Un Libro

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—— ¡habla Lucius! ——exclamó América con impaciencia al ver que el rubio solo la veía.

—— lo siento, se que lo que te hice no tiene justificación aunque tu enojo tampoco digo no eres mi esposa así que no te engañe, te lo explique aquella mujer no se que paso caí en su red, yo a ti te amo Amé ——Lucius detuvo sus palabras al ver lágrimas en el rostro de América.

—— mi enojo no es justificado ¡vaya! ——menciono América alzando las manos con frustración—— unos días antes me pediste que fuera tu esposa, ¿lo olvidas?, caíste con esa mujer, ¿de que manera me dices que me amas si no pudiste soportar la tentación? Y tienes razón el haber sido tu prometida no me da justificación para haberme enfadado, te ofrezco una disculpa por ello, pero tranquilo a mi no me debes nada, ten tu anillo no lo necesitaré ——dijo sacando la joya de su dedo poniéndola en la mano de Lucius que la miraba con incredulidad.

—— no América tu no me puedes hacer eso, llevas un hijo mío en el vientre, no me alejara de mi hijo ——exclamo Lucius sin detenerse a si quiera respirar.

América rápidamente tomó su varita y apuntó a su vientre haciendo que una luz morada lo rodeará.

—— listo como antes, ahora no hay nada que te una a mi ——exclamó América.

Un silencio incómodo se instalo entre ambos cada uno culpando se de sus acciones, ninguno dispuesto a dejar atrás su orgullo, los ojos de ambos reflejaban tristeza e irá pero más que nada dolor. Lucius no apartaba su mirada de los ojos de América tratando de buscar algún indicio de mentira en el hechizo que el creía ella había realizado.

América con el corazón latiendo a más no poder sostuvo la mirada penetrante de Lucius intentando no demostrar todo lo que su mente y corazón ocultaban.

Ambos dispuestos a decir más del tema fueron interrumpidos por la puerta de el despacho que fue abierta. En el umbral de la puerta Remus con un libro entre sus manos entró a la habitación sin percatarse de los presentes en ella.

—— este libro es muy bueno ——murmuró para si mismo Remus.

——  América tienes idea de donde se encuentra Severus no me ha podido llevar la poción y la necesito ——comento Remus con voz audible  antes de levantar la vista de su libro encontrándose con las miradas de Lucius y América.

Está última rápidamente se acerco a su escritorio sacando varios frascos de una de las gavetas.

—— Severus no iba a estar hoy así que me dejó varias dosis, había olvidado por completo que aún no te las daba, lo siento Remus pero aquí están ——dijo con rapidez poniéndo los frascos en las manos de Remus que asintió.

—— gracias ——dijo pasa salir de la forma más calmada que pudo del despacho ante la atenta mirada de Lucius.

Cuando  América se aseguró de que la puerta estuviera cerrada, regreso su atención a donde se debía de encontrar el rubio observando como ya no se encontraba ahí.

Soltando lágrimas silenciosas se acerco a una puerta al lado de su escritorio entrando a través de ella con rumbo a Hogsmeade.

Lucius se encontraba en la mansión Malfoy destrozando todo lo que veía a su paso, pedazos de tela, madera, porcelana se extendían a lo largo de toda la casa, incluyendo el piso de arriba. En cuanto llego a la habitación continúa a la de Draco abrió despacio la puerta viendo la habitación en blanco, sin poder contenerse más cerró la puerta derrumbando se en el piso donde lágrimas salvajes salían de sus ojos.

La culpabilidad de haber abandonado a Draco, haber cedido a la tentación, junto con la forma en la que actuó frente a América y la reciente pérdida de su hijo pudo derrumbar al rubio que en sus manos sostenía una foto que había tomado de uno de los muebles de la habitación, una  foto donde aparecían Draco, América y el la noche en que le pidió matrimonio a América.

 América  Malfoy (Lucius Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora