"Llevo aquí exactamente tres días. Y sigo haciéndome la misma pregunta...¿Cuándo es que me dejará libre? No lo sé...no lo sabría, si no estuviera escribiendo esto, por si alguien me encuentra alguna vez...y tal vez quiera saber sobre las últimas cosas que hice en mis últimos días de vida, por si muero...por si él me quita la vida...que se yo, ya no sé que esperar. No de él. ¿Qué harías tú, si estuvieras aquí? ... en mi lugar...secuestrada..."
Dejó el lápiz y el papel bajo las sábanas, para luego regresar a la pequeña sala. Tan solo quería expresarse un poco. No le veía sentido a las cosas. Tao llevaba más de dos horas en la calle. Otra vez retiraría dinero ese día. A ese paso, ya habría terminado de retirar todo su dinero. Que más le daba. Lo único que le importaba en ese entonces era irse. Dejarlo. No volverlo a ver, nunca más si era posible. Mudarse. Olvidarse de todo lo que estaba viviendo... pero...entonces, una leve oleada de sentimiento se abrió en su estómago. ¿De verdad quería olvidarse de todo esto? Sí. Quería. ¿Y porque lo dudaba? ¿Qué motivo tenía para empezar a dudarlo? 'No _____________', se dijo a sí misma, cerrando los ojos. Se conocía perfectamente, y conocía cada síntoma que sentía cuando empezaba a...
Tao abrió la puerta del departamento. La cerró de inmediato. Se detuvo por un momento antes de voltearse. No quería hablar, no tenía ganas, y _____________ supo por que cuando lo vio voltearse, con la mandíbula hinchada y ligeramente morada. Golpeado. Su corazón se contrajo de inmediato al verlo así, sus ojos lo observaron asustados, le dolía... y no sabía por que...le dolía verlo así.
- Tao...
- Déjame, estoy bien.
- Dios mío ¿Qué te han hecho? – corrió de inmediato hacia él. Antes, cogió lo más cercano a sus manos. Una servilleta tendida sobre la mesa. Intentó pasarla sobre el mentón de él. Tao cerró los ojos, negando con la cabeza.
- Que estoy bien... - susurró.
- No te hace falta hacerte el fuerte conmigo. – le dijo ella. Con una bonita sonrisa en los labios, que le tranquilizó en lo más profundo. Tao también sonrió, sin saber porque, solo lo hizo. _______________ fue hasta el cilindro de la cocina, roció la servilleta de lana y volvió haca él. – está muy hinchado.
- He estado peor.- ¿Qué te han hecho?
- ¿De veras te importa?
- No quieras pelear conmigo ¿sí? Trato de estar bien...
- Lo digo enserio, ¿te importa? – sintió sus manos rozarle el mentón. Un roce que había sentido en lo más profundo. Se mojó los labios, muy cerca a los de ella, de nuevo... jo.dido sentimiento...que bien se sentía poder olerlos a poca distancia.
- Sí... - le contestó ella. De lo más profundo. Más haya del rencor que se tenían. Le importaba. Sí y mucho.
- Pues lo sabes, me han golpeado.
- ¿Quiénes?
- Un hijo de pu.ta... - _____________ lo miró mal. La servilleta se puso helada. Terminó de pasarla por su mentón. Al menos eso le ayudaría en algo. La dejó a un lado, concentrándose ahora en la mandíbula de Tao.
- Pues ese hijo de pu.ta te ha dejado mal.
- Ellos han quedado peor.
- ¿Quién fue? – le dijo verdaderamente preocupada. Colocó sus brazos sobre su fina cintura, viéndose realmente graciosa. El enorme polerón que Tao le había comprado le quedaba hasta un poco más arriba de las rodillas, por lo que no usaba pantalones.
- Un imbécil ¿sí? Uno de los que se ha llevado a una de tus mejores amigas...
A ______________ le entró un escalofrío. Recordar esa escena... le erizaba la piel por completo.
- No creo que quieras escuchar esto. – Tao caminó hasta la habitación. Separándose de ella.
