Capitulo 5

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Subir a ese escenario con él fue mágico, nuestras voces coordinaban a la perfección. Su voz se fundía con la mía cuando cantábamos y sabía que comparada con la mía su voz era realmente increíble y tenía una potencia grandiosa y aunque mi vocecita no tenía nada en especial pero al mezclarse con la suya sonaba distinto y precioso.
 
Al terminar la actuación me miraba a los ojos y yo a él, el escenario, el público y todo a nuestro alrededor había desaparecido, solo estábamos el y yo. Después de unos minutos volvimos a la realidad, la gente aplaudía como loca y gritaba que cantáramos otra canción pero sabía perfectamente que si cantaba otra canción con él me iba a derretir en ese mismo escenario. Nos bajamos del escenario y allí estaban mis amigos aplaudiendo como locos y gritándome groserías que en ese momento no preocupaba ya que todavía no había asimilado lo que acababa de pasar. Entonces ahí es cuando me miró y me dijo...

El chico del Karaoke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora