I. PRELIMINARES

29 1 0
                                    

I. PRELIMINARES

Ella era una de esas chicas de las que nadie se da cuenta, de esas invisibles. Él en cambio, era distinto, pero todos le reconocían. Su nombre, su cara, su cuerpo...

Aquí fue cuando aquella chica feliz, con la que todos podían contar ejercía de pañuelo de lágrimas, como de costumbre, de una de esas otra chicas. Esas que se preocupan de como quitarse de encima a unos u otros, de esas que sonríen porque de verdad son felices, no solo por aparentar. Es aquí donde comienza esa estúpida historia que hizo que perdiera la cabeza por él.

Puede que mis problemas no fuesen importantes o quizá sí pero nunca los he tomado como tal, es por eso que todo mi tiempo lo imparto en escuchar los problemas del resto y sobre todo a intentar resolverlos. Y es por todo esto que ella, América, siempre me utilizaba de paño de lágrimas. Cuando se me acercó aquel día solo podía pensar en sobre quién sería la fascinante historia de amor que me contaría esta vez para luego preguntarme mi punto de vista, que le diese consejo y luego hacer lo contrario. Es lógico ahora que lo pienso, que iba a saber una chica como yo sobre el amor, sus dilemas y sobre todo, sobre cómo solucionarlos.

Ese día te tocaba ser a ti el protagonista del cotilleo que, como siempre decía, no debía salir de allí. Ibais a quedar, todo increíble, estaba emocionada. Hacía tiempo que no la veía así de entusiasmada por nada. Me contó como os conocisteis, como con tus encantos la "enamoraste" aunque como más tarde me daría cuenta, simplemente sería pasajero y el amor de verdad no se pasa tan fácilmente. Entre cada una de sus palabras yo te iba imaginando poco a poco como un príncipe de cuento Disney de esos que nunca se enamorarían de las campesinas que, solo si te fijas, a parecen en el decorado del cuento. A medida que ella me contaba más y más cosas sobre ti yo iba olvidando mi desastroso "pasado".

Al fin el tan ansiado día llegó. Lo recuerdo como si fuese ayer mismo. Día miércoles, patrón de nuestra ciudad. Ese día yo tenía pensado volver a mi antiguo colegio con una de las que más tarde sería una simple conocida para mí pero que para aquel entonces lo era todo. Justo antes de salir por la puerta, América me escribió diciendo que ya había vuelto de vuestra "cita", yo en ese momento estaba más que emocionada por ella, si soy sincera. Abrí a toda prisa ek mensaje de Instagram donde ella me contaba que todo había ido genial pero que, como ya suponía había pasado algo más que simplemente besarse el uno al otro. Me decía que tú, en un principio sin su consentimiento, la habías quitado el jersey y la camiseta y seguidamente hiciste lo propio con la tuya. Ella me narraba, con poco detalle lo que más tarde resultó ser el desencadenante de todo. Tenía sentimientos encontrados en ese momento pero como siempre, los dejé a un lado para encargarme de lo realmente importante, América.

Los días pasaron y vuestra tórrida aventura pasó a segundo plano hasta que llegó Nacho. Ese chico por el que tan enamorada había estado América durante dos años sin él tener conocimiento. Un día salió a la luz que, él quería tener algo con ella y América eufórica, me lo contó. Tenía un plan, dejarte para poder estar con él. Todo ocurriría ese mismo viernes.

Te llamó sobre las 7 de la tarde, tú no contestaste asique ella te escribió: Tenemos que hablar. Tu respuesta fue inmediata dado que acto seguido la llamaste. Al responder yo estaba a su lado, notaba como temblaba y su respiración cada vez era más y más rápida. La conversación se fue de manos. Esto se debe a un desafortunado comentario tuyo provocado por la ridícula excusa que América te había puesto para dejarte. No entraré en detalles, simplemente, la cagaste. Ella colgó rápida y enfadadamente. Comenzó a chillar y fue a buscar a Nacho quien sabía todo lo que esa tarde iba a ocurrir. Se fueron, no recuerdo cuanto tempo, supongo que el suficiente como para introducir su lengua en la del otro y besarse, tal y cómo había hecho ella días atrás contigo. A las horas y varios tintos de más nos llegó un audio tuyo. Digo nos porque aun día de hoy sigo teniendo ese audio y al igual que yo probablemente todo Tres Cantos. Es el audio más sincero que he escuchado hasta hoy. Eras tú, llorando, pidiendo perdón por aquel comentario, pidiendo que por favor te escuchase, pero ella nunca lo hizo. Ella ganó ese día, tú acabaste destrozado (si fue de verdad, nunca lo sabré) y en cuanto a mí, ese día me enamoré de ti, ese día fue mi fin.

Cartas para tiWhere stories live. Discover now