- Dímelo.
- Eres tan terca... - refunfuñó él.
- No me afectaría.
- ¿Quieres escuchar la verdad? – le preguntó. Frío de nuevo. _______________ le sacaba de quicio. Ella asintió. – han matado a tres de tus amigas. – le dijo sin escrúpulos. Se abrió un silencio entre los dos. Los ojos de _____________ se humedecieron por completo, solo le faltaba cerrarlos para completar su llanto. El cuerpo se le debilitó. Sosteniéndose tan solo por la mirada de Tao. La mataría...sí...solo faltaba ella... - ¿y sabes? – le preguntó. – solo faltas tú y otra más... - las lágrimas de ________________ se hicieron interminables. Otra vez asustada, sus manos empezaron a sudar. Sus ojos se hicieron pequeños. – la diferencia es que yo no pienso hacerte nada.
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Tao se acercó a pequeños pasos, el ahora frágil cuerpo de _______________ quedó encerrado entre él y la pared. Encerrado y acogido por sus brazos. Tao le levantó la cabeza, haciendo que lo mirara a él y solo a él. Que pensara en él. Que lo escuchara a él. Que sea él, por una vez...lo único que le importara.
- No voy a matarte. – le dijo. ______________ se mordió el labio, intentando no llorar. – he dejado que esos hijos de pu.ta hagan lo que se les ha venido en gana conmigo por ti...pero no contigo... - los brazos de _________________ le rodearon la nuca. Tao sintió una fina oleada acogedora en su estómago. Le gustaba cuando lo tocaba de esa forma. Tan sencilla y sutil. Tan propio de ella y de lo que hermosa que era. Tan mujer. Provocativa. Sensual. Ella. Ella y su poder. El poder de inquietarlo tanto. - ¿me crees?
_________________ asintió. Si hablaba se pondría a llorar.
- Así me gusta – Tao le sonrió. _____________ bajó la cabeza, tratando de sonreír también. – jo.der...te he dicho que no me gusta verte llorar.
Esta vez ella sí rio. Bajó las manos de su nuca, para limpiarse las lágrimas de las mejillas.
- Es tarde... - le dijo él.
- Sí, ya me iba a dormir...
- Vale, hasta mañana entonces. – le dijo él. ______________ deseó que el momento no acabara ahí. Tenía unas inmensas ganas por besarlo. Sí. Muchísimas. Incontenibles. Deseaba agradecerle tanto por estar haciendo esto por ella. Tumbarlo en ese diván y comerle la boca de distintas maneras. Probar su lengua una vez más. Acariciar su torso, sus brazos, desnudos y para ella. Sus bíceps hechos a la medida. Provocarlo. Excitarlo tanto. Lo necesitaba. Necesitaba escuchar que le pedía un minuto de placer junto a ella. Necesitaba en el fondo... que le dijera que le importaba muchísimo. Que nunca había hecho eso con otra mujer. Que ella no era una simple mujer. Que ella era suya. Suya...
- Hasta mañana. – se despidió. Caminó hasta su habitación. 'Tao'... susurró en su cabeza. Dios mío. Tao. Mío... mío... sí... su mente estaba ocupada por él. Sus sentidos. Su cuerpo entero quería ser tocado por sus manos. Aquellas que la llenaban completamente. Aquellas que la habían tocada toda. Sin limitación. 'Quiero ser tuya...hazme tuya'... ¿Cómo? De todas las formas. Cerró la puerta de la habitación.
No dormiría esa noche, pues tenía un plan en mente...un plan que seguro funcionaría, que haría que Tao la hiciera suya de una vez por todas. Lo deseaba. Más que a nada. Y sentía que ese sentimiento se hacía más fuerte...más y más...Esa noche, la fo.llaría duro...
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Secuestrada. ➫Tao.
FanfictionCuando a Huang Zi Tao, uno de los criminales más buscados en todo Estados Unidos,le convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Las Vegas, no duda ni un segundo en aceptar la oferta. Lo que no pensó...fue enamorarse de una de ellas. ...