Capítulo 3 - Naciste para ser tormenta

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"Hasta el más bello cuerpo aburre,

Cuando la mente está vacía"

Manhattan – New York

Lunes 11:00 am

POV Omnisciente

Una semana más comenzaba en las calles ajetreadas de Manhattan, ese lunes en particular hacía un sol radiante, sin embargo el viento soplaba fuerte apaciguando totalmente el calor. Miles de personas se movían desde temprano para llegar a tiempo a sus lugares de trabajo, otras pasaban un mal rato en el trafico mañanero, entre esas tantas solo algunas se dedicaban a tomar un café y dejar que el día fluyera a su manera.

Las horas pasaban desapercibidas para algunos y eternas para otros, esas horas que esconden historias de miradas que se dijeron todo sin decirse nada, lagrimas que fueron derramadas sin ser vistas y corazones que son capaces de convertir sus espinas en la más bonita y perfecta rosa. Y así era el caso de Verónica Haddad Iglesias, una ciudadana árabe que poco a poco fue reconstruyendo su vida para hoy darse el lujo de trabajar en "Fabbianelli y Asociados" donde se encontraba organizando los documentos que le pidió su jefa.

Esa mañana vestía un pantalón vino de vestir entallado a sus largas piernas, junto con una camisa color crema que combinaba perfecto con un blazer rosa pálido y unos espectaculares Ralph & Russo del mismo color con detalles brillantes. Realizaba muy concentrada su tarea de transferir la información de los documentos a sus archivos digitales en el Ipad que el bufete le había otorgado, mientras esperaba que su jefa llegara para iniciar el día de trabajo. A esas horas las oficinas estaban especialmente movidas, o mejor dicho, las tres personas que allí se encontraban; a parte de ella, tenían un alboroto en la oficina del abogado Dellisola – "Si los viera la jefa" – pensó la pelinegra.

Ella sabía muy bien que esa mujer cuando se trataba de trabajo y sobretodo de su bufete, no cedía ni un mínimo de tiempo a esas platicas sociales, le gusta mantener el orden y el control sobre su negocio, pues la reputación que tenían no era precisamente por andar hablando del nuevo club que se abriría en el centro de Manhattan.

El repiqueteo apresurado de dos pares de tacones la alertaron y pudo deducir que se trataba de la jefa por la fuerza de las pisadas y lo comprobó cuando desvió la mirada a la puerta de cristal y la vio; antes de que entrara se apresuró en acomodar loa documentos en una carpeta y sostener su Ipad, de antemano sabía que no sería una tarde fácil, pues desde la distancia se podía visualizar el ceño fruncido de su jefa y su postura totalmente tensa. La joven respiró profundo, porque aunque su jefa tenía un alma noble, cuando las cosas no le salían bien su carácter era difícil de manejar, y más cuando todo en ella gritaba "control". Iba acompañada de la abogada Hamilton y con solo su vestimenta ambas sugerían una postura intimidante.

Su jefa llevaba un vestido negro que le llegaba hasta las rodillas junto con un blazer blanco, que estaba abierto en la parte de arriba para en la mitad ajustarlo con un fino cinturón, sus pies iban enfundados en unos Christian Louboutin y en su mano izquierda descansaba su cartera Prada mientras que la derecha sostenía su Iphone. La mujer a su lado portaba un vestido blanco combinado con un blazer azul naval, unos tacones Manolo Blahnik con estampado, en su cabeza reposaban unos lentes de sol y en su mano izquierda una espectacular Louis Vuitton. – "Jesús si no fueran mis jefas"

No pudo evitar el pensamiento, esas mujeres eran poderosas.

El sonido de la puerta abriéndose abruptamente la hizo sacudir su cabeza y ver como ambas ingresaban al bufete, se dio cuenta de cómo Lauren se quedó estática en su sitio mientras poco apoco su entrecejo se fruncía mucho más y dirigía una mirada furiosa hacia la oficina donde se escuchaban las estruendosas risas. Todo lo que alcanzó a ver fue como Hamilton la tomaba del brazo y le decía un –Ahora no Lauren- pero ella simplemente se zafó del agarre y a paso decidido se encaminó a hacia la oficina, a la cuál irrumpió abriendo la puerta de golpe. 

Between Laws & BrushesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora