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Nunca antes se había sentido tan incómodo con su propio cuerpo como cuando pasó dos meses en rehabilitación por su fémur fracturado, con la pierna enyesada y luego las dolorosas terapias. Nunca, hasta ahora.

El abrigo, las gafas, una pequeña cicatriz en la mejilla derecha y su postre favorito son las cosas en la que se fija en su rápido camino hacia la mesa donde Tony aguarda con una media sonrisa cuyo enigma no logra descifrar. Al sentarse frente a él con torpeza, se da cuenta de que cinco años es mucho tiempo.

Es inevitable preguntarse si es que sigue conociendo a Anthony Stark; o si quizá debería olvidar todo lo que sorpresivamente recuerda de él y no se había dado cuenta.

-Hey cap. -es el simple saludo que le recibe, acompañado con una fila de perfectos dientes.

Y es natural que la percepción del tiempo de Steve se vea alterada por unos segundos antes de devolver quedamente el saludo y darle un sorbo al cafe con leche que Tony se tomó la molestia de pedir por él. Es tan solo una cosa de segundos en los que cree estar de nuevo en un aula, en clases de matemáticas durante las cuales el moreno solía dormirse de aburrimiento y quizá, sólo quizá, Steve podría estirar su mano y acomodar su desastroso flequillo como solía hacer.

Un minuto de silencio es lo que les toma para asimilar el encuentro que ambos han imaginado en mil escenarios y que nunca sería como imaginado.

Porque a los dieciocho años Steve se había imaginado que a esta edad ambos ya estarían compartiendo un pequeño y lindo apartamento que Tony llenaría con toda clase de objetos curiosos y otros tantos inutiles; trabajarían medio tiempo y estudiarían y de vez en cuando saldrían a citas cursis y eso estaba muy bien.

Porque a los dieciocho años Tony se había figurado que a esta edad ambos estarían cumpliendo su quién-sabe-cuál-aniversario, pero resultó que la ecuación les falló y, justo a los dieciocho años, la vida; que por fuerza debía ser una perra, consiguió que dividiesen sus caminos.

-Cuentame, ¿cómo estás? -pregunta casual el moreno y Steve tiene que evitar sus ojos azules para no comenzar a temblar.

Y le cuenta sobre todo.

Le cuenta sobre James y su carrera militar. Le cuenta sobre Sarah y su tan esperado divorcio de la basura de Chad. Le cuenta sobre Peggy y su exitosa carrera como publicista. Le cuenta sobre cosas generales, como su mascota o la universidad que escogió.

Y cuando termina de hablar, Tony le sonríe como viene haciendo todo el rato antes de, suavemente, pasar su mano sobre la mesa y tomar la suya.

A Steve aún le cuesta asimilar que el tiempo pasa y pasa; y él sigue atorado en el día en que esos ojos le miraban justo como a hora. Y no sabe qué ha estado haciendo mal porque al parecer esa no era la respuesta que el otro esperaba.

¿Debe hablar sobre el clima entonces?

-Te pregunté sobre ti, Steve, me alegra que tu madre, James y Peggy esten bien. Pero yo quiero saber cómo estas tú.

Hace tiempo que alguien no es capaz de dejarle sin palabra de tal forma.

¿Cómo está él?

La mirada de Tony es la misma de aquel día en que por última vez cruzaron miradas en un aeropuerto repleto de reporteros, policias y curiosos; una masa de gente que le impidió al rubio abrirse paso hacia él, pero aún asi Tony le miró, fueron ocho segundos, pero esos ojos entristecidos que no conocia hasta ese día le dijeron todo: que ellos estaban separandose.

¿Cómo está Steve?

Hace tiempo que no se preguntaba eso, tan habituado a su vida que incuso pasaba días sin pensar en que en algun momento su mundo se derrumbó por completo. Todavía toma sus pastillas con regimen militar, cuando el cielo se nubla su pierna duele un poco y sobre todo, no puede conducir ni tampoco volver a sus sitios favoritos porque al pasado es mejor dejarlo asi.

No le gusta pensar, porque siente que es injusto, que haber salido adelante no se siente del todo correcto estando al lado de una mujer que ama pero que simplemente no es... ¿suficiente? No, haber creado un futuro con alguien que no fuese Tony no se siente correcto, esa es la oración correcta.

Una sonrisa torva acude a sus labios.

-He estado bien.

Pero definitivamente, estaría mejor contigo.

Cuando suena nuestra canción ★ stonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora