• Acto XI •

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Era fin de semana, y dos chicas caminaban por las calles de la ciudad. Era apenas de mañana, pero Komaru había hecho a Fukawa despertarse temprano para ir a dar un paseo juntas.
Sinceramente, no era algo que le apetecía a la mayor, tomando en cuenta el clima frío del invierno y que era fin de semana, preferiría haber dormido un poco más en su cómoda cama.


Pero ya no había nada que hacer. Acabó siguiendo a la chica menor, sin saber exactamente en qué momento se había dejado convencer por ella. A lo mejor ya era demasiado tarde como para arrepentirse, pues ya se encontraban en pleno paseo.



–¡Oh! ¡¿Acaso no es eso...?!



Separándose de Fukawa, la menor corrió de forma emocionada hacia el frente del escaparate de la tienda. El brillo de sus ojos expresaba el deseo que tenía por aquella nueva parte del manga que se hallaba ahí. Parecía un pequeño cachorrito que había reconocido el empaque de sus croquetas favoritas en el supermercado.


Fukawa había detenido su andar para contemplar la escena. Realmente le parecía muy vergonzoso que pudiera exaltarse tanto por algo que no valía la pena para nada. No era capaz de entender ese nivel de absurda fascinación.



–¡¿Eh?!– Repentinamente, la expresión de la menor cambió por completo. Sus ojos se abrieron de par en par, y sus labios estaban separados, formando una pequeña "o" con ellos.


–¿Q-Qué rayos crees que haces? No tengo todo el día como para pararme a ver cada una de las tiendas de la ciudad...– Dijo la escritora en busca de apresurar a la otra chica a continuar el camino.


–¡Es el volumen especial de edición limitada de uno de mis mangas favoritos! He estado ahorrando para poder comprarlo en cuanto saliera a la venta, antes de que se agotara.– Hablaba de manera bastante apresurada, mirando fijamente al otro lado del escaparate.


–Sí, sí... como sea.– No era algo que le importara ni en lo más mínimo a Fukawa.


–¡Entraré a comprarlo, prometo que no tardaré nada!– Exclamó con mucho entusiasmo.



Fukawa soltó un suspiro, sintiéndose completamente resignada.



–Está bien, entremos.– Dijo en un tono de voz bajo.


–¿Eh? ¿Vendrás conmigo?– Preguntó sorprendida, comenzando a acercarse a la puerta de la tienda.


–P-Pues claro, no p-planeo esperar aquí afuera con este clima tan frío.– Pronunció como si fuese algo completamente obvio.


–Ya veo, me sorprendió ya que creí que dirías algo como que jamás entrarías a un lugar como este.– Dijo refiriéndose al establecimiento.


–Probablemente sea la primera y última vez... apresúrate.– Parecía que comenzaba a arrepentirse.


–E-Eso pensé.– Soltó una risita incómoda, para finalmente empujar la puerta de cristal, entrando al lugar y haciendo sonar una campanita que anunciaba la llegada de un cliente.


–¡Bienvenidas! ¿En qué puedo ayudarles?– Un sonriente joven con delantal se encontraba al otro lado del mostrador, junto a la caja registradora. Era alguien de aspecto bastante reconocible, debido a su albines.


–¡¿Estás de broma?! ¡¿Por qué de todas las personas que hay en la ciudad, justamente debo encontrarme con este raro?!– Dijo de manera molesta mientras señalaba al chico de pálida piel.


–Fukawa-san, me alegra verte por aquí. Como siempre es un honor el poder estar en el mismo lugar que una persona con tan maravilloso talento.– Pronunció esas palabras de manera alegre, con ese tono de voz tan suave que le caracterizaba.


You're my inspiration.『Toukomaru』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora