Capitulo 4: viva el infierno
Era una tranquila mañana en medio del bosque, el sol apenas comenzaba despuntar a la distancia pero cierto hombre de una maraca en el rostro empuñaba su arma lista para atacar con una sonrisa en su cara, frente a el un rubio yacía dormido, cómodamente con algunas vendas atadas alrededor de sus brazos , el guerreo sonrío aun mas cuando lanzo su arma.
La hoja brillo con los rayos de la mañana antes de clavarse en el hombro del rubio… la sangre voló por los aires, mientras el rubio increíblemente era levantado en el aire por la cadena que ahora se enroscaba en su cuello casi al punto de romperlo, estaba aterrado sus ojos azules de pupila rasgada mostraban terror cuando el atacante estiraba la cadena contra su cuello.
-te dije que nunca bajaras la guardia- dijo serio mientras el rubio comenzaba a ponerse azul, de un momento a otro el rubio sonrío y estallo con fuerza arrojándolo por el aire hasta chocar contra un tronco seco.
-je no esta mal un clon explosivo parece que al fin lo entiendes-, murmuro el maestro solo para que un montón se shuriken volaran hacia el justo de entre el humo.
Una rápida sustitución con una roca soluciono el problema, cuando el humo comenzó a despejarse mostrando a un rubio justo donde había estado el clon, un segundo el chico, la ropa estaba algo rota y parecía tener restos de sangre seca en el y viendo de cerca una pequeña capa rojiza terminaba de cerrar las herida menores; cortaduras y quemaduras pequeñas, viéndolo bien parecía haber estado cerca de una explosión o mas bien debajo de ella.
-quien dijo que yo era un clon explosivo, mas bien los sellos explosivos sirven muy bien en un kague bunshin- respondió el ojiazul con una confiada sonrisa en su cara mientras miraba su maestro que lo observaba algo desconcertado
- que estas loco eso pudo matarte, como me vencerías si estas muerto- pregunto molesto el hombre por tan suicida maniobra
-oh vamos no me subestime kichigai sensei (maestro demente), además porque no ve su arma- el guerreo miro su arma lucia normal un segundo había varias notas en la cadena
- HIJO DE PU…- ¡BBBOOOOOMMMMMM! (que efectos de sonido verdad)
La explosión resonó en todo el bosque alejando animales y a las pocas personas que se hallaban en las inmediaciones, cada mañana era lo mismo los pocos pobladores de una aldea cercana ya se habían acostumbrado siempre al salir el sol comenzaba la lucha que se prolongaba casi hasta la hora de comer, como era que esos dos lograban sobrevivir y tener energías para eso cada mañana solo dios lo sabia.
El medio día se acercaba y a lo lejos resonaban las explosiones y maldiciones de ambos individuos, eran un caso muy peculiar; de pronto todo se calmo y minutos después un maltrecho y quemado hombre arrastraba tirando de una pierna casi sin ganas a un inconciente rubio tras de si quien de nuevo estaba inconciente y sin camisa dejando al descubierto su pecho en plena formación y algunas heridas que no terminaban de sanara como era que se recuperaba tan rápido nadie tenia idea, bueno Hanzo lo sabia.
La taberna de la pequeña aldea estaba a medio llenar como siempre su momento mas fuerte era al anochecer cuando los cansados hombres iban en busca de su amada bebida, la puerta del bar abrió y un fastidiado Hanzo entro tirando tras de si al inconciente rubio que con toda amabilidad y delicadeza posible lo arrojo a una silla, que por cierto se rompió con el golpe, el tabernero suspiro era la sexta silla este mes. El hombre tomo asiento en la barra y ordeno una bebida fría, segundos después y tras darle unas indicaciones al cantinero salio del local dejando al rubio ahí tirado sin importarle las miradas que recibía de los pocos clientes.
Dentro del rubio este una vez mas estaba frente a la bella pelirroja quien miraba divertida al rubio molesto frente a ella
- no se que le ves de gracioso Kyu_chan- dijo seriamente a la zorra que reía ante su desgracia