Advanced programming for the soul

Soul

05 de febrero de 1945

Costa de Groenlandia

El ambiente frío que ahora lo rodeaba solo servía para recordarle como todos sus sueños se habían visto congelados en tan solo unos minutos, pero la verdad no se arrepentía de la decisión que tomó, el había echo lo correcto. Su vida a comparación de la de millones de personas era menos importante, el estaría dispuesto a darla, siempre lo estuvo, desde que se enlisto como soldado, él quería hacer algo importante, defender a las personas, y lo consiguió. Ahora que el agua adormecía sus sentidos podía consolarse con que Peggy era joven, seguro encontraría otra persona con la cual compartir su vida, aunque hubiera deseado poder bailar con ella. Extrañaría a Howard, pero tenía la seguridad de que el cambiaría al mundo con sus inventos, su equipo también le echaría de menos, pero se las arreglarían, eran hombres bastante hábiles...Bucky, tal vez podrían encontrarse otra vez.

Con ese último pensamiento en su mente, se abandonó al gélido sueño eterno.

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04 de julio de 2018

Torre Stark, Nueva York.

Se estremeció a causa de la baja temperatura en el cuarto, mientras intentaba contener en vano un bostezo. Había estado las últimas 32 horas trabajando en el proyecto nuevo de la exposición de tecnología Stark, con resultados bastante favorables, mucho más de los que anticipaba en un inicio, pero que se podía decir, era el maldito Anthony Stark, era obvio que saldría mejor de lo planeado.

- Señor, su ritmo cardíaco ha presentado variaciones fuera de los parámetros normales, le recomiendo que vaya a descansar -Pudo escuchar la voz de su IA como si fuera muy distante, se sentía algo entumecido y con una extraña presión en el pecho, aunque creyó que sería culpa del reactor o algo por el estilo, ahora veía que el desvelarse y tomar tanta cafeína en tan poco tiempo le había traído consecuencias.

- Descuida Jarvis, estaré bien...creo-Murmuro más para sí mismo, al tiempo que continuaba trabajando, solo esperaba que ese no fuese su último proyecto.

Dió una pequeña mirada a los enormes moldes de metal y a la máquina en medio de la habitación, que contenía en su interior una imitación muy cercana a la epidermis con algunos conjuntos de músculos hechos de una aleación de acero y vibranium, que amablemente le había proporcionado el rey Tchalla. Estos estaban delicadamente pintados para dar la apariencia de músculos verdaderos, eran relativamente elásticos, pero el todavía dudaba un poco de que la apariencia fuera completamente natural hasta con detalles como lunares, cicatrices y huellas dactilares. Junto con la piel se encontraba también 10 pares de uñas, tanto de manos como de pies.

En su mesa de trabajo se hallaban algunas prótesis oculares que el mismo había echo, dándoles la capacidad de visión infrarroja, nocturna, una pequeña cámara de alta resolución para recolección de datos, la capacidad de adaptación a cualquier estructura y color de iris, aunque el original era de un bonito azul celeste y venía con una pequeña leyenda. También se hallaba en la mesa un montón de cabello rubio natural prostético, no solo para la cabeza, también había para pestañas y cejas.

Finalmente, frente a él se encontraba una imponente estructura mecánica echa de acero inoxidable y de titanio, con un reactor arc de fuente de energía. Con la forma de un cuerpo humano.

Él sabía que no simplemente podía presentar una armadura nueva y más avanzada en cada exposición, tenía que innovar algo, y que mejor que construir el mejor androide echo jamás, superaría a esa tonta IA Sofia. El suyo era perfecto. No solo su programación estaba echa para considerarse el ciudadano ejemplar, también sería el soldado ideal, con toda esa capacidad, fuerza y resistencia superior a la de cualquier máquina de guerra hasta ahora inventada. Tenía mucha confianza en su robot, demonios, era simplemente precioso.