2nd.

217 20 0
                                    

Wonho; así me había pedido que lo llamara, pues de ese momento sería mi protector. Me lo dijo con una sonrisa dulce y perfecta que sentí mis mejillas arder, por dios ¿cómo es que nunca había visto a éste hombre? Era lo suficiente atractivo como para haber captado la atención de muchos. Y contando su sonrisa, tenía un cuerpo bastante trabajado que podía verse a simple vista a través de sus camisas adheridas a él. Fui pillada en un par de ocasiones observándolo con determinación.

- ¿Te parezco interesante? - Preguntó sin borrar aquella sonrisa de sus labios.

- Me preguntaba el cómo es que nunca te vi. Es decir... Un chico como tú jamás hubiese pasado desapercibido. -Murmuré.

- Porque era un 'don nadie', no era muy agraciado y un debilucho. Además, no me importaba ser reconocido por otros, sólo deseaba tu atención. - Confesó tomando asiento a lado de la cama, como era de costumbre. - Y veo que ya lo tengo. ¿Te gusto ahora? - No vi venir esa pregunta. Parpadee un par de veces y mordí mis labios.

- Creo.. Que eres muy atractivo. - Su sonrisa no pudo haberse ampliado más.

- Eso debo tomarlo con un sí ¿cierto? - Vacilando un poco y con aquellos ojos con los que me miraba Wonho, asentí. El rubio acortó la distancia de pronto, deteniéndose a un par de centímetros de mi rostro asegurándose de que no volviera a despreciar su cercanía.

Tomándome por los hombros y posteriormente tomarme por mi mejilla, mis parpados cayeron al sentir el aliento golpearme los labios, cubriéndolos después en una sensación cálida y húmeda. Torpemente seguí el ritmo del beso que al poco tiempo se estaba convirtiendo en uno más exigente y sofocado, en un fallido susurro por tratar de detenerlo, Wonho mordió con algo de fuerza mis labios, obligándome a gemir y así aprovecharse para colar su mojada lengua en mi cavidad bocal.

Wonho no me dio la oportunidad de protestar, comenzando a destruir cada una de mis defensas que aún me mantenían cuerdo y trataban de alejarme de él, pero era simplemente imposible, el rubio me superaba en todos los aspectos. Inútilmente mis manos trataron de empujarlo lejos, palpando así sus pectorales, haciéndome sentir ridícula por tal esfuerzo en vano, ese hombre era simplemente una barrera de acero, no sería capaz de apartarlo de ninguna forma.

Aun así, algo imposible de evitar es el recuperar el aliento, dándome así tregua por un momento. Ambos con jadeantes nos separamos, sintiendo la penetrante mirada de Wonho sobre mí, sus algo agrietados labios se ampliaron dejándome ver nuevamente aquella perfecta sonrisa, volviendo a encender mis mejillas como si fuesen brasas.

- Eres exquisita.. Joder, y solo ha sido un beso. - Mencionó ya más tranquilo, apartando ciertos mechones de cabellos rebeldes que estaban sobre mi rostro. - Quiero dormir contigo, bonita. - Mi respiración se acortó al instante y Wonho notó como me tensé, éste resopló negando mientras tomaba una de mis mejillas. - No voy a hacerte nada. No por ahora. - Traviesamente mordió sus labios y me guiñó, deshaciéndose de su camisa, revelando una prenda blanca de tirantes que mostraba más de su piel nívea y de su poderoso cuerpo, un suspiro escapó tras ver aquel chico a medio vestir en la cama, acercándose y acorralándome con su peso que suavemente depositó a lado mío, atrayéndome con sus brazos fornidos para abrazarme, hundiendo su cabeza sobre mi cuello, provocándome escalofríos ante su aliento. - No sabes cuantas noches imaginé tener el calor de tu cuerpo, de besarte y tenerte así, tan cerca de mí. - Un nudo comenzó a formarse en mi garganta, impidiéndome tragar saliva como era debido. Las palabras de Wonho estaban provocándome demasiadas sensaciones contradictorias; en la forma que hablaba tan sincera, en la forma de mirarme, pero también de la manera que me tenía en ese lugar.

