Varia

411 35 3
                                    

Gracias a que Viper me llamaba seguido para contarme sus planes, sabía que Levi-a-than empezó a hacer su movimiento.

Por un momento Iemitsu me puso entre la espada y la pared.
En medio de mi actuación, me hizo prometer que no le contaría por ahora nada de lo que estaba sucediendo a Nana...Por ahora.

Cuando alguien termine en el hospital lo haré, mi madre podría entrar en pánico por la preocupación. No quería otra masacre como la de hace 3 años y medio, menos que pensara que la estaba traicionando.

.

El encuentro con los Varia fue aterrador para muchos...

Después de todo son los asesinos más capacitados de Vongola, fuertes, aunque ingenuos.

Podrían ser asesinos, pero tienen más humanidad que yo.

Me hacen pensar lo iguales y diferentes que somos. Cuando incliné levemente mi cabeza vi como Nana observaba la escena escondida entre las sombras, con esto no tenía la necesidad de contarle las cosas, nos había seguido.

Poco después se decidió cómo sería la batalla, apareció la organización Cervello. Nos aclararon que trabajaban para Vongola.

Esto no era totalmente cierto, cada una de ellas fue un accidente, no puedo decir que son seres humanos por completo, pero existían, podían sentir dolor, tener conciencia, sentimientos. Claro que no dejaban de ser simples muñecas.

Ellas fueron el resultado de una pelea entre Karen, Nana y yo. Al final las dejamos en puntos estratégicos de la mafia. Llevaba años planeando destruir el pilar de la mafia, así como al sujeto que casi asesina a mi madre y Cervello era clave en esto, siempre serian espías que nos sirven lealmente.

A la mañana siguiente, dejé que mi madre a cargo de todo. Me tenía que enfocar en la batalla y entrenar. Las llamas del Cielo eran aterradoras, debía aprender controlar, lo más rápido posible.

En el salón de clases Kyoko me interrogó sobre una batalla de ¿sumo? No estaba seguro de que pasaba hasta que mi guardián del Sol me explico.

-Eso es todo, cuento contigo para seguirme la corriente Sawada.

Cuanto termine de hablar con Ryohei sobre su mentira de la competencia de sumo, espere que Hanna se quedara sola.

-Hanna, necesitamos hablar.

- ¿Ahora quieres hablar? - entendía su enojo - deberías seguir pretendiendo que no nos conocemos Sawada, me haces un favor.

-Hanna, por favor - por primera vez suplique - sabes que tenía que hacerlo, no me hagas los mismos berrinches que Kyoya.

Cuando me distraje golpeo mi cabeza.

-No me compares con ese adicto a las peleas.

Así es, Hanna y Kyoya se conocían, éramos amigos desde la infancia; nuestra relación cambio desde que la familia Hibari murió en un accidente.

-Solo quiero pedirte algo, entiende que quiero mantener mi fachada, por favor.

Pasar tiempo con Hanna me divertía, entendía un poco mi demencia. Lo más importante, no me juzgaba, aunque al final la abandone sin explicaciones. Oí como murmuraba entre dientes maldiciones, también algo que entendí sobre monos revoltosos y apestoso.

-Bien, pero que conste que lo hago por la amistad que teníamos.

Esa era Hanna, al principio podría parecer un poco pesada... nada más alejado de la realidad.

Supe que era una amiga estupenda cuando la conocí más a fondo, entendí cuán equivocado estaba sobre su actitud hacia los demás, aprendí que era una mujer madura, perspicaz y apta para el mundo de la mafia. Un mundo al que no quería meterla, un mundo en el que sus padres estaban hasta el cuello.

Sawada Tsunayoshi/ Wattys 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora