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Zoey

-No te muevas de acá, vuelvo en un minuto.-Habló mi mejor amiga.

No me dio tiempo a quejarme ya que se levantó de su silla y se fue.

Con Antonella estábamos de vacaciones en Italia, alquilamos una casa temporalmente.

Solté un suspiro y apoyé mis codos en la barra de tragos.

Esta noche va a ser muy larga.

-¿Qué hace una chica tan linda como vos tan sola?

Ignoré por completo ese comentario y seguí con la vista en mi bebida.

-Vos, la del vestido blanco, estas re buena.

Mire hacia mi izquierda para encontrarme a cuatro chicos, de mi edad supongo.

-¿Disculpa?- Alcé una ceja.

-Disculpada.-Habló un morocho que estaba a mi lado y sus otros tres amigos reían.

Volteé los ojos y susurré un insulto, que por suerte no fue audible gracias a la musica del bar.

-Como puede ser que una chica tan linda como vos este sola.- susurró el morocho con acento cordobés  mientras se iba acercándo más a mi.

Quedé hipnotizada por el color de sus ojos, eran completamente hermosos, lastima el, que era un estupido.

-Si queres conquistar a una chica te recomiendo que no uses piropos pasados de moda, cariño.

Me alejé de el para tomar un trago de su copa y guiñarle un ojo.

-Te la han dejaron difícil- habló uno de sus amigos mientras le daba una palmada en el hombro.

El cordobés sonrió negando con la cabeza y habló:

-Hagamos un juego, el que tome más cantidad de chupitos gana.-hizo una pausa- Si yo gano tenes que aceptar bailar conmigo, y si vos ganas no te molesto mas. Las copitas ya estaban sobre la barra y yo ya estaba preparada para ganar, no tomo casi nunca y espero que el alcohol no haga mucho efecto.

-3...2..1. ¡Ya!- gritó uno de los amigos del Argentino.

Empecé a por el primer chupito, el liquido viajaba por mi garganta y tenia ganas de escupir todo, tomé el segundo y visualice al chico que ya iba por el cuarto.Empecé a tomar más copitas, y por más que este tomando rápido el morocho me iba ganando. Solo le quedaban tres y a mi cinco.
Mi cabeza estallaba, entre el alcohol, la música y los gritos de los amigos alentando, iba a explotar.

El Argentino se paró de su silla con una copita en su mano, sonrió y tomó el último chupito que le quedaba, para luego sonreír victorioso y abrazar a sus amigos

Me levanté de mi silla para luego caminar hacia otra parte del bar. Por supuesto que estaba enfadada, no me gustaba perder.

-Vos de mí no te escapas- me tomó de la cintura apoyando mi espalda en una pared.

Nuestras bocas estaban tan cerca que hasta podía sentir su respiración.

-¿Y si no qué?-hablé pero fue más un susurro que otra cosa. Me ponía nerviosa su cercanía.

Miró mis labios para luego morder los suyos y sonrió.

Juntó sus labios con los mios, pasando sus manos por mi cintura para juntar más mi cuerpo al suyo, pase mis brazos por su cuello dando más profundidad al beso.

Sabía que me iba a arrepentir, pero quizás nunca lo iba a volver a ver, sólo era una noche más.

***

Ya sé que es medio corto el capítulo, pero el próximo juro que va a ser más largo♡

Ojalá | Paulo Dybala (En edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora