Marriage Ultimatum [VHope] EDITANDO ⚠️

05 [Y]

Capítulo 05

Hoseok no podría decir que las tres últimas semanas no habían sido las mejores de su vida, porque lo habían sido.

Taehyung y él se veían todos los días por la tarde y algunas veces también para comer, hasta que empezó a preguntarse qué hacía antes de conocerlo. De repente, la vida antes de Kim Taehyung era sólo un vago recuerdo.

Fueron al teatro, al cine, a visitar museos y galerías de arte... a cenar en los mejores restaurantes, por supuesto. Pero también iban a dar largos paseos durante los cuales hablaban de todo. O casi de todo. Si él empezaba a hablar de su madre, Hoseok cambiaba de tema.

Cenaron con Minjoo un par de veces y, cuanto más la conocía, más le agradaba. Cuando la hermana de Taehyung le pidió que lo acompañase a ver un apartamento, Hoseok aceptó encantado.

—No quiero ir con mi hermano.

—¿Por qué?

—Porque no podemos tener gustos más diferentes. Su ideal de casa es un sitio donde todo aparece cuando uno aprieta un botón. Aséptico, controlado y vacío.

—Qué exagerada —rió Taehyung—. Pero cuando encuentres algo que te guste, le diré a alguien que vaya a echarle un vistazo para ver qué tal.

—Taehyung tiene contactos absolutamente para todo, ¿verdad, hermano? Cuando lo piensas, casi da miedo.

—Me gusta tenerlo todo controlado.

Fueron a ver un apartamento de dos dormitorios en Cheongdam-dong al día siguiente. Tenía una vista preciosa del parque y, además, y eso era importante en una ciudad como Seúl, un guardia de seguridad.

Más tarde, Minjoo lo invitó a comer.

—Está loco por ti.

—¿Qué?

—Mi hermano. Está loco por ti —sonrió Joo—. Lo sabes, ¿no? Lo tienes loquito. Nunca lo había visto así.

Hoseok se había acostumbrado a la franqueza de Minjoo, pero aun así lo sorprendió.

—A mí también me gusta...

Su amiga levantó los ojos al cielo.

—Hoseok, te gusta una película o un pastel de chocolate. O yo, por ejemplo. Pero no puede gustarte un hombre como mi hermano. Eso es no decir nada. O lo adoras o lo odias.

Hoseok tomó un sorbo de agua mineral. Tenía un caso importante esa tarde y quería conservar la cabeza despejada.

—Salgo con él, así que no lo odio.

—Venga, hombre, si sientes algo por él, díselo. Hazme caso, sé lo que digo. No cometas el mismo error que cometí yo.

—No te entiendo.