OLIVIA ▶ Tom Holland

13 | R E A L L I F E

Olivia suspiro frustrada al ver los mensajes de Ross. Se supone que el ya no volviera a hablarle o que ella ya no tendría nada que ver con el.

Lo suyo termino meses atrás y como le había dicho a Tom, lo había superado. O al menos eso creía.

No podía negar que aún quería a Ross, muy en el fondo lo sabia. Pasaron meses juntos donde todo era perfecto y creía que duraría mucho tiempo más. Nunca espero que las cosas terminaran como lo hicieron. Ni siquiera era amiga de Ross, ya no podía verlo ni como un conocido. Y le dolía, no como al principio, pero aún así dolía.

Cuando menos se dio cuenta tenía mensajes de Tom indicando que en cualquier momento llegaría a su casa para visitarla como había prometido tiempo atrás. Estuvo a punto de declinar la oferta pues no se sentía con el humor para verlo.

Necesitaba un consejo. Necesitaba hablar con Nick o con Allison.

Se debatió durante unos segundos a quien llamar, Nick estaba algo ocupado y probablemente la regañaría por haber desbloqueado a Lynch. Allison por otro lado podría llegar a regañarla pero comprendería la situación. No era que su mellizo no lo hiciera pero ahora necesitaba consejo femenino.

— Hola, Oliv. — saludó alegremente la castaña del otro lado de la línea.

— Hey, Alli. — intentó demostrar alegría fallando en el intento.

— ¿Ocurre algo? No suenas alegre para saber que cierto británico te visitará en cualquier momento.

— Quizás pasó algo. — suspiró.

— Soy toda oídos, cariño.

— Cuando nos reunimos hace dos días me llego un mensaje. — comenzó — De Ross. — cerró los ojos esperando la reacción de su mejor amiga.

— ¿¡QUE TÚ QUE!? — alejó el celular de su oído un poco haciendo una mueca de desagrado por tan repentino grito.

— Me escribió. Quería que lo dejara explicar lo qué pasó hace tiempo.

— Dime que no lo dejaste. No se lo merece. Han pasado ¡meses!

— Lo se, eso mismo le dije.

— ¿Cómo te sientes al respecto? Se cuanto te afecta.

— Estoy bien, creo. No creí que tendría que volver a hablar con el nunca más, pero...

— ¿Pero...?

— Siento que nunca hubo un cierre como tal entre nosotros. Solo nos gritamos y yo me fui, no lo dejé explicarse.

— Detente ahora mismo, jovencita. — reclamó — Te prohíbo que te sientas culpable de lo qué pasó. Nada fue tu culpa, nada. — resaltó — Nadie lo forzó a acostarse con Laura, esto es culpa de ellos dos.

— No lo creo del todo. — mordió su labio reteniendo las lágrimas al recordar lo sucedido.

— Liv, se que aún duele. Pero no puedes dejar que eso te defina o que defina tus relaciones en el futuro.

— ¿Qué relaciones? — cuestionó confundida. Allison sonrió complacida al ver cómo la conversación cambió de rumbo.

— La que estás desarrollando con el lindo británico que está por llegar a tu departamento.

— No estoy desarrollando ninguna relación con el, salvo la de amigos. — titubeó al final.

— Ese titubeó me confirma lo contrario. — río — Olivia, se nota de aquí a China que le gustas y tú no te quedas muy atrás con eso, linda.

— Yo n-No le gustó. — afirmó — Ni el a mi.

— Sigue diciéndotelo hasta que te lo creas.

— Allison. — advirtió.

— De acuerdo, no dire nada más acerca de Tomliv pero asegúrate de cuándo lo mires a los ojos pienses en lo que de verdad sientes estando junto a él. — antes de que pudiera replicar, la mayor continuo hablando — Mejor aún. Cuando te despidas de él, avísame si no sentiste nada. Pero me refiero a nada nada en realidad. Si no recibo un mensaje antes de media noche sabré que tengo razón.

— Odio cuando te pones toda filosofa. — admitió la menor — Espera el mensaje, te aseguro que llegará.

— Lo dudo, Oli. Ahora suerte en tu cita.

— No es una cita.

— Lo es. Ahora disfruta de ella. — colgó la llamada justo en el momento en que tocaron la puerta del departamento.

Se dirigió a esta y la abrió encontrándose cara a cara con el británico. Los ojos del muchacho brillaron al ver a la chica.

— Hola, Livvy. — se acercó a abrazarla siendo correspondido al instante.

Sin darse cuenta, Olivia suspiro al ser estrechada por los brazos del mayor. Sintiéndose en casa, como si el castaño fuera el lugar donde ella siempre quisiera pertenecer. Como si el fuera lo que necesitaba en su vida.

En ese momento Ross Lynch dejo de estar en sus pensamientos.

— Hola, Tom. — sonrió con su cabeza en el hombro del mayor.

Esa tarde qué pasó con el mayor de los Holland se dio cuenta de algo, ella lo miraba con un brillo en los ojos, el mismo con el que Thomas la miraba.

Se dio cuenta de que en realidad si estaba sintiendo algo más que una amistad por el amigo de su hermano.

Esa noche, Allison nunca recibió ningún mensaje por parte de su mejor amiga como le había asegurado que sucedería.

— No que no. — sonrió Allison en cuanto el reloj marcó las 12:01 a.m y su bandeja de mensajes estaba vacía.