II. UNA AMENAZA Y UN PAÑO DE LÁGRIMAS:

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II. UNA AMENAZA Y UN PAÑO DE LÁGRIMAS:

Aquella noche, hacía frío, yo me preparaba como todos los día para meterme en la cama estar hora y media esperando el mensaje de ese tercero que prefiero nunca volver a mencionar, y acabar durmiendo con las sábanas pegadas y la almohada empapada de tato llorar, pero fue distinto.

Apareciste. Ese mensaje me llegó por sorpresa, ese: Holaaaa, eres amiga de Ame no?

Al que asustada, rayada y muy pero que muy sorprendida contesté rápidamente. Si te soy sincera esa conversación ha sido borrada de mis recuerdos y probablemente de todo internet. Pero si sé que fue el causante de que Tú, A, seas quien eres hasta el momento en mi vida. Y es que me la diste sabes?

Yo, la chica que nadie conoce, esa que se escabulle en los recreos para no subir ni bajar sola, esa que hasta le da vergüenza sonreír, al fin hablaba con alguien relativamente importante dentro del estatus social de esta sociedad, de mierda, pero sociedad al fin y al cabo. No fue el hecho de que me escribieses, eso puede cualquiera si quiere algo de esa persona como fue tu caso, querías que te ayudase. Si no que tras largo y tendido, me preguntases, que tal?, no se si quiera si te importaba lo más mínimo como estuviese mi estado de ánimo en esos momentos pero de todas maneras, me hiciste sonreír y ese es uno de esos detales que hicieron que perdiese la cabeza por ti.

Respondí, Muuy bien gracias. Y ahí empezó nuestra primera broma, ese gracias. Tú tenías la brillante teoría de que daba las gracias por todo aunque no hiciese falta y que cuando tú las dabas porque era necesario yo siempre respondía que no lo era.

La única razón por la que te cuento esto es porque, quizá para ti, aun hoy, fuese una tontería pero para mí fue una de esos momentos que merece la pena recordar siempre.

Los días siguientes, me fuiste cautivando. Ni tú ni yo ni nadie sabrá como pero supongo que es cierto eso de que entre broma y broma uno de los dos, se enamora vaya.

Como es lógico en mí, seguí ayudándote con América, ya que aparté mis sentimientos para ayudarte a ti a olvidar los tuyos por ella. Yo otra vez, paño de lágrimas. Mientras ella, me contaba sus locuras y todas esas cosas.¿ y Nacho?, Nacho se cansó y dejó a América, quien a pesar de estar destrozada, se auto convenció de que era un imbécil integral y que se merecía algo mejor. Hasta que un día, fuimos a ver un partido tuyo y el susodicho, Nacho, estaba allí. Al finalizar este, tras tu lesión, anduvimos hasta casa de Isabel M. una de nuestras mejores amigas, donde no recuerdo la razón, te llamaron. En ese momento, yo lo pasé horriblemente mal. Estaban en juego tus sentimientos y los de una de mis mejores amigas. Al final, tras una llamada de Luis y Sergio su mejor amigo, a ti, amenazándote si te volvías a acerca a América y de ella, inventándose una nueva versión de lo sucedido, corrí y hui de allí como pude. Te llame, no me respondiste. Me escribiste más tarde por Whatsapp contándome la situación anterior, esa que yo había vivido en primer apersona, en cuerpo presente. Te pusiste a llorar, o eso parecía en tus notas de voz. No entendías que habías hecho mal. Para serte sincera, yo tampoco, aun hoy, sigo sin entenderlo. En ese momento tu abriste los ojos y te diste cuenta de lo que yo tardaría meses en comprender. América Gómez, nos había usado.

Cartas para tiWhere stories live. Discover now