-Extraño todas esas veces que me abrazabas frente a todos, sin importarnos nada- le susurre, mientras lo pegaba a mi, con las intenciones de no soltarlo nunca.
- Yo también las extraño- susurro, en mi oído- cuando te abrazaba por la cintura y te susurraba un te quiero.- tomo mi cintura y me apretó mas contra el
- Cuando me perdía en tus ojos azules y me imaginaba una vida contigo.- tenia la barbilla recargada en su hombro, los ojos cerrados, mientras las lagrimas descendían saladas y frías por mis mejillas.
- Todavía podemos ser felices, Harry- suspiró - Podemos estar juntos toda la vida.
- Me lo juras? - levantó la mirada y fijo sus ojos esmeralda con los azules. Ambos pares de ojos, rojos por las lagrimas.
- Te lo juro, siempre...
- Juntos.
Y así ambos terminaron con su vida, se lanzaron desde el puente, para caer al mar y estar juntos por siempre, en la inmensidad en donde el cielo y el mar se unen, para festejar la llegada de dos ángeles.