29 estrellas.

596 57 29
                                    

Veo sus ojos entre la multitud. Esos ojos castaños que parecen decirme una cosa: todo va a estar bien. No importa lo que digas, o lo que hagas, todo va a estar bien. Siento todas las miradas sobre mis hombros, pero veo esos ojos y me relajo. También veo la sonrisa de Neal. La sonrisa que me dice que confíe en mí misma y saldrá bien.

Me repito a mí misma que todo va a estar bien. Siempre he odiado hablar en público, pero realmente esto es algo que necesito hacer.

Cierro los ojos durante unos segundos y respiro hondo, me mentalizo de que no hay nadie aquí. Solo estoy yo, y Austin sonriéndome. Puedo hacer esto.

Puedo hacerlo.

— El 26 de junio perdí a alguien muy especial para mí. Para empezar esta especie de discurso, quiero citar esa frase que todos hemos oído alguna vez en nuestra vida, pero no nos hemos parado a pensar en ella. "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes." A todos nos han dicho esa frase alguna vez y seguramente no nos hayamos parado a pensar en ella, en la sinceridad que lleva consigo. Cuando Austin se fue, esas palabras rondaron en mi cabeza por horas. Semanas. Se abrieron paso dentro mío y se instalaron en mi mente y en mi corazón, junto a todo ese remolino de sentimientos que guardaba dentro. Porque me di cuenta de que esas palabras tenían más verdad de la que jamás admitiría.

>>Mi hermano y yo nos pasábamos la mayoría del tiempo peleados. Por cualquier pequeña cosa. Como cualquier hermano, supongo. — respiro hondo—. Ahora... Ahora después de tres años todas esas peleas por qué peli ver o qué cenar me aparecen una estupidez. Vivimos en una sociedad donde pensamos más en el futuro que en el presente, y eso me pasó a mí con Austin, ni en mis peores pesadillas entraba la idea de perderle. Pero pasó. Pasó y estuve mucho tiempo odiándome a mí misma, y a todos los que me rodeaban, por no aprovechar el tiempo — mi labio tiembla y me esfuerzo por seguir adelante— Por no haber estado ahí para mi hermano siempre y enfadarme por tonterías. Las personas que te rodean no van a estar ahí siempre por muy jóvenes que sean, por muchos sueños, metas o bondad que tengan. — miro a mamá que limpia sus lágrimas—. Así que mamá, te quiero. Gracias por todas esas risas, por nuestras charlas y por tus "no entiendo la tecnología de estos días" que aun estando en la otra punta del país, me hacen reír y echarte de menos. A papá, por estar ahí siempre y no presionarme. A Neal Müller. — mis ojos buscan los suyos—. Por ofrecerme con los brazos abiertos en Oslo y hacerlo un hogar. Por alquilar esa habitación que ahora se ha convertido en nuestro hogar y no ser solo el mejor compañero de piso que podría desear, si no el mejor amigo que podría tener. A Kara Jenessen, por inspirarme cada día. Por robarme sonrisas y recordarme lo importante que es perseguir tus sueños y dejar tus miedos. A Astrid y Maddie, por estar siempre conmigo sin importar la distancia que nos separe. A Jordan por estar ahí siempre y dar los mejores consejos. —le miro y él me sonríe

Y a Austin por todo. — sonrío con nostalgia—. Sé que aun sigues aquí, y quiero pedirte perdón. Durante todo este tiempo he estado asimilando tu muerte de una manera equivocada, y quiero que sepas que lo siento con todo mi corazón, solo que dolía demasiado y no sabía controlar todos sentimientos. Lo siento. Hace poco una persona me enseñó que no hay que olvidar a la persona que has perdido ni olvidar todos los recuerdos, sino tenerla presente siempre y recordar lo que nos ha enseñado. — mi voz tiembla cuando miro a Jordan—, Yo me he pasado noches llorando por ti, y odiando a todo el mundo, incluida a mí misma porque ya no estás aquí. Y sé que esto es lo último que tú hubieras querido.

Así que hoy, te pido perdón y te prometo que llevaré contigo todas las cosas buenas: tus carcajadas, la sonrisa que adornaba tu rostro cuando dibujabas, las veces patinando, nuestros muñecos de nieve y afición al chocolate. Siempre llevaré esas cosas conmigo, y supongo que de alguna manera te llevaré a ti también. Todas las cosas buenas que me has enseñado siempre las llevaré conmigo, y supongo que de alguna manera te llevaré a ti también. — muerdo mi labio—, Te quiero, te quise incluso cuando discutíamos, y siempre lo haré.

LLÉVAME A LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora