En una mañana común para cualquiera en rancho "Anoloco", dos jóvenes vaqueros cruzaban los campos bajo un hermoso amanecer.
Yoel iba en la parte delantera del poni mágico de Alex, quien lo sujetaba, manteniéndolo seguro entre sus poderosos brazos de machorro pecho lampiño que era. La pareja de AMIGOS era la más visual del rancho, mientras Alex gritaba "corre como el viento tiro al blanco" el sedoso cabello de Yoel (patrocinado por Pantene) se movía con el viento, el aire de la rosa de Guadalupe no era nada al lado de ellos.
Mientras su fiel corcel corría por el prado, pudieron sentir las miradas de admiración y duda de los cerditos del rancho. Incluso ante sus porcinos ojitos, se podía apreciar la belleza y sensualidad que desprendía este singular dúo. Hasta que decidieron detener su espléndido paseo, pues llevaban 2 horas dando vuelta y a los dos les dolía la entrepierna y la retaguardia.
Sin dejar de suspirar al pensar en el paseo de la mañana, Yoelcienta limpiaba la casa mientras bailaba al ritmo de la canción icónica y galardonada "pasito perrón".
Entonces Yoel escucho el grito de su amado AMIGO y casi se le sale el corazón del pecho... se le paró la tetilla. Tomo maquillaje y se retoco un poco la cara echándose talco y colorete en las mejillas, y un jabón con olor a manzana por la axila después de depilarse a acción turbo.
En realidad Alex había ido a decirle lo mucho que le gustaba el pan con jamón, Joel no podía con tanta decepción, por un momento pensó que su adorado caballero iba a pedirle algo más relevante que un simple pan, y le demostró su descontento, encarándole porque a su criterio el pan con jamón era insípido y necesitaba queso.
Discutieron muy fuertemente sobre el tema y acabaron separándose por el resto de la tarde. Hasta que se dio un aviso en el pueblito, al parecer era un concurso de sándwich, en ese momento ambos estaban en el mismo lugar, pero en diferente esquina y dándole la espalda al otro, ambos saltaron y se encararon armando una batalla entre los dos, y prometieron que uno de ellos ganaría. Yoel iba a ir corriendo a la cocina para empezar desde ya, pero por alguna razón unos brazos lo detuvieron, miró hacia abajo y vio que Alex lo tenía tomado por su curvilínea cintura...ambos se pusieron rojos como el ají y como pudo se soltó del agarre y se separaron sin siquiera despedirse.
Cada uno se fue por su lado y así fue por el resto de la tarde, darían el extra para demostrar su superioridad sobre el contrario. A pesar de tener ese pensamiento, sus mentes no podían dejar de repetir la vergonzosa, pero en cierto grado placentera, escena de hace minutos atrás.
Alex se sentía confundido, no recordaba por qué se había dejado llevar por sus alocadas hormonas adolescentes, pero sonreía al recordar sus grandes manos rodear la fina cintura de su amado AMIGO. Yoel por su parte, no dejaba de tirar el queso de cabra sin querer, ya había perdido el paquete entero intentando iniciar su primer sándwich.
Así que después de sus fallidos intentos, tomó rumbo al mercado del pueblucho para buscar un queso digno de los dioses del Olimpo. Aquel sándwich debía levantar muertos de su propia tumba, a titanes, dioses, semidioses, demonios y todo aquello que considerara poderoso, pero de todo el más importante de levantar era el amiguito de Alex, llamado "rexona junior". Al ritmo de la canción Eye of the Tiger, tomó su bandana para peinar su lacio flequillo que todas las chicas del pueblo envidiaban. Sin darse cuenta ya tenía una buena cantidad de emparedados, los colocó dentro de una canasta con almidón decorada por flores lilas que el mismo recolectó en la pradera, por ultimo tomó sus gafas de sol y caminó con todo el estilo de diva arrecha a vencer a ese escuincle que cuestionó sus habilidades culinarias.
Mientras tanto, Alex seguía sin poder prender el horno, luego se dio cuenta de que no lo necesitaba para hacer pan y se dirigió al refrigerador, donde solo encontró un vaso de agua y un limón extrañamente a medio comer. Con algo de nervios y bastante exasperado por no terminar a tiempo, salió corriendo a la sala y tomó únicamente su delgada billetera. Estaba tan apurado que ni siquiera se molestó en ponerse pantalones, eso era completamente innecesario para él en ese instante.
