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Soltó un suave suspiro, cerrando por séptima u octava vez la tapa del libro que se encontraba entre sus manos. La chica de cabello corto y castaño sentía como su corazón no paraba de latir de forma apresurada, mientras algunas lágrimas amenazaban con resbalarse por sus mejillas. Podía sentir una gran emoción recorrerla, era una sensación que únicamente le hacía sentir una sola persona.
Sin duda, jamás se cansaría de releer la misma historia una y otra vez... ya que sin importar que tan mal día tuviese, bastaba con leer unos cuantos párrafos para que su día mejorara y aquella sonrisa característica de la inocente joven se hiciese presente.
“Mientras perdure el olor a mar”.
Como desearía ella llegar a tener un romance igual al del libro.
Al darse cuenta de lo que se había cruzado por su mente, dejó escapar una leve risita, ya que creía que era imposible que algo como eso le sucediera a ella. Después de todo, era una adolescente ordinaria más.El nombre de la chica es Komaru Naegi, una estudiante de preparatoria extremadamente normal que vive una vida diaria normal.
Como a la mayoría de adolescente de su edad, le gustan las idols, no sobresale en absolutamente ningún campo, no le va bien en matemáticas y le encanta leer manga. Aunque de alguna manera, recientemente se ha llegado a interesar en las novelas románticas, específicamente en las de una escritora bastante reconocida en Japón.Fukawa Touko.
Ha leído todas las novelas que han sido publicadas por ella, y se ha vuelto en una gran admiradora suya. Aunque a decir verdad, jamás ha visto su rostro, ya que al parecer la escritora es muy reservada y no le gusta salir en fotografías, y mucho menos ser parte de entrevistas. La única forma de ver a aquella misteriosa chica, era al ir a sus firmas de libros, evento que casi nunca realizaba.
–Bueno, da igual... Apuesto a que es una chica bastante atractiva.– Murmuró mientras asentía energéticamente, imaginando como podría ser el aspecto de su más grande ídolo.
Dejando en la mesita de noche blanca, a un lado de su cama, aquél libro con los bordes de las páginas un poco maltratados a causa de haber sido leído bastantes veces, se dispuso a cambiar su infantil pijama por el uniforme escolar. Mirándose al espejo, cepilló con gran facilidad su corto cabello e hizo su mejor sonrisa, dispuesta a comenzar un nuevo día.
Al estar lista, salió de su habitación y fue al comedor como todas las mañanas. Dio los buenos días a su madre y tomó una tostada con mermelada de fresa como desayuno.
–Komaru, ¿podrías llevarle el almuerzo a Makoto cuando vayas de camino a clases?.– Preguntó su madre con una sonrisa resignada ante la distracción de su hijo mayor. Komaru dio un bocado a la tostada, asintiendo luego.
–¿De nuevo lo olvidó?, ¿qué clase de suerte es esa?.– Reflexionaba acerca de ello mientras acababa su comida, dando las gracias por ésta y poniéndose de pie poco después. La madre con una sonrisa se limitó a encogerse de hombros.
Tomó su mochila junto a su almuerzo y al de su hermano Makoto, se puso los zapatos en el recibidor y se despidió al salir, cerrando la puerta tras de sí y empezando a caminar rumbo a la escuela.
¿Cómo podía seguir olvidando su almuerzo su hermano mayor estando en la universidad?, a Komaru le hacia gracia aquello, después de todo su hermano jamás cambiaría.
Fue entonces que recordó que debía apresurarse lo más que pudiera para no llegar tarde a clase. Con eso en mente y acelerando el paso, se dirigió a aquella universidad que había sido fundada no hace mucho, por el director de la academia Kibougamine, Kirigiri Jin. En ésta se recibía exclusivamente a ex-alumnos de Kibougamine.
Parada justo en la entrada de aquél intimidante lugar, no tenía ni idea de qué hacer, ya que en ocasiones anteriores había logrado alcanzar a Makoto antes de que atravesara aquella entrada que sólo permitía ingresar si tenías el aparato llamado Electro ID, que sólo los estudiantes de aquí podían obtener. Pero evidentemente, esta vez no había forma de poder entregarle su almuerzo al no estar su hermano cerca de la entrada.
–Ugh, al final vine hasta aquí por nada.– Un tanto desanimada, estaba dispuesta a dar media vuelta e irse. Pero al hacerlo, una chica de cabello largo y despeinado, con sus gafas a punto de resbalarse de su rostro, venía corriendo hacia esa misma dirección.
La chica traía unas hojas en sus manos, probablemente intentando organizarlas. Se veía bastante apurada, incluso era notable que se estaba quedando sin aliento.
En cuanto la menor reaccionó, se apartó rápidamente para evitar algún accidente ya que la chica de las gafas ni siquiera iba pendiente del camino.
Al estar frente a la entrada, apurada rebuscó en los bolsillos de su larga falda, hasta sacar finalmente su Electro ID, pero al hacerlo dejó caer un sobre blanco.–D-Disculpe...– Intentó llamar su atención, sin embargo en cuanto se agachó para recoger aquél objeto, al levantar la mirada, la chica ya estaba bastante lejos corriendo de nuevo.
"Al parecer hoy la mayoría no está teniendo precisamente un buen día". Fue lo que pensó, entonces decidió tomar aquél sobre para devolvérselo a la chica en cuanto tuviese la oportunidad.
Cuando Komaru miró su reloj de pulsera, se dio cuenta que era bastante tarde, e inmediatamente retomó su camino inicial hacia su escuela.–––––– ★ ––––––
¡Gracias por leer!.
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You're my inspiration.『Toukomaru』
FanfictionFukawa Touko, una escritora de novelas románticas bastante exitosa, y con el título de Escritora Definitiva otorgado por la Academia Kibougamine. Komaru Naegi, una estudiante de preparatoria ordinaria y nada sobresaliente en ninguna área, súper adm...