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CAPÍTULO TRES

La verdad infiere de la perspectiva

Me duele la cabeza

Que sueño tan raro

Me levanto de la camilla, parece que está atardeciendo

Veo cómo la puerta de la habitación se abre dando paso a mi tía

-Al fin despertaste!- exclama Jaselyn- estuviste desmayada un largo tiempo Ara

- Que?- dije asustada - que pasó?

-no recuerdas lo que te dije?- me pregunto a lo que yo quedé muda y ella rodó los ojos- lo de tu madre- dijo y yo seguía callada- que fué un ángel Ara!- dijo y yo abrí los ojos a más no poder

- no era un sueño?- digo asustada

- ay sobrina!- exclama - todo lo que te dije es cierto, seguro por la sorpresa te desmayaste. Ahora hay que irnos a casa, hace un buen rato te dieron de alta, pero por lo que pasó, te deben volver a revisar- me dice algo abrumada -necesitamos volver, el tiempo es corto

-pero...- digo balbuceando, pero de mis labios no sale palabra alguna

Es increíble e irreal lo que Jaselyn me ha dicho, cómo puede ser todo eso posible?

- ya me oíste, y de verdad lamento no haberlo dicho antes, sucede que en tal caso además de haber perdido la razón, hubiera sido muy peligroso - aclara Jaselyn

No sé qué pensar

Y eso es raro viniendo de mi

...

Siempre pensé que las personas ocultaban sus secretos para no ser vulnerados por ellos, pero éste secreto es otro nivel del que jamás me hubiera imaginado ser parte

Ya mi tía se fue de la habitación dejándome pensar y dijerir lo que me acaba de decir

Aún no lo puedo creer.

La puerta de la habitación es nuevamente abierta como ha sucedido a lo largo del día

- Ara, ya hicimos los estudios preliminares, y te encuentras bien, has respondido correctamente a los medicamentos, y tus heridas y lesiones han mejorado demasiado, te daré de alta, nuevamente - dice riendo - aunque claramente necesitas descanso y cuidar del yeso de tu muñeca- dijo el médico Rafael

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*En otro lugar "del mundo"*

- ya lo sabe

- muy bien, ahora solo debemos esperar a que sus alas nazcan y se revele su color para interpretar qué lugar custodiará

- en el infierno nos hace falta un guardián

- ignoren a Stefan, sigan con su trabajo

***

Acabo de llegar a casa, estoy algo exhausta a decir verdad, tantos chuzones gracias a los sueros y agujas no son algo lindo de sentir

Gracias a Dios ya puedo estar en casa de nuevo, puedo imaginar lo que se siente poder volver a ver los Simpsons sin ser interrumpida por doctores y enfermeras revisando y moviendo objetos desconocidos para mí una y otra vez, puedo acostarme en cama a leer Bhagwan, y lo mejor de todo es que puedo comer cómo Dios manda, aunque a pesar de todo, puedo decir que estoy viva aún luego de ese horrible accidente, y aunque mi auto se haya ido al caño, agradezco estar en el mundo terrenal.

- Ara, entra a la casa, voy a comprar comida para la cena, ya regreso - dice mi tía a lo que asiento y nos despedimos con un beso en la mejilla

Entro directamente a la casa, o mejor dicho, al baño, mi vejiga va a explotar y me duele la cabeza como un demonio

Mierda, demonios, seres celestiales, alas, mis padres, me había olvidado por completo de esos pequeño detalles.

Ya en el baño abro la canilla del lavabo, recojo un poco de agua con mis manos y me la tiró en la cara

Ojalá se me quite el dolor, porque voy a tener que ir por la trapera

Siento un dolor punzante de nuevo, parecido, o aún peor que el que sentí al despertar en el hospital, llevo mi mano a la parte alta de mi espalda

Siento un líquido caer y correr por la misma, a lo que miro el piso divisando sangre

Me estremesco ante tal imagen frente a mi, el piso del baño está cubierto de el líquido espeso que el corazón bombea y pasa por las arterias, pero ésta tiene un color distinto al anterior, es más vino tinto.

Toco mi espalda y siento algo suave salir de entre espacios en la piel, me atemorizo y salgo del baño, y me pongo frente al espejo de cuerpo entero de la habitación

Diviso algo voluminoso salir detras de mi espalda

Así que era verdad tía...

Son alas

Nunca antes había había visto algo así, y mucho menos había oído hablar de alas de varios colores