Mas Que Amigos* LUMON

Un Dulce Detalle

[NARRA LUNA]

Me desperté muy temprano fui al baño e ise mis necesidades, baje a desayunar muy feliz.

M.— Hola Luna tienes hambre?
L.— si mamá gracias, y papá donde está?
M.— está en la sala con el periódico.
Y tu hermano vendrá más tarde.
L.— bueno mamá, iré con papá.
Le da un beso en la mejilla y va a la sala.
L.— Hola papá.
Lo abraza por el cuello.
Mi.— Hola hija amaneciste bien?
L.— si papá, oye te quería preguntar algo.
Mi.— claro dime.
L.— hoy saldré con un amigo y quería saber si me dejabas ir.
Mi.— mmm.... Es aquel que te salvo?
L.— si por eso te pedía permiso.
Mi.— bien pero si ocurre algo nos llamas.
L.— gracias papá.
Le da un beso en la mejilla.
M.— Miguel recuerda que hoy iremos a hacer las compras.
Mi.— bien Mónica, Luna ya sabes que Gastón vuelve hoy?
L.— si papá mi mamá ya me contó.
Mi.— bueno vamos a desayunar que ya se enfría.
Los tres desayunaron, minutos después Luna se fue a cambiar ya que ya casi era hora para ir a encontrarse con Simón.
L.— Adiós mamá, papá
Adiós hija- dijeron ambos y salieron de la casa.
Ya eran las 9:30 y Luna ya iba a salir hasta que entro Gastón.
G.— Hola Luna como estas?
L.— Hola Gastón bien gracias y tu.
Se dieron un abrazo.
G.— un poco cansado por el viaje.
Gastón había ido a una fiesta fuera de la ciudad.
L.— pues descansa, y mis papas salieron a hacer las compras.
G.— y tu a donde vas?
L.— voy a salir con un amigo.
G.— bien cuidate.
L.— gracias nos vemos.
G.— hasta luego Luna.

Luna ya estaba en camino y se sentó en la banca.

[NARRA SIMÓN]
Me había despertado un poco tarde mire mi reloj y eran las 9:20
Me levanté rápido y me fui a cambiar para encontrarme con Luna.
(Victoria la mamá de Simón)
V.— hijo ven a desayunar ya es muy tarde.
S.— ya voy.
Baje a la cocina y vi que sólo faltaban 20 minutos.
S.— adiós mamá.
V.— Pero no vas a desayunar?
S.— no, tengo que encontrarme con una amiga en el parque.
V.— pero come algo.
S.— está bien mamá.
Agarré una tostada y un jugo de caja.
V.— hijo es muy poco.
S.— no te preocupes mamá, pero ya es muy tarde y me lo comeré en el camino.
V.— bien hijo cuidate.
S.— gracias mamá.
Salí corriendo hacia el parque, mire mi reloj y vi que ya me había pasado un par de minutos llegue al parque y ahí estaba Luna, se estaba yendo del parque corrí más.
S.— Luna...
L.— Simón pensé que no vendrías.
S.— no jamas lo olvidaría.
Estaba muy cansado.
S.— Luna podemos sentarnos? Estoy muy...
L.— si ya veo vamos.
Se sentaron y Simón intento recuperar su aliento.
L.— y por qué tan cansado.
S.— me desperté muy tarde y no pude desayunar.
L.— Simón pero pudiste llamarme de que llegarías tarde.
S.— estaba muy apurado que no sabía que hacia.
L.— bien pero cuentame mas de ti.
S.— pues soy Simón Álvarez tengo 19 años trabajo de repartidor de comida, y tu?
L.— te presento a la única y auténtica Luna Valente.
Los dos rieron.
L.— tengo diecisiete y aún estudio
Y soy muy distraída.
Se escucha que el estómago de Simón ruge por comida.
L.— me parece que si tienes hambre.
S.— si al parecer si.
Suelta una pequeña risa.
L.— mira por aquí ay una heladería, puedes ir a comer algo ahí.
S.— mmm... no se Luna no tengo mucha hambre.
Su estómago vuelve a rugir.
L.— no Simón, vamos y yo también tengo un poco de hambre.
S.— bien Luna pero yo pago.
L.—bien, hacemos una carrerita a ver quien llega primero?
S.— no Luna estoy muy cansado.
L.— es broma vamos.
Le toma el brazo a Simón y llegan a la heladería.
Ya habíamos llegado y si que era una gran heladería.
S.— de que quieres el helado Luna.
L.— mmm puede ser de dos bolas?
S.— bien que sea de dos bolas.
L.— gracias, de chocolate y fresa.
Dijo Luna hacia la heladera
S.— yo uno de fresa y vainilla
H.— ya salen.
Les dieron sus helados y fueron a una mesa
S.— como esta tu helado?
L.— delicioso y el tuyo?
S.— está muy rico, y tienes hermanos? L.— si un hermano un año mayor que yo, y tu?
S.— una hermana pequeña y un hermano mayor.
L.— y vives con tus papas?
S.— si mi hermano y yo ayudamos en la casa, y tu?
L.— si y también mi hermano.
No podía dejar de ver sus hermosos ojos verdes ya ni le preste atención a mi helado solo pensaba en esos ojos que me hipnotizan.
L.— Simón?
Salí de mi pensamiento y vi que Luna tenía un poco de helado en su mentón
S.— tienes algo en el mentón.
L.— ni me había dado cuenta.
S.— me permites?
Tomé una servilleta y la limpie.
Luna se sonrojo un poco.

[NARRA LUNA]
Cuando Simón me limpió se me acerco mucho estaba muy cerca, el es muy lindo y detallista.
L.— gracias.
S.— de nada.
Se alejó y me quedé pensando así había sido una cita con Matteo baje la cabeza, y deje caer una lágrima.
S.— que te pasa Luna?
L.— nada.
Me seque la lágrima.
S.— dime, puedes confiar en mi.
L.— es...es que me acordé de mi antiguo novio y lo extraño mucho, hace dos semanas que se fue del país.
S.— y cuando va volver?
L.— el...el no va volver, se fue por que sus papás tuvieron una oferta de trabajo, el podía quedarse y conseguir un trabajo aquí pero decido irse. Rompí en un pequeño llanto
S.— no sufras por alguien que no piensa en ti.
Me abrazo y me sentí protegida en ese abrazo.
Me seque las lágrimas y termine mi helado.

Salimos de la heladería y estuvimos caminando un rato, mire mi reloj eran las 2:30 y ya había pasado la hora del almuerzo.
L.— Simón ya me dio hambre y ya es hora del almuerzo
S.— si quieres podemos ir a almorzar por aquí hay una cafetería y los almuerzos son muy buenos.
L.— gracias Simón pero creo que mejor me voy a mi casa no quiero molestarte.
S.— no es ninguna molestia vamos.
Llegamos a la cafetería y estaba muy bonita.
S.— que quieres comer?
Mire el menú de una pared y vi que servían una sopa de pollo.
L.— sopa de pollo.
S.— Bien, señorita dos sopas de pollo por favor con dos refrescos.
Sirvieron las sopas y estaba deliciosas y notaba que Simón no me apartaba la vista.
L.— Simón...
S.— si Luna
Yo aún no me había llenado aún tenía hambre.
L.— es que... yo aún tengo hambre. Susurre.
S.— que?
L.— que aún tengo hambre.
Baje la cabeza, me sentía muy apenada, apenas nos conocíamos y estaba gastando dinero con migo.
S.— no te preocupes, que quieres anda pide lo que sea.
Mire el menú y vi que habían tacos.
L.— unos tacos
Simón me dio una sonrisa y me iba a tomar la mano
S.— señorita una porción de tacos y una cochinita.
— ya salen.
L.— Simón para quien la cochinita? Con los tacos basta.
S.— la cochinita es para mi también tengo hambre, y es mi comida favorita.
Di una pequeña sonrisa.
L.— no me dijiste que esa era tu comida favorita.
S.— y tu no me dijiste que los tacos eran la tuya.
Ambos reímos y el iva a volver a tomar mi mano, hasta que apareció la camarera y sirvió los platos.
S.— gracias
L.— gracias Simón.
S.— de nada y a comer que se ven deliciosa la comida.
Empezamos a comer y me recordé de algo que me dijo Simón ayer.
L.— oyé Simón, ayer dijiste que yo te parecía muy simpática alegre y divertida sólo con ver mis ojos.
Note que el se sonrojo un poco.
S.— pues.... tienes unos hermosos ojos y hoy confirmé que eres eso y más, eres muy bonita y muy despistada.
L.— si Simón soy la más despistada del mundo mundial.
S.— si y no viste cuando terminaste tus tacos y seguiste con mi cochinita.
Simón solto una risa y yo mire y era cierto me estaba comiendo la cochinita de Simón.
L.— hay no Simón perdoname no me di cuenta.
S.— no importa cometela yo ya me llene.
Me sonroje y Simón lo noto
L.— gracias Simón, yo también vi que tu eres un chico muy detallista amable simpático y divertido.
Terminamos de comer y
Caminamos un poco más.
Mire mi reloj y ya eran las 5:40
L.— Simón ya es muy tarde y mis papas se van preocupar.
S.— no te preocupes te llevo hasta tu casa.
Caminamos hasta llegar a mi casa ya eran las 6:10, seguimos caminando hasta llegar a la puerta de mi casa.
L.— aquí es Simón.
S.— bueno adiós Luna, nos volveremos a ver?
L.— claro pero mañana tengo que ir al colegio. Te llamo y te digo si puedo salir, y te prometo no comer mucho.
Ambos reímos.
S.— no importa, aunque no tanto.
L.— gracias Simón por ayudarme en la heladería.
Lo abrace y el correspondio al abrazo.
S.— de nada Luna.
Nos separamos y nos quedamos viendo fijamente a los ojos mire que el se acercaba a mi, puso una mano en mi espalda y sujeto una mano mía
Yo puse una mano en su cuello.
Hasta que......
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