Antes de seguir, debo aclarar que las imágenes no son mias, así que todos los derechos reservados.
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Al día siguiente me duché y me volví a mirar al espejo. -"A partir de ahora, vas a ser una chica mala, aislada y distante a los demás. Así no te harán daño"-pensé. Decidí cambiar mi estilo de ropa y me puse esto:Peiné mi pelo de este modo:
Y me fui al instituto. Para ser sincera no tenía ganas de hablar con nadie, por eso me dirigí al aula y me senté al final. Mis compañeros al verme, me miraban mal. Si las miradas matasen... ya estaría en mi tumba. Lo peor fue cuando llegarón Debrah y Priya que me pasaron una nota que decía: "veo que no sirvió de mucho el cúter que te dimos ayer, porque sigues estando igual de viva y por lo tanto igual de insoportable. Te espero en el recreo en el cuarto del conserje, Tu diosa, Debrah.". En verdad no me importaba lo más mínimo lo que me hicieran , después de lo de ayer, serán como cosquillas. La clase fue muy aburrida y al terminar salí de esta para dirigirme al salón de ciencias. Ahora tenía clase con Delanay, que suerte. Me senté en mi sitio de siempre y entonces me acordé que Armin era mi pareja de laboratorio. Joder, ese día si que estaba la suerte de mi lado. Cuando llegó a clase se puso a mi lado a regañadientes pero pasó de mí durante toda la hora. Al terminar la hora me levanté de mi sitio y se me habían bajado un poco los pantalones dejando al descubierto mi cicatriz de la barriga. Armin reparó en esta para después decir-Por lo que veo has intentado hacerte daño a ti misma para luego decir que fueron Debrah y Priya, ¿verdad? ¡Ooohhh! La niña llorica ahora se hace la chica mala, ¡que estúpida! ¡Ojalá te mueras hija de puta!- Tras decir esto se marchó. Intenté contener las lágrimas y lo conseguí. Aunque en el fondo me sentó fatal, no lo demostraba. A partir de ahora no me van a hacer daño. O, al menos no voy a mostrarlo. A la hora del recreo me reuní con Debrah en la sala del conserje. Esta comenzó a golpearme y me miró extrañada diciendo-¿Ahora no te duele? Pues prepárate para esto-. Sacó una navaja y escribió en mi barriga. "Propiedad de Debrah". No pude evitar retorcerme de dolor. No. Había jurado que no demostraría mis sentimientos. Deje de medio llorar y me fui. Me curé la herida como pude y me dirigí al parque. Me senté bajo la sobra de un árbol. Al pensar que mi madre pudo estar sentada, en este mismo árbol, sufriendo, me dio una punzada de nostalgia. En verdad los echaba mucho de menos. Siempre habíamos sido los tres contra el mundo. Pero ahora yo estaba sola. E indefensa. Y no me iba a defender, porque nadie me apoyaría. Tenía que aceptar la situación y seguir adelante con mi nueva vida. De repente salí de mi mente al escuchar una voz familiar.-¿Ela?-preguntó Kentin. Solo lo miré y lo ignoré. Hablar con el me haría sentir cosas extrañas como la primera vez, y, tenía prohibido enamorarme.-¡Ela que pasa! Estas...diferente. No eres la chica que me sonrió cuando la conocí. Has cambiado-. Lo miré a los ojos y sin expresión alguna le dije-No he cambiado, me han hecho cambiar. Todos. Y no necesito tu compasión. Así que si no quieres recibir un puñetazo, yo de ti me iba.-. Tras escuchar esto se fue. En el fondo lo que quería decirle era un simple, pero a la vez complicado: "te necesito". Pero ya era demasiado tarde. Y ya estaba convencida de que esta era la mejor forma para no sufrir.
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Vuelve a ser la misma de antes [Kentin x Sucrette]TERMINADA
RomanceAsí que aquella chica Antes princesa, ahora guerrera Luchó por seguir en pie Y lo consiguió Esta es una historia de corazón de melón. Kentin x Sucrette Lenguaje vulgar y temas serios como el suicidio o la depresión