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Me tenían loco
sus cicatrices y sus ojeras,
sus alas y sus sonrisas,
su forma de ver la vida
y su forma de disfrutarla.
Ella me tenía loco,
todo lo que hacía
y cómo lo hacía.
Ojalá la hubieseis visto
con aquella camisa blanca
y sus labios color carmesí,
con una sonrisa alegre
y unos ojos tristes,
ofreciendo primaveras
cuando era un frío invierno.
En eso se basaba su magia,
"Nada es lo que parece" repetía.
¡Qué inocente, nunca lo vió!
Parecía que estaba loco,
pero era cierto lo estaba por ella.

Dulce Introducción Al CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora