💛Meliodas, El Dragon De La Ira💛

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Anime: Nanatsu No Taizai.

Narra Tn.

—¡Capitán! —grité mientras entraba al bar. Me acababa de despertar— Necesito un trago.

—¿No es muy temprano? —preguntó Hawk.

—No. —dije y me senté en la barra.

—Señorita, Tn, ¿no quiere desayunar algo? —preguntó Elizabeth.

—¿Piensas que comeré la horrible comida del capitán? —pregunté mirándola con una sonrisa amable.

—Entonces, hazla tú, genia. —dijo Meliodas tirándome una botella. La atrapé.

La destapé y comencé a beber.

—¿Cocina bien? —preguntó Hawk.

—Cocina mejor que Ban. —habló King.

—Tampoco es para tanto, Harlequin. —hablé mientras bebía.

—No me d-digas así, Tn-chan —dijo sonrojado King.

Reí.

—Ne~, Tn.—habló Ban, que también estaba bebiendo. — ¿No vas a decirnos dónde está tu sello?

Lo miré.

—Es cierto. —dijo Diane— Nunca lo he visto.

—Yo tampoco. —dijo el capitán. —Y eso que la conozco desde que es niña.

—Tú ya sabes donde está, Ban, no sé para qué hablas. —dejé la botella en la barra.

—Disculpe, señorita Tn. —me llamó Elizabeth. —Quisiera saber que pecado es usted.

—¿Te refieres a que animal? —pregunté.

No se lo había dicho, puesto que ayer me habían encontrado en una prisión. Llevo un día en la sombrero de jabalí.

—Es cierto. —dijo Meliodas. —No las he presentado formalmente. Elizabeth, ella es Tn, el murciélago de la muerte.

—Hola.

—¿Dónde está tu sello? —preguntó King.

—En mi cuerpo.

—¿En qué parte del cuerpo? —preguntó Diane.

—En una parte de mi cuerpo.

—No tiene sentido, no va a dejar de responderte así. —dijo Ban.

—Bueno, ¿y mi Gowther? —pregunté.

—¿Tu Gowther? —preguntó Meliodas.

—Si, me llevaba muy bien con Gowther. —expliqué mientras juagaba con la funda de mi tesoro, que era una Katana.

—¿Así como se lleva con el señor Meliodas? —preguntó Elizabeth y se hizo un silencio incómodo.

—Eh... —miré a otro lado sonrojada.

Meliodas estaba igual.

Todos ya sabían lo que ocurría entre Meliodas y yo.

—Yo... Eh... Tengo que... —simplemente me fui de la taberna y me dirigí al bosque.

Narro yo.

Luego de que la chica se fuera, Meliodas salió también y fue en la misma dirección que ella.

—¿Dije algo malo? —preguntó Elizabeth.

—No, es que... —dijo Ban. —Hay algo entre ellos desde hace ya mucho tiempo.

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