No Más

370 28 12
                                    

[NARRA MATTEO]

El calor y la respiración agitada de Ámbar me enloquece, le di un último beso para después llegar al éxtasis con ella y después ella se bajó de mi para acostarse a mi lado.

A.— te amo, te amo mucho.
M.— yo también te amo, y eres genial.
Le di un beso para juntar nuestras lenguas, tome la sabana y nos cubri con la misma.
A.— y pensar que estaríamos así, los dos juntos.
M.— en la misma cama haciendo...
Ella me calló poniendo su dedo en mis labios y abrazandome para acariciar mi abdomen cerca de mi entrepierna.
A.— ahora las palabras sobran.
M.— lo se, pero no sigas, puede que no me controle.
A.— eso me gusta de ti.
Sentí como tomaba mi miembro y lo acariciaba pero con todas mis fuerzas trate de calmarme pero se me hacia imposible.
M.— vamos hermosa, ya para.
A.— no creas que te dejaré libre.
Sentí un apretón y esa fue la gota que colmó el vaso; me levanté para ponerme sobre ella sin aplastarla y me introduje en ella nuevamente.

Ella sólo sólo un gran medio que ahogue con un beso unido a la unión de nuestras lenguas, sus gemidos seguían persistiendo gracias a mis embestidas que iban subiendo a cada segundo.
A.— más...
No tuvo que decir mas para acceder, aumente lo más que pude y deje sus labios para tomar uno de sus senos en mi boca mientras que con mis manos sujetaba sus caderas.

No sentí pasar la noche y diría que amanecimos así, la alarma me hizo despertar y pude ver a Ámbar a mi lado; para mi sorpresa aún seguía en ella así que con cuidado me levanté para tomar unos boxer y una bata para bajar a preparar el desayuno.
Miré a Mike que venía corriendo hacia mi en pañales y sacudia mi pierna así que lo cargue.
M.— ¿Ya con hambre? -Mike asintió y puso su manita en mi cara dando leves golpes- ya te voy a dar comida pero no me pegues.
Lo baje y le preparé un sándwich sólo con jamón y salsa, digno de Master Chef.
A.— enserio que no sabes hacer ni un sándwich.
Le quitó el sándwich y le empezó a meter más cosas mientras yo terminaba de preparar mi café.
M.— ¿Dormiste bien?
A.— no sabría decirlo, es más, diría que no pude dormir.
Yo reí en bajó y le pase unas tostadas con mantequilla con una tasa de café.
Mk.— mami...
A.— ven mi pequeño, vamos a cambiarte el pañal.
M.— pensé que estabas cansada.
A.— y si lo estoy pero tengo que cambiarle el pañal.
M.— yo lo hago, tu ve a desayunar y después te vas a cambiar para salir.
A.— ¿Y a donde iremos?
M.— quizá al cine, o a la playa, veremos a donde; además tienes que descansar
Me acerque a ella y besé su cuello para después ir dejando un camino de besos hasta sus labios.
A.— está bien, ya iré a cambiarme.
M.— bien, y si quieres te ayudo a subir las escaleras.
Empecé a reír por lo bajó pero ella me fulmino con la mirada.

Yo tomé rápido unas tostadas y las comí antes de cambiar el pañal de Mike que si estaba muy sucio.
Mk.— papi.
M.— he... si, yo soy... Matteo.
Mk.— papi.
Sentí sus bracitos rodearme hasta donde podían y su suave respiración, yo correspondí recordando a Karol y los momentos que teníamos juntos, ya hace un par de meses que no la veía.
A.— aún la extrañas.
Sólo me limite a asentir y dejar a Mike en el suelo que rápido salió corriendo del cuarto.
M.— la extraño mucho, sus caricias, sus abrazos, el que me diga papá.
A.— pero no podemos hacer nada, recuerda que "El" nos está amenazando.
M.— pero es mi hija, necesito verla.
A.— lo se Matteo, la última vez que no hiciste lo que te dijeron te dejaron muy golpeado.
M.— Simón merecía ver a su hijo, aunque sea una vez.
A.— si, también me gustaría que estuvieran juntos pero no quiero que nada le pase a mi pequeño.
Ambos nos abrazamos sintiendo el miedo del otro, a pasar de todo lo que habíamos pasado aún no podíamos ser felices.
M.— ya voy a vestirme, mientras ve con Mike.
A.— bien, espera; ¿Estas desnudo?
Ámbar tomo la bata y mirándome confusa.
M.— no, sólo tengo un boxer.
Vi que se mordió el labio inferior mirándome junto con una sonrisa coqueta antes de salir en busca de Mike.

Mas Que Amigos* LUMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora