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Muchos son los que caen

En el mundo existen ocasiones en las que sus peores golpes van para los más débiles.

Un claro ejemplo... El mío.
Aun puedo recordarlo, había llegado con Dess al pueblo, una niña y una bebé en medio de todo el gentío, buscando un lugar donde protegernos del calor abrasador. Sin familia y completamente solas.

La tarde pasaba y nadie parecía fijarse en nuestra presencia, hasta que Dess comenzó a llorar, saqué un trozo de pan para intentar hacerla comer, pero en este mundo tan cruel y despiadado, habían otros que codician y hacen lo que sea por sobrevivir. Rodeada y sin salida entre cuatro niños mayores que yo lanzaban golpes a diestro y siniestro, todos caían sobre mi solo con el propósito de proteger a Dess. Me robaron el trozo de pan y la poca agua que tenía, después intentaron quitarme a ella.
Al ver que ponía tanta resistencia, me ofrecieron un par de monedas para que la entregase. Pensé que era lo mejor me ahorraría muchos más golpes y ella sería problema de alguien más. Y yo me quedé con el dinero.

Me basto una maldita hora mirando las monedas en mi mano, para darme cuenta de que Dess era mi familia y ella contaba conmigo para protegerla. Salí desesperada en su búsqueda.

Creí fue un instinto, pero ocurrió de la siguiente manera; Ellos la habían llevado con una mujer psicópata, obsesionada con tener una hija, esperé hasta que se fuera y dejara a Dess a un lado, no tenía nada con que defenderme. Utilice lo primero que vi a mi alcance desde un tejado arroje un ladrillo en la cabeza de uno, dejándolo inconsciente o eso creía, corrí por el techo por que habían logrado verme pero en un paso en falso resbale y caí directo al suelo, uno de los tres que quedaban quiso abalanzarse sobre mí pero tomé un pedazo de vidrio y se lo arroje, justo en su ojo derecho, gritó. Debería haber salido asustada o culpable al ver como tanta sangre salía de su rostro, pero no sentí ningún remordimiento ni una pizca de temor. Cargue a Dess y corrí con todas mis fuerzas esperando dejar atrás mi primer asesinato, pero no fue así la muerte me persiguió por todos estos años y muchos son los que caen con ella. Yo no lo hice porque me volví su fiel compañera.

—Gea... ¡Gea!

—Si My Lady. –respondí, ella me miró y después soltó una risita.

—Estas muy distraída.

—Lo siento, estaba pensando... Pero prosiga por favor.

—Te decía que rescataron a una niña de Coelem.

—¿El pueblo extinto?

—Bueno... Al parecer no tan extinto del todo.

—¿Qué desea que haga My Lady?

—Protegela.

—Perdone si soy entrometida… pero ¿porque debería?

—Mi esposo y yo planeamos convertirla.

—¿My Lord se convertirá en su creador?

—Y en su hija. Planeamos adoptarla.

—Mmmm… Acaso My Lady ¿Se siente en la necesidad de tener hijos?

—En parte, pero lo más importante es que ella pueda ser una vidente.

—¿Vidente?

—Antiguamente se creía que los habitantes de Coelem tenían la capacidad de ver el futuro. Tal vez la niña sea una de ellos. Si  se convirtiera sus poderes estarían aún mejor desarrollados y pasaría a formar parte de nuestro ministerio. Sería de gran ayuda alguien como ella.

Me quedé en silencio, aunque no lo admitiera… Conocía a Dess mejor que nadie, quería mucho tener un hijo y aprovechaba muy bien la situación de esa niña.

—¿A donde debo ir?

—Al clan Legion.

✒️✒️✒

Irónico sería decir poco y créanme que estoy siendo educada, no tienen idea de cuantos adjetivos me vienen a la mente cuando escucho Legión.

Por la simple razón de ser el clan más despiadado y sanguinario con los humanos, y ellos… ¡¡Tienen un refugio para niños!!

“I-RÓ-NI-CO”

Me repito varias veces que esto lo hago por Dess, solo por ellos.
My Lord confía en mí, no debo decepcionarlo. Toma seis días llegar hasta ahí, y no queríamos retrasarnos yendo a caballo, sabiendo que hay caminos demasiado estrechos que ellos no pueden cruzar. Aún con todo mi equipo siento que es demasiado arriesgado ir al clan.

El lugar por donde caminamos esta en absoluto silencio, al frente de nosotros hay un puente de madera, este no me transmite nada de confianza. Demasiado fácil. Pero no me arriesgare a rodearlo con los demás soldados.

—Anvan.

—¿Sí señora?

—¿Crees que sea seguro?

—Bueno, si no lo es… Siempre estaremos preparados – suspiro pesadamente, debo dejarme de preocupar.

—Adelante.

Y así pisamos un terreno desconocido.

Aquí empezamos. Capítulo de muchos. Con nuestra personaje Geaaaa.

Y es muy bonita pronto la mostraré.

Corriendo por mis venas [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora