ángel. No. Era un ángel. Uno de cabello castaño y ondulado, una nariz respingada y labios rosados. Usaba un vestido que dejaba ver las curvas de su figura y sus largas y semi-bronceadas piernas. Llevaba unas gafas de sol cuando entro. Una chica se le acercó para saludarla, y ella le mostró una perfecta sonrisa de dientes blancos y se sacó las gafas, dejando ver sus grandes ojos verdes.
Normalmente no me dejo llevar mucho por las apariencias. Soy más de esos que se atraen por la personalidad y esas cosas. Lo se, suena algo cursi, pero en mi defensa, muchas personas que aparentan ser buenas terminaron metiéndome de cabeza en algunos basureros.
No se sí está ver haré una excepción con ella. No podría decir que me enamore con solo verla. No creo en esas cosas, de todas formas; pero su belleza me cegó como nunca antes.
Note que me miraba. Me miraba y luego se reía con sus amigas. Tal vez tenía algo en la cara. Simplemente agaché la cabeza.
Cuando me volví a sentir observado levanté la cabeza y la vi acercándose hacia mi.
Si quieren saber como respirar, no soy la persona indicada para responderles ahora.
-Hola nuevo -dijo sonriéndome y guiñando me un ojo- ¡Vaya! -dijo mirándome de arriba a abajo- Eres más lindo de cerca -se sentó a mi lado. Dios. -¿Cómo te llamas?
-St.. Steven
-Lindo nombre -dice mientras se enrosca el cabello en un dedo.
-Buenos días alumnos -Dice el profesor entrando al aula. Todos se acomodan en sus asientos, y el ángel se levantó de la silla y empezó a caminar hacia el frente. Antes de eso, se dio la vuelta y me sonrió.
-Por cierto, mi nombre es Elizabeth. -me guiña un ojo y se da la vuelta para sentarse en un pupitre de adelante.
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Este es el penúltimo capítulo en el que Steven narra. Narrara varias veces durante la novela, pero la que más lo hará será Elizabeth desde ahora.
Ojalá les gusté :)
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Love is never enough.
Teen FictionConoce la historia de Steven y Elizabeth. Tu podrías decir que el amor es suficiente para ser feliz, pero ellos no piensan lo mismo; para ellos, el amor no es suficiente.