Aprovecha los momentos que tengas libres para aplicarles una "mascarilla humectante" de aceite oliva. Primero límpialas con un algodón mojado en acetona para remover cualquier residuo. Después, con la yema del dedo índice, aplica el aceite de oliva sobre cada una frotando suavemente para que penetre bien. Déjalo reposar por media hora aproximadamente. Enjuaga con agua tibia.
En tus momentos libres, ya sea en el trabajo o en tu casa, date tú misma un masaje de manos. Esto además de ser relajante, estimula la circulación en el área ayudando al crecimiento y buena salud de tus uñas.
Trata de no usar acetona más de una vez por semana ya que esto las puede secar y debilitar (utiliza un removedor suave que contenga humectantes naturales como aloe vera).
Siempre será mejor aplicar capas delgadas que gruesas. Duran más y secan más rápido.
Lima lo menos posible las esquinas pues esto las hace más quebradizas.
Recuerda que el calcio y la grenetina son buenos para ellas.
Utiliza el momento del baño para cepillarlas una vez por semana (la diferencia es notable).
Pasa tus manos por la canilla del agua fría para acelerar el secado del barniz.