Capitulo 14

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Maratón (1/?)

La tranquilidad vibraba en mi alrededor, todo parecía estar donde tenia que estar, pero yo no me sentía así, después de que Jiwoo irrumpiera en el coche, yo permanecía en blanco por toda la información que Jin me dio, esto parecía una jodida broma, una donde Nam y Jin se unieron para licuar mi cerebro, pero la mirada preocupada de Jin solo descartaba esa idea.

Jin estaba siendo arrastrado a la cocina por Jiwoo y el no apartaba la vista de mi, parecía temer que saliera huyendo, lo cual es algo inteligente por que no había nada mas que quería hacer mas que correr e ir por mi chico para demostrarle a todos que no estoy loco.

No puedo estar loco, lo vi, lo sentí, lo bese, mierda.

Puede que si este loco después de todo.

   —¡Hobi!—Jiwoo me alcanzo y me zarandeo un poco para traerme de vuelta.

  —Oh, si, lo siento Ji, ¿Que pasa? 

   —¿Que pasa? no lo se, dímelo tu, has estado como en otro mundo— si supieras, pensé y solo le sonreí para intentar calmarla.

  —No es nada Ji, Sabes que no dormid bien anoche.

  —En realidad, No lo se, no dormiste aquí, y por si te lo preguntas yo no dormí nada, gracias por eso.

Mi corazón se apretó y me patee el trasero mentalmente por darle ese tipo de preocupaciones a mi hermana pequeña, No había palabras que mostraran lo apenado que estaba con ella pero lo intente de todos modos.

  —Ji...

—Esta bien, si quieres olvidarte de todo por un momento, esta bien, a veces yo también quiero hacerlo, por eso en primer lugar vinimos aquí, pero solo te pido que confíes en mi, Ya perdimos a nuestros padres, no se que haría si algo te pasa a ti también.— sus ojos vidriosos me rompieron el alma, y como dije, no hay palabras, solo pude abrasarla y sostenerla, trate de sujetarme también para no derrumbarme.

  —Heh, si no dejan sus sentimentalismos, se quemara la cocina, así que vengan a ayudarme ahora, vagos! 

  —Correcto, lo siento Jin—Jiwoo se seco una lagrima me sonrió y se fue corriendo a donde Jin, Él, sin embargo, no aparto la mirada de mi mientras recibía a Jiwoo en la puerta.

—Tu no te salvas, ven aquí.—me apunto con una mirada de advertencia, y supe, en el fondo, que quería tenerme vigilado como se lo había pedido Nam y que quería mantener mi mente ocupada. 

Debo admitir que funciono en la gran parte, y ademas aprendí a preparar bollos de miel.

Las constantes instrucciones de Jin nos hacían sonreír a mi y a Jiwoo cuando nos daba la espalda, nos recordaba a nuestra madre, tenia la misma aura maternal.

En la parte en la que no estaba funcionando la distracción de Jin, solo podía planear como escabullirme al bosque sin ser descubierto, como no lastimar mas a mi hermana y me gustaría decir que vagamente estaba pensando en mi chico, pero seria una mentira descarada, pues cada que serraba mis ojos podía ver los suyos, podía sentir sus labios temblando en los míos, y eso solo impulsaba mis planes para poder llegar a él sin que nadie trate de detenerme.

 Cuando las llanas del coche de Nam resonaron en la grada, avisando que estaba aqui, Jin suspiro, y Jiwoo salio de la cocina para recibirlo, pude ver el alivio de Jin.

  —Si no te agrada ser mi niñera, me hubieras dejado solo.—No quería decir eso, no se por que lo dije.

—Y perderme de toda la diversión? no gracias.— me sonrió sin ofenderse, dejando pasar mi comentario. 

  —Así que te divierto eh? — le pregunte bastante arisco.

—Pues claro— la sencillez de su respuesta me molesto y lo noto enseguida—Te quiero, Hombre, pero nadie me llama niñera y vive para contarlo.— así era Jin, una esquina de mi boca me traiciono y sonreí de lado. —Estamos aquí para ayudarte, debes saber eso.

  —Lo se, pero estoy seguro que me arrancarías la cabeza si trato de alejarte de Nam.

—podrías apostarlo, y entiendo que eres mas paciente que yo, querido.

— puedes reconsiderarlo. —probablemente mi mirada tenia sed de sangre en esos momentos pues solo  se removió incomodo.

  —Así que encontraste al indicado eh? ¿Como se siente saber que no puedes estar con él?

—Jodido hijo de...

—Sera mejor que sueltes a mi esposo, Hoseok, y te calmes de una maldita vez.—en alguna momento tome el cuello de Jin y el me miraba asustado.

—No estaba tratando de molestarte Ho, era literal.—Jin era Honesto, no trataba de lastimarme, sin embargo eso no cambia que se sintiera como un golpe en el estomago. 


Cuando solté a Jin, Jiwoo entro por la puerta sin darse cuenta de la tensión que emanaba de nuestros cuerpos.

  —mira lo que trajo Nam

—En realidad Ji, Estoy un poco cansado, lo veré después. — la interrumpí sin verla y me dirigí hacia las escaleras. 

  — ¿Oh? eh...

— Solo esta cansado, linda, no te preocupes.— Escuche decir a Nam mientras sentía sus pasos seguirme, por supuesto, no me dejaría escapar así de fácil.

Cuando llegue a mi dormitorio trate de cerrar la puerta detrás de mi pero Nam ya estaba empujándola para entrar.

Me senté en mi cama y el justo delante de mi, evadí su mirada, no dijo nada y no lo haría hasta que lo mirara el jodido bastardo, me negué a mirarlo y pareció pasar una eternidad, y su mirada fija en mi me quemaba, esta tortura no acabaría hasta que me rindiera y lo viera a los ojos, sabia eso mejor que nadie.

Sin embargo no lo hice, y no fue hasta que recordé la mirada asustada de Jin que levante la mirada.

  —Valla, aguantaste bastante.

— Jódete.

— Uh, relájate, quieres? 

Una risa burlona salio de mis labios —¿Que me relaje dices?

  — Solo si quieres, Claro.

— Por que no solo me golpeas y ya esta?, estuve a punto de golpear a Jin.

—Quiero hacerlo, créeme, pero te duele mas que no lo haga— y estaba en lo cierto, pero no iba a afirmar ese detalle. — Y estoy seguro que Jin te hubiera puesto contra el piso, no lo tomes a mal pero pareces un zombie y tu cuerpo lo sabe.

Eso me recordó que no había dormido nada en casi dos dias. esto es una completa mierda.

 —Se que crees que estoy loco, pero no lo estoy.

  —Lo se.

— ¿Sabes que lo sé o sabes que no lo estoy? 

  — Un poco las dos cosas.

— Quiero ir a verlo Nam. Necesito verlo.

— lo se.

La sonrisa que Nam me dio fue como la que me dedicaba cuando convencía a mis padres para ir a quedarme en su casa cuando en realidad iríamos a una fiesta universitaria o un antro. 

  —No se lo que estas pensando pero estoy dudando de mi estado mental ahora mismo, y creo que también del tuyo.

Los hoyuelos de Nam se hundieron a cada lado de su sonrisa y me asuste.

—Lo sé.




· · ·


—Jennie;)

La verdad no contada • vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora