Ya nada es como antes

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Luego de que los dejaran volver a sus casas, Jacob fue a visitar a su madre, la cual estaba destruida.

-¿Que le paso a papa?- preguntó con un nudo en la garganta.

-No quiso quedarse en la fila, y comenzó a discutir con uno de los militares, ese hombre... No parecía humano, no dudo ni un segundo en dispararle a tu padre.

-No puedo creer esto, ¿que crees que este pasando?.

-No lo se, pero sera mejor obedecer, no tengo ganas de morir todavía.

-Dudo que esto lo hayan acordado entre las potencias mundiales. ¡Es inhumano!.

-Yo creo que todo esto lo han hecho a la fuerza, ademas, ¿te diste cuenta que ninguna figura política ha dicho siquiera una palabra?.

-¡Es verdad!, con todo lo que ha pasado no pude percatarme de eso.

-Bueno hijo, sera mejor que te vayas, en 15 minutos arranca tu clase.

-Esta bien mamá, esta noche vengo y cenamos juntos, ¿quieres?

-Si, me hace falta algo de compañía, y Rufus esta algo raro, ¿sera por que le hace falta tu padre?.

-No lo se mamá, debo irme, se me hace tarde, ¡cuidate!

Rufus era el gato de la madre de Jacob, era mas viejo que cualquiera. Suelen vivir entre los dos y los dieciséis años, ¿pero Rufus? ¡Rufus estaba a punto de cumplir sus veintiuno!, Margaret lo había encontrado solo, dentro de una bolsa blanca de nylon, parecía recién nacido, ya que no había abierto sus ojos todavía, pobre pequeño. Lo llevo a la casa dos dias despues de que diera a luz a su unico hijo, crecieron juntos, son como hermanos. A veces, Jacob se pregunta si ese gato llegara a vivir tanto como el, una idea tonta, pero Rufus tiene veinte años y se ve como uno de ocho, ¿quien sabe?.

De camino a la universidad, Jacob vio a una persona siendo castigada públicamente por dos militares. Quiso intervenir, pero uno de estos le dio una descarga eléctrica... Despertó en su apartamento, eran las diez de la noche, se levanto de golpe porque debía estar en la casa de su madre para cenar hacia una hora. Lo primero que hizo fue llamarla.

-¿Mama?.

-¡Si!, hijo, ¿esta todo bien?, te llame varias veces pero no respondiste.

-Si mamá, esta todo bien, ¿estas en casa?¿aún puedo ir?

-Si, Jacob, ven y me cuentas que haz estado haciendo que no contestabas el teléfono, ya comenzaba a preocuparme.

-Bueno mamá, enseguida voy.

Jacob debía entender que ya nada seria como antes, que tenia que seguir las reglas o de lo contrario habría severas consecuencias.

Una vez que llego a la casa de su madre, la puerta estaba entreabierta...

-¿Mamá?- dijo Jacob con un tono algo temeroso mientras se abría paso por la entrada.

Cuando ingreso a la casa se encontró con una escena horrible, habían destruido la casa, pero lo mas importante es que no sabia donde estaba su madre, solo una carta arriba de la mesa del comedor que decía:

"Te la devolveremos si dejas de entrometerte en asuntos que no te corresponden".

Jacob tenia un sabor amargo en su boca reseca, un sentimiento de ira, furstración e impotencia. Luego de eso, se fue de la casa con Rufus en manos.

Se mantuvo tranquilo durante varios meses, a pesar de ver todos los días castigos injustos aplicados por los soldados, hasta que el veintitres de Abril de ese mismo año, alguien llamo a su puerta... ¡Era su madre! ¡al fin había regresado!, Jacob nunca se había sentido tan feliz en su vida...

-¡Mamá! ¡Al fin volviste! ¿¡Donde haz estado!? ¿Te encuentras bien?, vamos, entra.

La madre paso sin decir siquiera una palabra, lo primero que hizo fue agarrar una hoja y escribirle:

-Nos vigilan, no digas nada al respecto y haz como que sigues hablando conmigo.

-Vamos mamá, sientate, te he extrañado mucho, ¿quieres algo de comer?.-Dijo Jacob mientras asentía con la cabeza en respuesta a su pedido.

-Me llevaron a una especie de bunker militar a las afueras de la ciudad, donde me tuvieron encerrada estos últimos meses, pusieron un micrófono en el marco de mis anteojos, ellos creen que no lo se, así que no lo menciones.

-¿Quieres agua?, te noto algo sedienta, si necesitas darte una ducha, ya sabes donde esta el baño, solo ve.

-Finalmente, luego de pasar tres meses ahí dentro, me pusieron una bolsa en la cabeza, pensé que era mi fin, pero me subieron a una camioneta y me dejaron en la puerta de tu edificio.

-Mira mamá, aquí esta Rufus, ¿lo extrañaste?.

-Voy a sacarme los anteojos y tirarlos por el balcón, haz como que me caigo.

-Ven por aquí, cuidado con el escalón... ¡Oh no! mamá, ¿Te encuentras bien?, mira tus anteojos, ¡quedaron destruidos!

-Listo hijo, ya podemos hablar claramente, te contare todo...

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⏰ Last updated: May 21, 2019 ⏰

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