Capitulo 4

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Mis dedos comenzaron a hormiguear, sentía la necesidad de tomar esa rosa que tanto me había hecho pensar en el y dársela, sin embargo, no podía hacerlo, no mientras tenga esta mascara de falsa calma.

Toque con mis dedos su frente y la empuje un poco, era algo que hacia con Jiwoo cuando no me dejaba hacer la tarea, él solo fruncido el ceño haciendo un puchero para reclamarme.

—Gracias.

Se sobo donde mis dedos chocaron, con sus manos y con una expresión aturdida entonces levanto la mirada y me regalo esa sonrisa a la cual me he vuelto adicto en tan poco tiempo.
Y se atrevió a cometer la falta que Jiwoo nunca pudo, sus dedos chocaron con mi frente y me dejaron mas que aturdido por su acción.

—De nada. —Entonces se dio la vuelta y se despidió con la mano, aun aturdido me incline hacia adelante y lo seguí.

—Espera, ya te vas? —no quería que se fuera, tengo que pensar rápido, buscar una escusa para pedirle que se quedara.

—Ya no tengo nada mas que hacer aquí.

—Solo viniste a decirme todo eso? — Este chico parecía no tener filtros.

—hmm... Si, sentía que tenia que decírtelo así que eso hice. — por favor no te vallas esas palabras estaban gritando fuerte en mi mente.

—Quédate.- demonios! —quédate a desayunar conmigo, siento que es lo menos que puedo hacer para agradecerte. — cuando no se negó y volteo a verme, sabia que tenia que insistir un poco mas —por favor. — lo pensó un poco mas.

—Esta bien, pero tu ya estas desayunando — menciono con un tierno puchero, entonces fui consiente de la tostada a medio terminar en mi mano izquierda, como niño pequeño la cubrí detrás de mi.

Entonces el sonrió, —oh! Ya no esta —vamos a desayunar entonces —lo dijo fingiendo que no se enteraba de nada.

       Cuando Jiwoo llego a la cocina en un estado medio dormido, tallándose  los ojos. Estábamos limpiando lo que utilizamos, solté una carcajada con la cara que puso ella al ver la espalda de Tae lavando los trastes, busco con su mirada la mía para pedir explicaciones.

— uhmm... ¿hola? — con eso y el sonido de mi risa fue que Tae dejo lo que estaba haciendo y se volteo secando sus manos con un trapo.

—Hola Jiwoo, te prepare el desayuno —dijo el mientras acercaba el plato a la isla donde desayunamos.

—oh G-gracias.- consternada Jiwoo tomo asiento.

—Bueno... Sera mejor que me valla —un pánico irracional se apodero de mi cuando soltó eso.

—Te acompaño —lo dije ya levantándome del banco con todas las intenciones de acompañarlo por un poco mas de tiempo.

—Esta bien —creí que iba a decir que no —vamos Hoseok — parecía tímido al pronunciar mi nombre por primera vez pero para mi solo fue un atentado a mi vida, es ridículo que no nos hemos llamado por nuestro nombre en ningún momento hasta ahora.

Siento que, en este momento, algo cambio, de manera inconsciente y casi imperceptiblemente, algo cambio.

       El camino que tomamos ayer fue mas lento y con roses intencionales de las dos partes, quería sostener su mano, quería tener la suerte de esa rosa que recogió del jardín cuando salimos de la mansión, quería que me viera solo a mi, que me sonría solo a mi, me estaba volviendo loco no poder tocarlo, cuando cambio de mano la rosa aproveche la oportunidad y tome su mano fingiendo escanear su palma con la escusa de "encontrar rasguños por las espinas" sin embargo cuando deje de escanearla no la solté y el no se quejo así que seguimos tomados de las manos mientras Caminábamos sin rumbo, bromeábamos y hablábamos cualquier cosa, estaba plenamente consiente de la calidez de su mano tocando mis dedos, de su hombro rosando con el mio, su cuerpo relajado como si no tuviera prisa, como si no tuviera lugar a donde llegar. El tiempo no corre igual cuando estoy cerca de él.

—mira hoseok, un venado bebe — me jalo para que nos agacháramos mientras susurraba y apuntaba hacia el pequeño animal, en efecto, era un bambi, acercándose al lago para tomar un poco de agua, con la luz del sol que se reflejaba en el lago, hacia que la vista pareciera mágica, cuando un ruido en el bosque asusto al venado, el terror se apoderó de mi pensando que era un depredador, pero el apretón en mi mano me hizo esperar para ver con mas detalle, era la mama del venado, llamándole para así introducirse al bosque de nuevo.

—Nunca había visto uno. —solté aun sorprendido por la hermosa imagen que la naturaleza me regalo.

—bueno es que vimos dos — el dulce sonido de su risa evito que me quejara, tome su nariz suavemente y la apreté despacio.

—muy gracioso. — solté su nariz y note que se había puesto roja, pensé que le había hecho daño y me incline para dejar un beso en la punta pero cuando me aleje pude ver que no era por hacerle daño ahora estaba completamente rojo cubriendo con su fleco sus ojos, estaba avergonzado y eso hizo que me pusiera muy nervioso.

—Woah!, lo siento,no... no pensé — me quede en blanco no sabia que mas decir, y pude sentir como la sangre hiba subiendo por mi rostro, al final los dos terminamos colorados sin saber que mas decir.

Pude ver como tomaba algunas respiraciones y entonces miro mi mano, que envolvía la suya y por primera vez sentí que tenia que debía soltarlo pero mi cuerpo no reaccionaba, mi parte egoísta no me lo permitía, no quería soltarlo, por suerte ese pensamiento se esfumo cuando el sonrió y entrelazó nuestros dedos lentamente, este hombre debería escribir un libro de como torturar a alguien, tan lento pero tan perfecto, nuestras manos comenzaron a encajar, como si estuvieran hechas una para la otra.

Entonces pude ver como nacía una sonrisa en su boca, me llamaba esa boca, quería inclinarme para besarlo, pero no tenia el valor, solo me quede quieto, como una estatua, cuando el levanto la vista y me miro me congele un poco mas, entonces se inclino hacia adelante acercándose a mi rostro, iba a besarme, Serré los ojos pero siento como sus labios tocaban la punta de mi nariz, la tensión en mis hombros desapareció y al abrir los ojos el aun estaba muy cerca, cuando iba a alejarse, coloque mi mano en su cuello para detenerlo y abrió sus ojos sorprendido, antes de perder el valor o pensar demasiado, lo jale y bese esos esponjosos y suaves labios, moví mi boca buscando probar mas su dulce sabor, el parecía en shock no se movía entonces me detuve y arrepitiéndome por mis actos comencé a alejarme para ver su expresión.

Pareció despertar de su estado desorientado y con un fuerte color carmesí en sus mejillas me alcanzo de nuevo besándome como dios manda, ahora el que estaba al borde del desquicio era yo.

Saben como se siente al tratar de prender un encendedor, bueno algo así se sentía en mi corazón con cada rose de sus labios, una chispa, tratando de encender el fuego en mi alma.

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-Jenn 🐯

La verdad no contada • vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora