Capitulo 3: renacer
Naruto no podía creer lo que el demonio frente a el le había dicho como podía algo así ser suyo y mas aun como podía el tener un poder de ese tipo no tenia ni idea necesitaba una explicación y aguardaba paciente que la zorra le dijese
-bueno creo que debería empezar por el principio no crees, cuando fui despojada de mi poder y lo metieron dentro de tu hermana yo ya había sido sellada por completo dentro de ti, el problema vino cuando mi energía me fue arrebatada tu cuerpo no soporto el procedimiento por lo que te moriste unos minutos, yo no tenia deseos de morir asíque compartí con tigo mi esencia vital en un afán por revivirte lo logre con éxito solo que tus rasgos se mezclaron con los míos por eso las marcas de tus mejillas y tus pupilas rasgadas, después de eso caí inconciente por no se cuanto tiempo cuando desperté me di cuenta de que en mi celda había alguien mas por un momento pensé que eras tu pero cuando me acerque me di cuenta de que no era así, mira esto es lo que estaba junto a mi-
Tan pronto como ella se movió dejo al rubio ver lo que había ahí y no podía estar mas que incrédulo con lo que estaba frente a el, era una especie de animal una mezcla muy rara entre un lobo con orejas de zorro, lo curioso de el era que su cuerpo parecía cubierto por completo por una extraña armadura corporal blanca y lisa casi como hueso con ligeras protuberancias a lo largo de la espina y con una especie de punta afilada al final de su larga cola, sus garras lucian enormes y peligrosas, sus orejas largas como las de un zorro terminaban con marcas oscuras rojas como la sangre en las puntas de las mismas en su cara su extraña armadura envolvía su rostro dejando ver solo los alargados colmillos y con dos manchas negras que rodeaban la parte inferior de sus ojos y descendían por sus mejillas casi como lagrimas.
La extraña criatura parecía estar ahí fija sin moverse lo mas curioso de su escalofriante aspecto era que en sus ojos amarillos no había pupila y parecían vacíos como si no hubiese nadie detrás de ellos era como estar mirando un par de cristales sin vida.
Naruto no podía creerlo como había llegado esa cosa a estar dentro de el y mas intrigante era como podía eso ayudarle en su pelea no parecía siquiera estar vivo
-¿que es eso? Tu sabes Kyubi_san- pregunto algo asustado a la pelirroja que miraba al extraño ser curiosa
-no estoy segura Naruto_kun nunca había visto algo así bueno he pasado mucho tiempo sellada pero en el tiempo que pase libre no llegue a ver algo así y la verdad no estoy segura de lo que es- dijo ella algo decepcionada de que el rubio no supiera que era tenia la esperanza de que Naruto tuviese alguna idea aunque fuese de alguna leyenda antigua pero no sabia nada
-yo podría decirles que es- dijo una voz a un lado del rubio, ambos voltearon deprisa sin creer lo que estaba frente a ellos.
En la aldea de la hoja Kushina Namikaze caminaba por las calles acompañada de su pequeña hija iban ansiosas hacia el restaurante ichiraku, parecía que la adicción al ramen era alguna clase de rasgo distintivo de la familia de la mujer pelirroja. Tan pronto llegaron notaron triste al dueño del local el viejo Teuchi parecía algo preocupado, aun así atendió a ambas mujeres con rapidez para perderse de nuevo en sus pensamientos, ambas llevaban su 5 plato de ramen cuando de la trastienda entro la castaña hija del hombre Ayame era un adolescente de unos 15 años, lo que llamo la atención de Kushina fueron sus ojos rojos e hinchados sin duda había estado llorando.
-hija deberías seguir descansando- dijo preocupado el hombre mientras la esposa del hokague miraba todo curiosa poniendo atención y concentrando chakra en sus oídos para no perderse la conversación.
-no otosan no puedo dormir además de que el trabajo me distraería, ¿crees que halla sido cierto lo que decían?- pregunto con una mirada cristalina en sus ojos
