Entre las sombras

Capítulo 2: amor y tragedia

Pasaron los años, y poco a poco fuimos superando aquello. Como vivíamos con Magnolia y Nana, la costumbre de ir a cazar humanos juntos desapareció. Cada dos semanas Thor salía, pero yo decidí no acompañarle. No estaba seguro de poder controlarme. Aunque superase la tristeza por la muerte de Zan y Midna, mi odio hacia los humanos no desapareció, y tampoco salía mucho de casa. Ayudaba en las tareas del hogar, y a veces atendía la frutería de Magnolia. Todas las noches me encerraba en el patio para practicar mis habilidades. Conseguí formar un escudo con el brazo, e imitar la forma de la mano de otra persona. Era muy feliz por ello, pero decidí mantenerlo en secreto.

Thor pasaba cada vez más tiempo fuera, y yo cada vez salía más. Mi odio poco a poco fue desapareciendo, y a su vez, mis habilidades fueron incrementando. Podía cambiar la forma de la parte inferior de mi cuerpo e imitar la de otros. Aunque solo era la parte inferior, me costó bastante lograrlo.

Una noche, estaba practicando en el patio, cuando Thor me sorprendió.

-Hey, ¿qué haces despierto tan tarde? -Preguntó Thor. Me inventé una excusa fácil para contestar.

-He... he bajado a beber agua. -No debí decir eso.

-Pero si tú no necesitas beber agua... Anda, cuenta.

-Pues... Mira.

Intenté hacer lo que nunca había logrado, transformar mi cuerpo entero. Como no se lo había mostrado a nadie, tenía que impresionarle. ¿Qué podía hacer? Transformarme en una mujer desnuda era demasiado, no quería que mi hermano fantasease conmigo, así que me transformé en él. Bueno, lo intenté, pero no pude hacerlo. Solo me faltó la cara.

-WOW -Thor no acababa de creérselo. -Tío, esto es... ¡WOW!

-Miierda, he fallado...

-¿Pero qué dices? Si eres igualito a mí...

-Mírame a la cara. -Estaba tan embobado mirándome que no se dio cuenta de mi cara.

-Ah... Bueno, solo te falta eso, ¿no? Solo necesitas practicar más. -Thor sonrió de oreja a oreja, como siempre.

-Por favor, no le cuentes esto a nadie. De momento quiero que sea un secreto.

-Así que quieres sorprender a Nana, ¿eh? -Tonto no era, me había pillado. -Tranquilo, mis labios están sellados. Sigue practicando si quieres, yo me voy a dormir.

Me volví a quedar solo, pero no seguí practicando. Thor lo sabía, sabía que me gustaba Nana, pero ese no era el problema. El problema era la misma Nana. ¿Se habría enterado ella también? ¿Tanto se me notaba? No pude pegar ojo en lo que quedaba de noche.

Los días pasaban, uno tras otro. Ya no sentía rechazo a salir a la calle, y atendía la tienda para ayudar a Magnolia, aunque también era para pasar tiempo con Nana. Thor traía la mercancía cada semana del puerto. Nos habíamos adaptado, parecíamos una familia humana más.

Tres años después, Nana y yo teníamos 22 años. Thor cumplió los 18, y sorprendentemente, se echó novia. Era una ghoul que conoció de caza. Al principio hubo hostilidad, pero comenzaron a cazar juntos, y acabaron saliendo. Se llamaba Penélope, y era encantadora, aunque intentó comerme cuando nos conocimos. Yo seguía enamorado de Nana, pero no avancé nada.

En cuanto a mis habilidades, progresé bastante. Podía volverme líquido, pero dolía un poco. Lo de imitar caras seguía siendo imposible. Nana también progresó, y se convirtió en una bruja del viento. Como bruja del viento, podía controlarlo, y entablar lazos mentales con aves pequeñas. Podía, por ejemplo, ver a través de los ojos de una paloma a menos de 2 kilómetros de distancia. Me asombraba. No podía dejarme perder tan fácilmente, tenía que asombrarla yo, y pedirle salir antes de que otro se me adelantase.

Todas las noches, sin excepción, intentaba imitar la cara de mi hermano, pero no salía exacta. Siempre me faltaba un ojo, o el pelo. Lo que sí conseguí fue imitar voces a la perfección, pero de nada servía si no cambiaba mi cara.

Un día, Magnolia nos llamó a todos a medianoche.

-Chicos, tengo que deciros una cosa. Me tengo que marchar un par de días para recoger un paquete. Me gustaría que uno de vosotros dos me acompañase.

-Yoooooop, Magnolia, yo iré con usted. -Thor no tardó en darse cuenta del favor que me estaba haciendo. Era mi oportunidad. En mi cabeza no podía parar de darle las gracias.

-¿Tú, Thor? Bueno, vale. Saldremos mañana temprano, así que vete a dormir.

Yo... dos días solo con Nana... Era el paraíso, y a la vez un infierno. No podía cagarla, tenía que conseguirlo. ¡IBA A CONSEGUIRLO!

Estuve toda la noche encerrado en el patio, sin descansar ni un solo momento, y al final... Lo conseguí. Lo había conseguido. Lo repetí un par de veces para asegurarme, y era cierto. ¡LO HABÍA LOGRADO! Tenía que declararme en seguida, no podía esperar.

Al día siguiente fuimos al puerto a despedirnos de Magnolia y Thor. No fue para nada emotivo, ya que volvían en dos días, pero yo deseaba que se fueran. Quería hacerlo ya.

El barco estaba a punto de partir, cuando de pronto, Penélope vino. Quería despedirse de Thor, Yo estaba cada vez más nervioso, no podía más. De pronto, un gran grito sonó dentro del barco. No había ninguna duda, era Magnolia. Thor salió del barco rápidamente, con lágrimas en los ojos.

-¡Hay que salir de aquí, nos han descubierto!

-Thor, ¿qué pasa con mi madre? -Preguntó Nana, con una expresión triste.

Thor agachó la cabeza, y Nana empezó a llorar.

-¡Nana, no llores ahora! Tenemos que huir, o nos pasará lo mismo. -Le dije a Nana, intentando consolarla. Creo que no fui muy acertado. Yo también estaba triste, ya había perdido a dos madres. -No permitiré que perdamos a más personas importantes. Te lo prometo, Nana.

Te lo prometo.

Nuestros caminos se separaron. Thor y Penélope huyeron hacia el norte, y yo fui sorprendido por un grupo armado. Nana continuó corriendo. Eliminé a esos humanos de mierda, pero no era suficiente. Tenía que matar a los cabrones que mataron a Magnolia. Tenía que proteger a Nana, tenía que protegernos a todos. Me alejé de sus vidas para cortar el mal de raíz. Así estarían a salvo.