Corrió como nunca lo había hecho en su vida, sintiendo el aire rozar sus nalgas, lo cual le resultó lo suficientemente motivante para continuar sin detenerse. Llegó más sudado que puta en una iglesia y entró a la pequeña, pero confiable tiendita del pueblo. Donde compró todo lo que necesitaba para empezar su delicioso manjar, el cual no solo extasiaría a los jueces sino que también a su querida Yoelieta, de solo pensarlo su pequeño Rexona Junior saltaba de la emoción.
Finalmente llegó el momento de iniciar el prestigioso concurso. Yoel se sentía preparado mientras observaba a los demás concursantes. A lo lejos se podía divisar una estampida de señoras gritándole "desvergonzado" a un chico que... "espera", ese era Rexona Junior y Axe Mcnalgas. Ellos solo salían de vez en cuando de su escondite, sus mejillas se pusieron rojas y tomando lo primero que encontró envolvió las piernas de Alex con un improvisado bóxer y una faldita hecha de papel periódico, con sus grandes habilidades en las manualidades.
El joven semidesnudo aceptó la ayuda, pero también se avergonzó de que su querido AMIGO viera su fierro pariente. Sin embargo, los gritos de las señoras cesaron y comenzaron los de las jovencitas preadolescentes, afónicas por semejante muestra de afecto masculino. Por más que Alex se esforzó en desmentir todo, nadie lo escuchó y Yoel creyó que era mejor ponerse a salvo en otro sitio. Seguramente todos en "Anoloco" hablarían más de este bochornoso escándalo que del concurso culinario.
Ambos se encontraban una vez más a solas frente a frente, por más que los guiara la pasión, no podían hablarse hasta saber cuál de los dos hacia el mejor sándwich. Alex solo le agradeció a Yoel y le dijo que sus atuendos hechos con diario eran más cómodos que cualquier prenda que hubiera en su closet, luego decidió marcharse.
Los jurados ya habíanprobado cada uno de los sándwich y ahora necesitaban unos minutos para decidir.Mientras eso pasaba, en un baño cercanotoda la familia e incluso Yoel intentaban quitarle la faldita a Alex, pues elchico había usado un pegamento extra potente. En medio del caos Yoel Marilynrecordó que siempre cargaba consigo una navaja por si las moscas, cuando elafectado vio al objeto filoso acercarse a sus piernas corrió como pudo a pesar de que parecía pingüino por lo ceñida que le quedaba la falda.
- ¡No huyas desodorante!, es solo un cuchillito ¿a qué le tení miedo weon? – Exclamó, la dulce princesa, mientras todos le ponían atención aquella angelical voz de camionero.- necesitamos saber quién gano maricon qliao – Entonces Alex reacciono y volvió empujando a todos tomo un sándwich y lo lanzó a la bella cara de Yoelcienta.
- Me cansé de esta mierda, me importa un pico eta caga de sándwich, ¡¿a quien se le ocurrió esta wea terrible fome oe?!
Entonces alguien apareció entre el público y dijo – Yo pu' weon, quien más, corresponde pue'. Tanto Alex como Yoel se quedaron completamente petrificados al descubrir al dueño de aquella aterciopelada voz, su físico como su lenguaje eran simplemente magníficos, se trataba de uno de los jurados. El mismo que, tan entregado a su trabajo, se ofreció a llevarse todos los platillos para examinarlos minuciosamente mientras observaba Pasión de gavilanes. Todo un experto al que no le molestaba gastar sus ratos libres en trabajo, y eso era poco comparado con sus gafas Gucci, sus zapatillas Nike y su buzo Adidas. Era todo un Brad Pitt, solo que con un poco de manjar extra, pero esa era precisamente su mayor virtud.
Actualmente estaban en una época donde las lonjas grasosas eran irresistibles para algunos mortales y precisamente Alex y Yoel entraban en esa categoría.
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¿Quién mató a Marilyn?
RomanceDos amigos, Alex y Yoel, una amistad que perduro por años, la pasión se apodero de ellos y justo cuando creían que habían encontrado el verdadero de amor en la mirada del otro. Incluso los chanchos de la granja podían sentir la tensión sexual, pero...