Bueno en realidad no era un día común y corriente como cualquier otro pues era el día de la Independencia de Estados Unidos de América, su cumpleaños.
A él no le importaba ya ese día, solo era uno más. Hace diez años que no lo festejaba, no después de lo ocurrido en "Avengers Academy". Tal vez si su Madre estuviera con él lo haria pero ese no es el caso.
Claro él pensaba una cosa pero sus amigos tenían otros planes.
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Lo obligaron a salir de su oficina en la hora de descanso casi a rastras. Solo porque no sería bien visto que fuera arrastrado -hablando literalmente- por todo su buffet.
Ya que al salir de allí se rehusó a ir muy lejos alegando que tenía que regresar porque había demasiado trabajo que hacer.
Lo llevaron tan solo a dos cuadras de donde trabajaba.
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El lugar se llamaba "Ballerin", era un lugar pequeño pero hermoso y hogareño.
Eligieron la mesa que se encontraba en el rincón, lejos de la entrada. Platicaron para esperar a que el mesero llegara.
Steve pudo ver a algunos de sus empleados ahí y también a unos cuantos abogados. O la comida era muy buena allí o tan solo les daba pereza ir a un lugar mejor.
Ya se estaban tardando en atenderlos, el rubio comenzó a impacientarse.
Él no podía perder tiempo en un lugar así solo por que los trabajadores de este no eran eficientes.
Que les costaba a esos meseros ir a tomarles su orden.
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Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando el mesero se dirigía a su mesa.
Al parecer llegó justo a tiempo pues Steve ya estaba por largarse.
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El rubio alzó la mirada...
❓: Hola. Buenas tardes. Mi nombre es Tony y estoy a su servicio. -dio las cartas del menú a la pareja- Vuelvo en un momento a tomar su pedido.
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Cuando ya se ha marchado, Bucky le da la cartilla a su amigo y se pone a leer la suya. Natasha es la que nota como el rubio aún sigue viendo al chico que los atenderá y sonríe.
BUCKY: ¿Steve?
STEVE: ...
BUCKY: ¡STEVE!
STEVE: Ah... Si...
BUCKY: ¿Ya sabes que vas a ordenar?
STEVE: Eh... No aún no.
NATH: El mesero no está en el menú. -le susurra a su amigo para no ser escuchada por su pareja-
STEVE: -no le presta atención y vuelve a ver la carta en sus manos-
NATH: -sonríe de lado-
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¡Diablos! Como fue que se quedó como un tonto viendo al chico. Y lo peor... ¡Frente a Natasha Romanoff!
Es que... ¡Por Dios! ¿Quién no lo haría? ¡¡¡Es bellísimo!!! ¡La cosa más tierna del mundo!
Esos castaños cabellos que se veían suaves al tacto, sus ojos color chocolate que lo dejaron hipnotizado y esos finos labios rosados, delgados pero tan apetecibles.
Y cuando habló.... ¡¡WOW!!!
Poseía la voz más hermosa que haya escuchado en sus recién cumplidos 27 años de vida.
Claro que no prestó atención después de oir aquel "Hola. Buenas tardes". Sus ojos bajaron hasta esos apetecibles labios moviéndose y esa rosada lengua cuando al despedirse relamio sus labios.
¡WOW! Ese chico era exquisito.
Y cuando el chico se dirigía hasta el mostrador del lugar no pudo evitar mirarlo. O mejor dicho comérselo con la mirada.
¡¡¡POR DIOS!!!
Delgado con curvas, aunque tenía músculos suaves. Esa cintura estrecha que poseía, estaba seguro que sus grandes manos podrían rodearla y encajarían perfectamente.
Y al bajar más su vista... ¡Oh mi Dios! Anchas caderas y muy buenas piernas. Pero lo que más le encanto fue ese trasero. ¡Oh su trasero! Tan esponjoso que le daban unas inmensas ganas de estrujarlo con sus manos y marcarlo con mordidas.