...

Una sensación de humedad fue haciéndome reaccionar poco a poco, éste se esparcía por todo mi lado derecho, logrando finalmente despertarme. Mis párpados algo caídos me abrieron poco campo de visión, encontrándome a Wonho dedicándose a besar mi brazo, al moverme, el chico se percató que me encontraba despierta para así sonreírme.

- Has despertado al fin. - Dijo de forma ronca, al parecer el chico tenía poco de haber despertado. Sus labios ahora se estamparon contra mi frente y mejilla, su cuerpo volvía a oprimirme contra la cama.

- Wonho.. Necesito espacio, estás aplastándome. - Murmuré en forma ahogada, tratando de que se retirara un poco.

- Lo lamento, no me puedo contener. - Se disculpó, depositando un beso fugaz sobre mis labios. - Siempre quise hacer esto. - Wonho tenía comportamiento de niño de vez en cuando y era demasiado lindo, pero su lado serio me asustaba, me aterraba bastante. - Además.. He preparado nuestra cita.

- ¿Cita? - Interpelé confusa. ¿Ahora con que saldría el rubio?

- Sí, una cita. Te llevaré a un lugar en donde ambos la pasaremos bien, te va a gustar. - Dicho esto, el rubio se apartó completamente y se dispuso a retirarse de la cama. - No puedo esperar lo hermosa que te verás con lo que he comprado. Espera un momento, ahora vuelvo. - Wonho desapareció de la habitación, regresando en menos de cinco minutos con algunas bolsas, las cuales dejó en los pies de la cama. - Son obsequios para ti, bonita. - Me quedé mirando la variedad de bolsas que había traído, despertando curiosidad por lo que había dentro. El timbre de un móvil me sacó de los pensamientos, haciendo que el rubio se disculpara y se retirara de la recámara, dejándome sola.

"Bueno, supongo que debo investigar lo que Wonho me acaba de comprar" Pensé, acercándome a las bolsas y así comenzar a hurgar entre ellas; encontrándome primeramente con un vestido de color zafiro, corto pero nada revelador, con corte de tabla y de mangas; sencillo pero hermoso. Proseguí con las demás bolsas, encontrándome con un par de zapatillas de tacón chico, que hacían juego con el collar de plata, pero la sorpresa fue encontrarme con un juego de lencería. El calor en mi rostro se hizo presente, de seguro parecía una braza andante, imaginándome de pronto a Wonho por la sección de lencería, tocando y observando cada uno de los conjuntos que estaban en exposición. "Maldito pervertido" pensé, dándome cuenta que incluso hasta en la talla estaba en lo correcto, no tenía idea de qué manera pudo haber llegado a esa conclusión tan acertada, pero a l vez recordaba que ese chico desde hace mucho había puesto los ojos en mí, quizá me conocía más de lo que podía imaginarme.

Rápidamente volví a meter la lencería en una de las bolsas cuando sentí a Wonho entrar a la habitación, yo sólo me encontraba acariciando mi cabello y observando el conjunto de ropa que estaba esparcida sobre la cama.

- ¿Y bien? ¿Te ha gustado? - Preguntó Wonho mientras mordía su labio inferior, seguro estaba esperando de manera ansiosa por mi respuesta.

- Am... Está lindo. - Respondí mientras rozaba apenas mis dedos por sobre la tela del vestido. -

- Si no ha sido de tu agrado, sólo dímelo, te compro el que quieras. -

- Oh, no, no, no. En verdad, me ha gustado mucho, quizá debería de probármelo ¿no crees? - Wonho esitró sus labios dejando ver esa sonrisa que aunque no quisiera admitirlo, me estaba encantando de cierta manera. -

- Claro preciosa, sé que cualquier vestido que te pongas, te hará ver hermosa. - Expresó mientras se acercaba y tomaba de mi mano para así incorporarme de la cama, me giró repentinamente y me abrazó por la espalda. - Haré que no te arrepientas de estar conmigo cada segundo. -

Atada a mi. [HETERO WONHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora