Unrequited lovers

CAPÍTULO 4

Estábamos a viernes. Llevaba casi una semana aqui. No he hablado nada con ninguno de los chicos y con mis compañeras de piso muy poco, es por vergüenza, ya se que he de pedirle perdón a Niall pero mi orgullo me lo impide. Desde siempre he tenido mucho, hasta mi propia familia me lo decia, he podido estar sin hablarle a mi mejor amiga un mes por tal de no tener que pedirle perdón. Ahora que me he acordado de ella la voy a llamar, me siento sola aqui sin ella.

-¡Hola cieeelo! ¡No te imaginas lo mucho que te echo de menos! Ojalá estuvieras aquí conmigo.

- ¡Mi niiiña cuanto tiempo sin oírte! ¡Yo también te echo muchísimo de menos! ¿qué tal todo por allí? ¿y el trabajo?¿has conocido a algún famoso?¿Está bueno?

- Pues bien, el trabajo está genial, ya sabes, y si, he conocido a one direction,y lo de si están buenos pues, dejemoslo en que son guapetes en persona.

-¿Y las compañeras de piso qué tal?¿ya son tus amigas?

- Son encantadoras, un amor de niñas, gracias a ellas conocí a los chicos. Fíjate si es gracioso que me encontré a uno de ellos semi desnudo en mi cama nada más llegar.

- ¡Dios mio Em! Menudo recibimiento, ¡te quejarás!

- Jajajaja no, no me quejo- mentí. Te tengo que dejar, descansa Kelly .

- Chao nena.

Dejé el móvil sobre la mesita de noche y salí al salón.

- ¡Hey Emma! ¿te vienes? vamos a casa de los chicos - me informaba Erin.

- No creo que sea una buena idea, no me porté muy bien la última noche que estuve con ellos, no creo que sea bienvenida.

- ¡Pero qué dices tonta! Si lo dices por Niall pasa de él, venga, nos lo pasaremos bien, además, habrá alcohol- decía picarona Tara.

-Está bien, iré.

Me puse mis shorts estampados con florecitas, una camisa de volantes blanca cortita, y mis vans rosas. El camino se me hizo eterno ¿estaba nerviosa?, cuando salí de mis pensamientos ya habían tocado al timbre y Louis nos estaba abriendo la puerta, nos saludó a Erin y a mi con dos besos y a Tara le dio un largo pico en los labios, "qué calladmenos lo tenía" pensé.

Aquella casa era enorme, era de una sola planta, a la izquierda del recibidor estaba el gran salón con televisión de plasma y dos sillones en los que cabían unas seis personas en cada uno, enfrente estaba la cocina y al lado un enorme pasillo que tenía muchas puertas, cada una daba al dormitorio de cada uno con su baño incluido y al gran jardín con piscina y una barra y a un gran gimnasio. Louis nos guió al jardín, todos estaban allí reunidos, se acercaron a darme dos besos menos Niall, él me miraba con desprecio, me sentía fatal.

Después de unos cuantos mojitos y dos cubatas, ya estaba contentilla, me fui a la barra, subí a ella, grité "música maestro" para que Liam la pusiera, y empecé a bailar muy sensual y dar voces mientras cantaba al ritmo de Olly Murs, así estuve unas cuantas canciones más mientras todos se reían y Harry llegó hasta mi, me cogió en brazos y me bajó. Cogí carrerilla, empecé a correr y me tiré a la piscina, madre mía ¡qué divertido!

Tras un rato nadando y escuchando las típicas quejas de Erin y Tara; "sal de ahí o te resfriaras" "no tienes ropa" "estás muy borracha" salí del agua y los chicos me dijeron que fuera a cualquier habitación a buscar una toalla, sin más dilación,

entré en la primera que me pilló de camino, busqué el baño y encontré toallas limpias, mientras me desnudaba y colocaba la toalla para tapar mi cuerpo, una mano por detrás me tocó el hombro, me sobresalté.

- ¡Niall! ¿qué coño estás haciendo aquí?

- Estás en mi habitación chata.

Demasiada casa para luego acabar aquí, joder.

- ¿A qué esperas? ¿A que te devuelva la toalla? Sal de aquí de una maldita vez.

- ¿Y si no quiero?- dijo acercándose poco a poco a mi.

Salí de allí tras un fuerte choque con su hombro a lo que él me para tras agarrar mi brazo.

- Ven aquí tonta, he venido a pedirte perdón, no a que te enfades más conmigo.

- Adelante.

- Bueno primero de todo perdón por entrar aquí sin avisar y bueno, que perdón por lo de la canción, por la discoteca etc... Y quería aclararte de que tu a mi no me gustas, era todo una broma.

Justo en ese momento noté como todo el peso de mis hombros desaparecía.

- Disculpas aceptadas. Yo también quería pedirte perdón por huir y llamar a aquella chica puta. Y sobre lo que yo no te gusto, no sabes el alivio que me das, porque me encantaría llevarme bien contigo sin tensiones entre nosotros- noté que su cara desvanecía y me miraba un poco triste.

Le di un caluroso abrazo, un beso en la mejilla y salí de ahí. Fui a buscar a las chicas, nos despedimos de los chicos y regresamos a casa. Había sido una gran noche.