Se despertó en la cama aturdido.
Su cabeza dolía muchísimo y se sentía un poco débil.
¿Se había acostado sin cenar?
¿Se bebió la medicina?
¿Todo había sido una pesadilla?
Se levantó lentamente de la cama inspeccionando su habitación.
No estaba él.
Suspiró tranquilamente y salió de la habitación después de agarrar las pastillas de su mesita de noche.
Al llegar a la cocina abrió el refrigerador en busca de la manzana que sabía que tenía, pero encontró que ya estaba picada.
Entonces se comenzó a sentir extraño.
¿Entonces de verdad había picado la manzana?
Si eso era cierto significaba que también había empezado a hacer los macarrones con queso.
Se fue directo al horno y se encontró los macarrones perfectamente listos para comer, pero él horno estaba apagado.
De repente comenzó a sentirse muy raro, volvió a la habitación y buscó el cuchillo que recordaba haber tirado en contra de aquel delgado hombre pero no estaba allí.
Estaba colocado en su respectivo lugar.
Wonho se quedó pensativo unos minutos, pero al final se decidió a comer los macarrones, pues la noche ya pasaba de las 2 AM.
Se sirvió una buena porción de macarrones y un vaso de jugo y caminó en silencio hacia la sala.
Se sentó en el sofá y encendió la televisión para ver alguna película mientras terminaba su tardía cena.
Encontró un programa muy interesante, un documental sobre animales en peligro de extinción y se dispuso a dar el primer bocado de comida, pero estaba frío porque ya habían pasado horas desde que se suponía que los hizo y el clima exterior no ayudaba.
Hizo una mueca de mal gusto pero siguió viendo el documental, no tenía ánimos para levantarse a calentar la comida.
- Si sigues comiendolo así va a provocarte indigestión.
Wonho saltó del sofá en cuestión de segundos mirando muy asustado.
No podía ser cierto... ¿Qué hacía él allí?
Wonho se agarró la cabeza por el dolor que le provocaba la situación.
- No, no está aquí, yo estoy solo y esto es una mala jugada de mi imaginación.
Wonho comenzó a caminar en círculos con los ojos cerrados mientras repetía una y otra vez esa frase, hasta que sintió que le tocaron el hombro.
- Soy tan real como tú.
En ese momento Wonho ya estaba muy asustado y lo único que pudo hacer fue volverse a sentar.
- ¡¿Qué quieres de mi?! ¡¿Qué fue lo que te hice para que estes atormentandome?! ¡Jamás te conocí!
Él se sentó al lado de Wonho.
- En realidad... es muy difícil de explicar... Te sonará muy loco, pero hemos coincidido antes en la cafetería, justo te vi está mañana.
Wonho lo miró aterrado por la tranquilidad con la que hablaba aquel ser extraño.
- Yo... No se quien eres, lo siento.
- Lo sé, pero ya nos hemos visto Wonho.
Un escalofrío horrible le recorrió la espina dorsal en el momento que escuchó esa frase.