• Acto III •

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POV. Fukawa Touko.

Se supone que tendría que estar aprovechando el tiempo libre que tenía antes de que tuviese que irme a mis clases de la mañana, pero si antes no había podido llegar a tiempo por las veces que me quedaba dormida, ahora no podía porque me encontraba bastante inquieta caminando de un lado a otro en mi habitación.
La verdad era que desde el día anterior me encontraba bastante irritada, ya que no podía creer que... ¡h-había sido la primera vez que iba con alguien de regreso a casa, y e-ese alguien no era Byakuya-sama!.
¡¿Cómo pude haber permitido eso?!, ¡¿y por qué precisamente tuvo que haber sido con una chica que tiene complejo de hermano?!.

Y por si eso no fuera poco... ahora resulta que esa misma chica es mi vecina.
¿Por que la vida tenía que ser tan injusta conmigo?, ahora incluso tenía pánico de salir y llegar a mi propio departamento.

Decidí esperar que el tiempo pasara, si me iba aún más tarde de lo usual, lo más probable era que no me encontrara a ninguno de los dos vecinos en el camino. Eso implicaría perder el tiempo libre que tenía para buscar a Byakuya-sama, pero el debía entenderlo, lo estaba haciendo por el bien de nuestra relación.

Iba con 15 minutos de retraso, tenía tiempo suficiente para llegar a la universidad, después de todo, tampoco era que estuviera muy lejos.
Bastante decidida, tomé mi mochila junto a las llaves, y luego salí de mi departamento, asegurándome de dejar la puerta con llave.
Me dirigí al ascensor más cercano y esperé a que se abriera, al hacerlo entré y cuando estaba por pulsar el botón para ir al primer piso, lo inevitable sucedió.

De manera apresurada, aquella chica entró al elevador, sin siquiera notar que alguien más estaba dentro. Pulsó el botón con gran precisión y rapidez, esperando que la puerta metálica se cerrara y por ende que comenzara a descender.

Parecía ir murmurando algo para sí misma, por lo que alcancé a escuchar era una especie de reprimenda hacia su persona por haberse dormido hasta las 04:00 a.m.
Yo por mi parte, me encontraba en un rincón rogando por que no me viera. Cosa que como era de esperarse, sucedió.

–¡Oh!, ¡Buenos días!. – Con una resplandeciente sonrisa, suficiente para dejarme aún más ciega de lo que ya estoy, saludó cordialmente haciendo una reverencia.

–B-Buenos días.– Por el contrario, yo saludé con voz bastante baja y con un ánimo que contrastaba con el de ella. –¿No es un poco demasiado tarde para ti?, justo son las 07:00.

–¡Rayos!, ¿por qué tenía que suceder esto?.– Deprimiéndose una vez más, apoyó su frente en el panel de los botones del elevador.

En ese momento, pude ver como algo sobresalía de su mochila escolar. Pude ver una portada de un libro que se me hacía bastante familiar. No estaba segura si decirle o no, ya que si decidía guardarlo bien, no sería capás de comprobar si ese libro era lo que yo creía que era. Mi curiosidad fue mucho mayor, por lo que decidí no decir nada.

En cuanto el elevador abrió sus puertas nuevamente, Komaru sujetó mi muñeca y comenzó a correr, arrastrándome con ella.

–¡E-Espera!, ¿qué haces?.– Intentando seguirle el paso con dificultad, lo primero que atiné fue reclamar al ser arrastrada por ella.

–¡Si no te apresuras tú también llegarás tarde!.

Luego de eso no dije nada más, la verdad ella tenía razón, pero sinceramente no tenía planeado ir corriendo esta vez. De hecho, creí que sería la primera vez en varios días en irme caminando a la universidad.
La chica llevaba una mirada de determinación mientras corría, esa mirada que sólo la había visto antes en una sola persona.
Makoto Naegi.

You're my inspiration.『Toukomaru』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora