11 de Noviembre del 2038 - 09:00 AM , DETROIT - Estado de Michigan

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¿Qué se puede hacer en una ciudad desierta?

- Televisión – anunció Hank desde su misma posición acomodada.

El aparato se encendió inmediatamente; no paraban de salir noticias centradas en Detroit: "Miles de androides toman las calles de Detroit" "La ciudad continúa parcialmente evacuada debido a la saturación de los controles policiales" "La Presidenta sigue reunida en la Asamblea Nacional en busca de una solución diplomática" "CyberLife no presenta declaración ante los medios".

Con unas 9 horas entre la toma de las calles y el momento actual, la situación se presentaba tan estancada como antes; el sistema judicial suponía procesos lentos, aunque también es verdad que con tamaño aprieto no esperarían encontrarse de la noche a la mañana. Por más zapping que hiciera, la misma noticia salía proyectada en el televisor cíclicamente.

- La opinión pública se muestra a favor de los derechos androides – mostraba un cartel informativo bajo el plano de una presentadora rubia, retransmitiendo desde el Canal KNC - . A pesar de los sucesos acontecidos en las últimas semanas, los actos pacifistas que han llevado a cabo diversos grupos de androides han propiciado una visión prometedora sobre el futuro de estas máquinas. Sin importar modelo de producción, etnicidad o género, este levantamiento por la búsqueda de justicia ha conmovido los corazones de miles de personas por todo el país – a continuación se mostraron vídeos aéreos tomados en las manifestaciones que lideró Markus - .

¿Qué se impondrá en un futuro? ¿La búsqueda de convivencia entre humanos y androides... o la vuelta a una relación entre amos y esclavos?

Connor se levantó del sofá, sin entender por qué estaba inquieto. Todo parecía marchar como esperaban, pero los resultados no llegaban por ningún lado, solo incertidumbre y desconocimiento general. Comenzó a dar vueltas por el salón, de un lado a otro, escuchando la tele atento a cada detalle expedido por la pantalla curva, brazos cruzados.

- ¿Qué pasa? – inquirió Hank al verle comportarse de ese modo.

Prosiguió con sus vueltas de tiovivo.

- ¿Inquieto por lo de Jericó? – quiso adivinar.

Paró en seco.

- No puedo quedarme quieto viendo cómo deciden por nosotros, sin información ni probabilidades de éxito aseguradas. Me hace sentir...

- ¿Frustrado? ¿Nervioso?

- No sé describirlo...

- Relájate, hijo; no se puede hacer otra cosa que esperar. Los grandes cambios requieren grandes decisiones, llegar a esas decisiones requiere reflexión, y esto último requiere tiempo.

- ¡Ya lo sé! Pero... pero... - tampoco tenían indicios de reunión entre el líder de la revolución y los principales poderes del Estado, éstos últimos estaban decidiendo sin considerar el diálogo entre androides y humanos, sin darles tregua a defenderse.

- Anda, vamos a dar una vuelta con Sumo, a ver si nos despejamos. No sé tú, pero yo ya he tenido suficiente drama por hoy – a la par que levantaba el ancla, un escalofrío le recorrió la espalda, síntoma inequívoco de resfriado inminente.

Tomando la correa de Sumo, una pieza extra de ropa y las llaves de casa, los tres salieron por la puerta, cerraron con llave y comenzaron a recorrer la calle bajo el gélido temporal de estación.

- Por cierto, Connor – iban pasando por zonas residenciales, entre farolas y aceras, total, encontrar coches por esos lares era muy improbable - ¿Tienes un sitio donde quedarte hasta que se resuelva el tema?

Basta de Alcohol por HoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora