Simón

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La ambulancia llego a salvo hasta el hospital con Luna y la ingresaron de inmediato.

Las enfermeras veían las contracciones y sabían que sería algo difícil el parto más con la fuerte emoción de hace poco; por más que insistí en entrar con Luna no me dejaron, la doctora que asistiría a Luna me había dejado fuera en la sala de espera junto con Matteo y Ámbar.

A.– cálmate Simón, aquí atenderán bien a Luna, veras que el bebé saldrá más que bien, solo tenemos que esperar -dijo Ámbar tomando mi hombro.

S.– solo no quiero dejarla sola en esto, quiero estar ahí junto a ella cuando nazca nuestro bebé.

Matteo vio a Ámbar y me señalo con los ojos y ella asintió.

M.– Simón… nosotros tenemos que decirte algo que… que tiene que ver con lo ocurrido hoy.

Matteo se veía bastante serio y Ámbar parecía un tanto nerviosa.

S.– dime ya… como es que… tu hermano y luego Fernanda… no termino de entender todo esto, de que hablaba Daniel cuando decía que te ayudaba a recuperar a Luna.

M.– veras… cuando yo regrese por Luna y tu aun estabas en la silla de ruedas cometí un error y la perdí, no sé cómo la situación llego a los oídos de mi hermano y nunca lo vi sino hasta que estaba superando a Luna y empezaba a sentir algo por Ámbar, él siempre le tiraba indirectas para que ella le hiciera caso pero ella ya estaba sintiendo algo por mí. Daniel nos tenía amenazados pero aun no sabíamos que él era, se ocultó como un anónimo y cuando deje que estuvieras con Mike recibí una paliza por unos hombres; pero al menos pudiste ser feliz, tiempo después parecía haber cesado pero en el accidente que habían tenido en el auto fue el, y Gastón pago las consecuencias. Quizá el me odie aun por lo del pasado pero yo cambie y además me sentí culpable por lo que le paso; teníamos que parar esto y decidimos dejar de obedecerle y parecía que nos había dejado… hasta que paso esto y… casi morimos.

Estaba realmente impactado por lo que me acababa de decir Matteo y Ámbar dejaba salir unas cuantas lágrimas, seguramente era por recordar lo que habían vivido, no podía imaginar el dolor que habían pasado.

S.– chicos… yo no quiero ni pensar en lo que debieron pasar… pero esto ya acabo, Daniel está en la cárcel y Fernanda… ha de estar muerta.

Ambos chicos asintieron y una alarma empezó a sonar en el hospital y por la bocina llamaban aun doctor de apellido Díaz, repetían constantemente el código azul y cuando vi que todos corrían a la sala donde se encontraba Luna no lo dude dos veces y me lance a seguirlos para saber cómo estaba.

Una enfermera me detuvo pero no fue suficiente y logre pasarla sin ninguna molestia hasta que dos enfermeros me sujetaron y me impedían seguir y apareció un doctor frente a mí.

S.– ¡Suélteme… tengo que estar con mi esposa!

.– señor Álvarez tranquilícese, tenemos todo bajo control y vera que todo saldrá bien.

Los enfermeros me devolvieron a la sala de espera y estaba frustrado por lo que pasaba, no quería ver a mi Luna mal, era el amor de mi vida y daría mi vida por ella. Matteo y Ámbar trataban de hacerme entrar en razón pero era casi imposible.

Tiempo después llegaron los papás de Luna con ambos bebes y Ámbar se hizo cargo de Mike mientras que Miguel y Mónica cuidaban a Karol, Miguel parecía ya estar mejor con Matteo pero aun no recuperaba su vínculo debido a lo que Matteo casi le hacía a Luna en el pasado.

Poco después salió el médico y parecía estar muy agotado, literal, sudaba hasta por la nariz, la que debía de estar así era luna debido al parto.

Mas Que Amigos* LUMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora