Marriage | Raura

Extra #3

¿Les gustaría que haga una novela sobre Adam y Marie? También habrá capítulos sobre Penny y Lucie, aún lo estoy pensando.

Penny

Marie entra a mi habitación enojada y se acuesta a mi lado en la cama, soltando un gruñido.

— Lo detesto... — murmura.

— ¿Adam? — pregunto, rodando los ojos y dejando mis apuntes de lado.

— ¡Si! Oye, ¿y qué haces aquí?

— Necesito estudiar y con Lucie no puedo hacerlo porque... — comienzo a decir pero la voz de mamá me interrumpe.

— ¡No, Ross! ¡No voy a escucharte! ¡Tú lo dijiste! — grita mi madre en el pasillo, supongo que piensa que no estamos en casa.

— Laura, por favor...

— ¡No volveré a pasar lo mismo que con Ashley! Si me amas, déjame en paz. No quiero saber nada más de ti. ¡Ya me has engañado una vez! Te perdoné en ese momento, pero ahora puedes irte a la mierda. — exclama ella, llorando. Mi corazón se encoge al escucharla.

— Papá... Papá la ha engañado... — susurra Marie.

La abrazo y le acaricio el cabello. — No sabemos lo que pasó.

— Cara, es un malentendido. Por favor, escúchame... — pide él, con la voz rota.

— Luego de años de matrimonio, pensé que jamás me volverías a hacer lo que me hiciste con Ashley. No pienso volver a aquella época en la que me quedaba sola por las noches mientras tú te follabas a mi mejor amiga. No volveré a aquello. — dice mi madre.

Jadeo sorprendida. La había engañado con mi madre en el pasado. Marie está igual de sorprendida. No sabíamos esa etapa de la vida de nuestros padres.

— Jamás te haría volver a aquello, eres el amor de mi vida. Jamás te engañaría ni haría algo para lastimarte, no otra vez. ¿Tirarás años de matrimonio por la borda por una mujer que simplemente desea lo que tú, solo tú, tienes? — le pregunta papá.

Mi madre suelta un sollozo. — Vete de aquí...

— Cara... Por favor, no nos hagas esto. Los dos sabemos que no podemos vivir sin el otro. Por favor, te amo... No me dejes... — le pide, llorando.

Jamás había escuchado a mi papá llorar. Lloraba por Laura, por la desesperación que sentía al ver que ella lo estaba dejando. Esta vez la pelea era grave.

— Lo hubieras pensado antes, Ross. Si me amaras, no me hubieras engañado nuevamente.

— ¡No te engañé! Tienes que creerme. Stacy estaba mintiendo, no me acosté con ella. Es mentira. Lo que viste al entrar a mi oficina, fue un malentendido. Ella apareció allí y yo estaba tan confundido cono tú, entonces entraste y malinterpretaste todo. Ni siquiera la toqué. Sabía que estaba enamorada de mi, pero no sabía que haría aquello para arruinar mi matrimonio. Lo siento, cara... Pero tienes que creer lo que te digo.

— Ross, por favor... Recoge tus cosas y vete de una maldita vez. No quiero escucharte más. — ordena Laura, y siento sus pasos alejándose.

Con Marie nos quedamos en silencio por un largo rato, entonces se escucha la puerta principal cerrarse.
 
Papá se había ido de casa.

— Oh, Dios... — murmura Marie. — Se han separado...

— No se van a separar, Marie. Se aman. Lo solucionarán y volverán a estar juntos. — aseguro.