Between Laws & Brushes

Capitulo 4- Invisibles, Improbables, Impensables

"Por el corazón nada pasa de largo

No sirve ponerle una cinta negra en los ojos.

No sirve hacer como si no hubiese pasado nada.

El amor es ciego, pero el corazón tiene vista de águila"

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Manhattan-Upper East Side

Apartamento de Camila

8:00am /Jueves

Camila's POV

Tranquilo bebé- Arrullaba con suma ternura a Lucien mientras acariciaba su cabello castaño- Mamá está aquí mi pequeño- Sollozaba intranquilo en mis brazos por lo cual le comencé a cantar suavemente para poder apaciguar su llanto; creo que se me desgarraba el corazón cuando mis pequeños lloraban, y desde el martes he tenido mucho de eso.

Resulta que los mellizos la mañana del martes amanecieron resfriados, nada alarmante; o eso creía yo, solo su pequeña nariz enrojecida por la constante segregación de mucosa, y sus cuerpecitos debilitados pero sin pasar a mayores, por lo que solo les di sus respectivos medicamentos y así salí rumbo a la guardería donde los cuidarían hasta la una de la tarde. El caos se desató cuando ambos lloraron hasta decir basta al dejarlos allí, donde mi corazón se sintió apuñalado pero no los podía llevar conmigo, ese día tenía la reunión con la directora del museo y no se me permitía faltar. Con lágrimas en mis ojos retome mi camino sintiéndome muy mal por dejarlos así.

Mi sentimiento de culpa empeoró cuando a las 11 de la mañana me llamaron para informarme que los mellizos se encontraban con fiebre, como una bala salí disparada de la reunión dejando a todos atónitos y a una Dinah persiguiéndome hasta mi coche. Cuando logré calmarme y coordinar mis palabras para contarle me arrebató las llaves y se subió a mi auto alegando que ella era la tía favorita de los mellizos y que iría a su rescate. Así ambas nos encaminamos hasta la guardería donde encontré a mis pequeños tesoros con sus ojitos rojos y las mejillas como dos pequeñas manzanas.

En menos de una hora estábamos en el hospital donde les hicieron la revisión correspondiente y estuvieron en observación debido a su asma de nacimiento; mi embarazo no fue del todo tranquilo, mis mellizos desarrollaron asma porque sus pequeños pulmones se vieron afectados por mis descuidos, cosa de la que siempre me sentiré culpable. Luego de que les controlaran la fiebre y se aseguraran de que no había ninguna complicación con ellos, regresamos a casa, y no hace falta agregar que Dinah no ha salido de aquí desde ese día, lo que agradezco porque cuando se trata de los pequeños mis nervios se disparan y me razonamiento colapsa.

Fui sacada de mis pensamientos cuando escuche los pasos de Dinah y las pequeñas palabra de Lynette.

-Creo que esta pequeña está pidiendo por su madre- Me comentó Dinah mientras se acercaba al sillón donde me encontraba con un ya dormido Lucien- Deberíamos cambiar, lo puedo llevar a su cama.

-Mejor lo acuesto acá en el sillón- Con sumo cuidado lo coloque en el sillón mientras hacia una especie de cerca con los cojines- Ya está, me costó mucho que se calmara, si lo llevo a la cama seguro vuelve a abrir sus pequeños ojitos- Le dije mientras depositaba un besito en las mejillas de mi hijo- Ahora tu pequeña princesa- Me acerque a mi hija que me extendió sus brazos de inmediato mientras me hacía un puchero y un "ma ma" salía de sus labios- Como esta?- Le pregunté a Dinah