Between Laws & Brushes

Capitulo 8 - "I get a little bit Nervous"

"Cinco años después
Me la encontré.
Noté de cuajo
que aprendió a fumar
y,
por su mirada,
puedo jurar,
que aprendió también,
a no volver
a creerme."

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- Hey nena..! Solo necesito hablar contigo. - Camila cerró los ojos fuertemente aguantando las lágrimas de la rabia que estaba sintiendo. Así que en ese momento se soltó del agarre de un tirón y con ojos encendidos en irá respondió.

- En tu vida - Le dijo apuntándole con un dedo - En tu vida, me vuelvas a llamar nena no tienes ningún derecho de decirme cualquier otro apodo que pasé por tu pequeña mente, Brendan. - El hombre frente a ella esbozó una sonrisa cínica y eso hizo a Camila perder un poco la valentía, pero no lo demostraría.

- Siempre serás mi nena - Le dijo tomándola por la cintura con bastante fuerza, Camila se quejó por el agarre, pero a él eso no le importó. - Tienes a mi hijo y lo quiero conocer, quiero formar la familia que siempre quisiste - Sentenció el muy descarado. Camila soltó una carcajada y lo miró totalmente seria.

- Mi hijo, imbécil, es MI hijo. - Le dijo tomando ventaja de que él no sabía que tenía mellizos - Yo ya tengo mi familia y créeme que tu presencia es totalmente innecesaria.- Hizo el intento de soltarse pero fue inútil, el hombre no estaba dispuesto a soltarla.

- Mientes Camila - Le dijo acercándose más a su rostro - Siempre me necesitaste, siempre rogaste por mi atención - Su nariz rozó el cuello de la castaña y esta sintió un escalofrío en todo su cuerpo, estaba asustada, hace mucho se dió cuenta que el hombre de quién se había enamorado era solo una fachada.

- Sueltame Brendan!- Pidió Camila con voz dura - Si piensas que con tus tácticas de siempre me vas a hacer caer, estás muy equivocado - Brendan se sorprendió por la actitud de Camila, era totalmente diferente a la mujer de hace años, y eso encendió una llama en él - Ya me sé tus trucos, tan repetidos y predecibles - Camila sintió como el agarre aflojó un poco y sonrió cínicamente porque sabía que al hombre le estaban afectando sus palabras - Eres un idiota Brendan, lamentablemente estuve enamorada de ti por mucho tiempo y no me di de cuenta hasta que me mostraste tu verdadera cara.- Con fuerza retiró la mano del hombre de su cintura que la miraba totalmente contrariado - Esa noche que me dejaste tirada llorando, recuerdas? - Le preguntó con sorna- Esa noche te llevaste todo el amor que pude tener por ti.

- Wowww veo que tu junta con Dinah a dado frutos - Se rió en forma de burla y acorraló su cuerpo contra la pared - Pero ambos sabemos que esto no te durará mucho, quiero conocer a mi hijo Camila, y tú no puedes impedir eso - Le soltó con amargura.

Camila iba a responder pero se vió interrumpida por una puerta abriéndose dejando a la vista a una Lauren con el ceño fruncido y la visible vena que se marcaba en su frente delataba que no estaba muy contenta con la escena. Se fue acercando sin decir nada hacia donde estaban Camila y Brendan que, cabe resaltar, no perdió tiempo en escanear el cuerpo de la ojiverde.

Minutos atrás Lauren se dió cuenta como la ojimarrón salió del local hacia la parte trasera, tuvo la intención de seguirla pero prefiero no hacerlo por la cara de preocupación que llevaba la castaña, penso que necesitaba un poco de espacio, pero luego pasados varios minutos cuando se percató que la morena no había regresado decidió ir en su búsqueda, no sería la primera a la que le pasaba algo malo estando en un bar y ese pensamiento la asustó.

Así se encaminó hacia la parte trasera del local avisándole a Normani por cualquier eventualidad. En el momento en que iba a abrir la puerta escucho un par de voces y al instante reconoció la de Camila, ella no se esperaba encontrar a la morena discutiendo con lo que parecía ser su antiguo amor, cabe decir que la desilusión llegó a su corazón al pensar que esa mujer era heterosexual, pero su lado protector salió a flote cuando escuchó a la castaña pedir que la soltaran, sabía que estaba mal escuchar desde la puerta pero no lo pudo evitar, se quedó allí escuchando hasta ese momento que decidió era tiempo de intervenir. No le gustó el tono amenazador que usaba el hombre.