[BORRADOR]

I. Prólogo

La gente siempre te clasifica.
No importa que tú no lo permitieras, o que hagas un mega esfuerzo por no continuar ese proceso de selección que aplica desde que nacemos hasta que morimos.
Recuerdo a mi hermana, tres años mayor que yo, comentarle a sus amigas: "es que es muy sosa, no entiendo como alguien como él está con alguien como ella, no se ven bien juntos..."
Mi primer pensamiento a ese argumento, que para ella tenía un valor, por clasificar a una chica que no era de su agrado y había comenzado a salir con el chico que a su amiga le gustaba, fue: ¿qué necesidad de clasificar? ¿cuál fue el error que cometió una jovencita de 21 años? ¿enamorarse de alguien "ocupado"? (Palabras de mi hermana.)
No importa realmente.
Sólo por eso ya te clasifican, te ponen una etiqueta que tú nunca pediste, y ahora corres con el riesgo de que no quieran conocerte por tu verdadero valor, sólo por una estúpida etiqueta social.
Yo tenía una de esas, una etiqueta social sin solicitarla.
Realmente desconozco el motivo por el cual se me atribuyó, lo único que se es que en la preparatoria era conocida como la "come libros".
Tal vez tenga que ver el hecho de que siempre este sentada en las bancas leyendo algún libro, o porque cuando los maestros hacen alguna pregunta sea de las que levanta la mano al saberla y querer ganar puntos.
Sin embargo, tener una etiqueta social te atribuye también consecuencias sociales, en mi caso, por ser la "come libros" no soy requerida en las fiestas de mis compañeros, y si llegó a acudir a alguna, porque mi mejor amigo me lleva, se cree que estoy detrás del popular o me auto-invite, y eso es triste ya que realmente me encantan las fiestas: bailar y cantar durante un rato siempre es bienvenido en mi día.
Realmente las etiquetas sociales apestan.
Pero todo cambiaría, en enero todo sería nuevo; nueva ciudad, nueva etapa de vida, un comienzo.
Bienvenida sea la Universidad y la vida de adulto joven, adiós a la adolescencia y las etiquetas sociales.
Ó al menos eso creía; mi nombre es Lucía y está es mi historia.