7. Novios

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10:30 AM

Los rayos del sol de la mañana logran pasar por la pequeña ventana de la cabaña, Mabel había abierto la cortina (que pusieron hace unos pocos días) y había abierto la ventana en su totalidad.

El castaño despierta frotándose un ojo con el dorso de la mano y lo primero que ve es a Bill sentado en la cama de su hermana, hablando con ésta alegremente.

Al principio no se preocupó, hizo como si nada, pero, al recordar lo que pasó con Bill y poner atención al tema de la conversación que tenían, reaccionó, agarró lo que tenía más a mano (lo cual fue una almohada) y se lo arrojó a Bill, la cual le dio justo en medio de la cara.

-Despertaste de mal humor, ¿eh? - dijo con la almohada en su regazo.

-¿¡Como quieres que despierte después de escuchar que hablabas con mi hermana de eso!? - protestó, a lo cual recibió una carcajada como respuesta.

-Mabel, ¿Nos darías un poco de privacidad?

-¡Claro! - exclamó corriendo a la puerta para irse.

El rubio se sentó en la cama de su pino y le acarició la cabeza, despeinando un poco su cabello, a lo que se sonrojo levemente.

-No tienes que hablar de… Esas cosas con otras personas.

-¿Porque?

-Es algo privado.

Bill rió.

-Entonces no lo volveré a contar.

-Mas te vale.

-¿Mas me vale?

-Si.

-¿O sino que? ¿Me darás otro almohadazo? - comentó burlón.

Dipper gruñó.

-Solo no lo hagas y punto.

-Bien, bien.

Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que Bill decidió preguntar…

-Solo para confirmar… Ahora somos novios, ¿verdad?

Esa pregunta paralizó a Dipper por unos segundos.

-Es decir, te gusto, me gustas, hicimos eso… - Se giró a verlo - No tienes que preocuparte por contarle a tu familia, yo puedo encargarme de eso, lo único que tienes que hacer es decir “si” si quieres que seamos novios - añadió con dulzura para calmarlo.

El castaño lo pensó unos segundos, la vergüenza le había hecho un nudo en la garganta, por lo que se le dificultaba hablar, pero al final logró librarse del nudo, justo antes de que el demonio volviera a hablar.

-Si - con los ojos cerrados, un sonrojo en sus mejillas y con un hilo de voz, consiguió decirlo.

-¿Que dijiste? No te oí -  mintió, con un tono seductor.

-¡Si que me oíste mentiroso! Ya lo dije, ya está.

El rubio rió para luego agregar: - Está bien - y depositarle un beso en los labios - Te adoro.

Dipper se sentó en la cama rápidamente para salir de esa situación, inconscientemente soltó un leve quejido.

-¿Que pasó? ¿Te duele? ¿Te sientes bien? - Se alarmó el rubio.

-¿Eh? No pasa nada - la verdad era que si, le dolía, un poco pero le dolía.

-Parece que te duele…

El menor solo se sonrojó y miró a otro lado.

-Si te duele… - concluyó y suspiró.

Decidió cargarlo para llevarlo escaleras abajo, al comedor.

~He vuelto por ti~ BilldipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora