Capítulo 45: Solos los dos

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Había soñado con mamá, después de tanto tiempo de no hacerlo. Tenía una mirada triste, y aunque no podía definir si era para mí o por otro motivo diferente, presentía que se debía a la soledad. Pero que soledad, si ya no estaba entre los vivos, a menos que la muerte no le haya dado paz. Pero nuevamente pienso, es un sueño, y fuera de él, no es real. A veces es demasiado autentico para mis ojos.

Ya he despertado, y es tiempo de enfrentar los cavos sueltos, por ello estoy enfrente de su habitación.

¡Toc! ¡Toc!

La puerta se abre en su totalidad.

—¿Melody?... tu como... ¿has preguntado en el recibidor verdad? —pasó del sobresalto a la sensatez en unos segundos. Yo asentí con la cabeza —por favor entra, y disculpa mi apariencia.

Joel vestía unos pantalones verdes que normalmente usaría para un entrenamiento, y tan solo una camisa blanca desabrochada hasta debajo de su ombligo. Descalzo, pero bien erguido en su postura. Su peinado, era un poco más desprolija, pero como antes dicho, la forma rapada hacia los lados no permitía que sea demasiado desalineado. Había sentido un leve aumento de temperatura en mis mejillas, pero me dije a misma que debía mantener la calma y tratar el tema con absoluta seriedad, aun si su pecho estuviera al descubierto y marcado como si llevase años en un gimnasio.

"Tranquila, pasa como si nada"

La luz del techo era todo lo que alumbraba el lugar, y aun así, iluminaba cada rincón, aunque de una forma poco intensa y de un color amarillo. Era simple, pero tenia su elegancia y practicidad en varios sentidos. Mientras observaba alrededor, Joel no tardó en abrocharse hasta el botón más alto de la camisa, con un tanto de nerviosismo se podía apreciar. Pero al mismo tiempo me sorprendió no ver mi collar sobre su cuello como las anteriores veces. Era de las cosas más importante de las que quería hablar, y recuperar. Me senté en una de las dos sillas que ladeaba una mesa pequeña y redonda, sin percatarme de lo rígida que estaba. En frente, había una zona mínima, pero practica que asimilaba el papel de una cocina, y Joel había comenzado a preparar té sin siquiera preguntar por ello.

"Parece que hay cosas que no cambian aun con el tiempo. Pero me gusta, es agradable que haga eso por mí. Aunque es raro que no pregunte primero"

_Antes veía una delgada sombra sobre su cabeza, pero ahora veo que está libre de aquella oscuridad.

"¿Pey?, viste algo así. No recuerdo... ¿piensas que no volverá?"

_No estoy seguro, deberíamos vigilarlo, pero, aun así, no creo que sea una mala persona.

"Pienso lo mismo"

—¿Les has dicho a tu familia que estas aquí? —se da vuelta con dos tazas de té en cada mano, y se sienta enfrente de mi mientras apoya una taza delante de mí —la última vez casi me matan con la mirada, aunque no los culpo. Soy un completo extraño que dijo cosas anormales.

"De alguna forma se ve adulto. Bueno, él creció normalmente"

—Si... bueno no tan literalmente. Les dije que iba a hablar contigo, pero no les dije que estaría en tu habitación —entrecruzaba mis dedos sobre la mesa hasta llegar a la taza que emanaba vapor blanco.

—Esto no es bueno, ¿sería mejor irnos de aquí?

—No, está bien. Necesitaba un lugar en donde solo estaríamos los dos, y que nadie escuchara.

"Eso sonó un poco..."

Joel me observa con atención y luego suelta una leve sonrisa. Toma un sorbo de té y retoma.

TIERRA DE ESPÍRITUS~La chica dorada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora