Dos amigos, Alex y Yoel, una amistad que perduro por años, la pasión se apodero de ellos y justo cuando creían que habían encontrado el verdadero de amor en la mirada del otro. Incluso los chanchos de la granja podían sentir la tensión sexual, pero...
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Los implicados miraron hacia atrás y ahí estaba una especie de zombie cojo, con bata de hospital y un yeso en el pie. Yoel se dio un facepalm y agarrando a su amigo por los hombros lo obligo a volver a su sala. Cuando volvió a salir el hombre de la canción ya no estaba, probablemente se había ido a dormir.
Al siguiente día se sintió triste porque Alex siempre iba a buscarlo en carreta para ir al liceo, pero nada, así que decidió tomar la micro. Sorprendentemente cuando subió se dio cuenta de que el juez era el conductor entonces pensó: "¿Hay algo que este men no haga?", evitando el contacto visual al mostrar su pase de estudiante siguió su camino hasta al fondo y se sentó, mientras escuchaba música, una buena guaracha para ser exactos. Casi cayendo dormido una voz lo despertó y se dio cuenta de que era el de la canción...pero, "¿Quién estaba conduciendo?" Xavier se dio cuenta y dijo: "trank palank, deje a mi hijo manejando esta wea, es buen cabro, Genaro siempre hace bien su pega y saca wenas notas, si no le saco la chucha, ¿cierto Genaro?" Entonces, Xavier se dio cuenta de que el pendejo de su hijo fingía tocar una batería de aire mientras movía su cabeza al ritmo de una canción satánica y de alguna forma cuando no se dio cuenta despertó en el hospital con su retoño y Yoelina al lado.
Abriendo sus hermosos ojos color vomito de espinaca vio a Alex sentado a su lado.
- ¿Qué así aquí?, deberías estar a medio morir saltando en la sala de al lao' – Alex se rió como nunca en su vida que estuvo a punto de mearse encima, pero a Yoelcienta no le hacía gracia.
- Me dieron de alta ayer sapo qliao, el karma ctm te juiste a putear con el guatón qliao ese y ni te acordai de tu bro, andabai puro mariconenado, yo que desde cabro chico te conozco, te vi hasta en pañales chuchatumare – Yoel se sintió mal e intento acercarse al velador para tomar sus pañuelos pero estaba todo enyesado y no podía moverse bien.
-Ya cállate qliao, que estoy pa' la cagá- Exclamó Yoel exasperado por toda la mala suerte que había sufrido tantos días seguidos, eso no podía ser normal. Alex ignoró a su amigo y observó a Xavier y a Genaro, si Yoel decía estar jodido entonces ellos ya estaban a un paso de conocer al Yisus.
El primero ni siquiera había despertado, o tal vez lo hizo pero nadie lo sabía, nunca se quitaba sus gafas Gucci. Mientras que el segundo tenía todo el cuerpo vendado y estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para seguir tocando su batería imaginaria, al final lo sedaron por weon.
-¿Y vo' que andai mirando ahueonao?- Musitó gentilmente Xavier ante la mirada curiosa de todos los presentes, pero fue interrumpido por la entrada del doctor, quien les dijo que se podían retirar porque no quedaban más camas y habían pacientes más importantes que atender. Así que los echaron con todo, y ni la ropa les devolvieron.
Yoelia Marilyn se quería matar y estaba que le mandaba un combo a Alex solo para desquitarse, pero se detuvo al escuchar un- Ya pu' calmao, ¿corresponde o no?- proveniente de Xavier que parecía bastante calmado, o más bien acostumbrado, ante semejante situación. Luego despertaron al pobre Genaro y Yoel le entregó una leche de frutilla que le robó al doctor para que se tranquilizara, así que entre todos se apoyaron para caminar al liceo aunque pareciesen un grupo de borrachos recién salidos de las ramadas, porque todos estaban mal de asistencia y no había de otra.
Cada uno se dividió por su lado pero al entrar a la sala se acordaron de que los tres eran compañeros, si, tanto así les afecto el golpe. Se dispersaron en el aula y cada uno se sentó en una fila diferente. Yoelieta fue hacia la fila de la puerta, Genaro a la de al medio y Alex a la ventana. Estaban todos tranquilos hasta que alguien comenzó a arrastrarse como zombie para cambiarse de puesto, siguieron en su asunto porque eso era completamente normal para ellos, Xavier y su hijo eran palo tal astilla.
Genaro estaba muy cómodo durmiendo cuando alguien se sentó a su lado, era Ignacia, aquella pendeja loca que lo venía siguiendo desde la básica, su cara de psicópata le asustaba al principio, pero luego de tantos años se acostumbró, hasta que la chica empezó a mirarlo cada segundo, incomodo se volvió a arrastrar hacia la otra esquina del lugar, pero cansada la loca de lentes lo agarró de la muñeca y lo volvió a sentar. En ese momento un gran grito de dolor se oyó en la sala, tan fuerte había caído en la silla que se fracturo el coxis.
- Ah no, tú te quedas aquí, sé dónde vives y allá mismo te iré a buscar – Genaro no la tomó en cuenta pues no entendió que dijo y solo escuchó: "oidjcdsiomildskbuscar" pero prefirió quedarse ahí porque valoraba su vida.
Alex iba muy calmado rengueando, lento pero seguro. Entonces lo vio, ahí estaba su Yoelina con el tipo de las lonjas otra vez, que al parecer trabajaba como auxiliar en el liceo también, según él había que ganarse la vida de alguna forma, porque corresponde pu, según sus palabras inmortales. Se escondió tras una planta y observó toda la situación y cuando sus rostros estaban muy cerca tomó su chuteador de futbolista y se lo lanzó en todo el hocico a Xavier. Se armó la grande y todos se metieron terminando por tercera vez, todos juntos en el hospital.
Desde ese instante el corazón de Alex estaba decidido a partir la raja de quien le había quitado el amor de su AMIGO, antes de quedar inconsciente pudo ver fijamente a Xavier, quien le susurró amenazadoramente- El pastor junior se ha vuelto más fuerte que nunca, weon qliao chuchetumare- ambos cayeron rendidos después de aquella declaración de guerra.
