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Esa tarde Steve no había podido ir a "Ballerin", fue un día muy ocupado en el buffet.

Eran ya las diez de la noche cuando fue a dicho lugar, si tenía suerte el castaño estaría ahí.

Se decepcionó cuando el que lo atendió fue Bruce.

Quería ver a su Tony.

Sí...

¡SU TONY!

Por fin había pasado la etapa de negación, aceptó que estaba completa y locamente enamorado de ese chico castaño y ojos chocolate.

oOo

Bruce acababa de llevarle su comida cuando la puerta detrás del mostrador se abrió -supuso era la cocina- y de ahí salió Tony con un platillo en mano.

La emoción embargó al rubio por completo, de un momento a otro su nerviosismo se hizo presente al ver al castaño dirigirse a su mesa con una hamburguesa y una taza de café.

La emoción embargó al rubio por completo, de un momento a otro su nerviosismo se hizo presente al ver al castaño dirigirse a su mesa con una hamburguesa y una taza de café

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TONY: ¿Te molesta si me siento? -le sonrió-

STEVE: Eh... No, claro que no. Siéntate.

Al estar acostumbrado a ser siempre caballeroso el rubio se levantó de su silla para retirar la de el castaño.

Tony no dijo nada pero un sonrojo por demás notorio cubrió sus mejillas. Steve quedo súper embobado por el color carmín en el rostro del muchacho, unas suaves risas lo bajaron de su nube.

Al sentarse nuevamente pudo ver como Bruce y un pelinegro de ojos esmeralda le dirigían unas sonrisas cómplices al chico de ojos de cervatillo. Haciendo sonrojar más -si es que se podía- al menor.

La mejor noche de su vida.

Tony era...
Era...

La persona más...
Dulce
Tierna
Adorable
Hermosa
Preciosa
Sexy

Y podría seguir con la lista.

Simplemente era...

PERFECTO.

¡WOW!
Amaba su persona entera.

oOo

Lo conoció aquella noche y haciendo a un lado su nerviosismo, pudo tener una gran plática sin balbuceos.

Aunque sí con demasiados sonrojos de su parte. Pues Tony no tenía pelos en la lengua y era demasiado directo.

oOo

Llevaba ya diez años sin poder sonrojarse pero llegaba Tony y lo tenía como un tomate durante todo el tiempo.

Solo con un solo comentario inocente como...

"¡Wow Steve, eres alguien enorme!"

El castaño solo lo decía por su altura, ya que al tener 18 años era muy pequeño. Decía que ya no podría crecer más.

El rubio no pudo contestar y solo se sonrojo pues su mente había entendido mal.

oOo

Después de esa increíble noche el rubio no sólo iba al "Ballerin" una vez al día, sus visitas pasaron a ser dos veces diarias de lunes a viernes.

En las noches el castaño tenía tiempo libre pues ya no había tanta gente a la que atender. Así que podría platicar y pasar el rato con él.

Era fantástico.

oOo

Esa fue su rutina por los siguientes siete meses. Y cuando se dio por enterado ya no pudo hacer más. 

Había caído en las garras del amor.

Si, el AMOR.

Por ese castaño con ojos de cervatillo, que le daban luz a su vida.

Volvía a Amar.

Sentía un...

AMOR REAL.

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