Un día cualquiera en una biblioteca:
– Hola vengo a devolver un libro.
– Shhh. ¡Habla más bajo! —susurró la bibliotecaria.
– ¡Uy! Vale, vale.
– Mejor, ¿podrías dejarme tu carné de la biblioteca, querido?
– Sí claro, querida. Aquí tienes.
– Ya está —se detuvo un momento para leer el nombre del carné— Diego, todo en orden. Quépases un buen día.
– Eso mismo, igualmente.
Al día siguiente:
– HOLA. VENGO A DEVOLVER UN LIBRO.
– Shhhhhh!!! ¡Habla más bajo, esto es una biblioteca! —espetó la bibliotecaria.
– ¡Uy! Es que estaba con los cascos... y nada, no me oía casi, ja ja.
– Espero que no vuelva a ocurrir, jovencito. Recuerda que en este espacio se debe respetar elsilencio.
– Sí sí, yo lo respeto. Bueno, aquí tienes —le alcanzo el libro y el carné.– Ya está, todo en orden. Qué pases un buen día.
– Ale.
Al día siguiente:
– HOLA. VENGO A DEVOLVER UN LIBRO
– ¡Por el amor de un dios! Es la tercera vez que te mando bajar el tono. La próxima vez queincumplas alguna regla de la biblioteca me veré forzada a penalizarte sin poder retirar libros.
– ¡Qué peñazo! Pero esto es público, ¿no?
– Sí, ¿y? Un parque es público y no por ello puede hacer uno lo que le venga en gana. Lasnormas están para acatarlas.
– Bien, lo que tú digas. Aquí tienes el libro
– Ya está, todo en orden. Qué pases un buen día.
Unos días más tarde:
– .
– ¿Sí?
Diego movía la boca pero no decía nada.
– ¿Querías alguna cosa...? ¿Podrías hablar un poco más alto?
– HOLA. VENGO A DEVOLVER UN LIBRO.
– ¡Aaagh! Quedas sancionado sin poder retirar libros durante un mes!
– VALE —sonrió el joven mientras se marchaba.
El día siguiente Diego se dirigió a la mesa de la bibliotecaria y se quedó allí plantado, sin decirnada, simplemente pasándose la lengua por los dientes y emitiendo algún ruido ocasional. Al cabode unos minutos la bibliotecaria le llamó la atención:
– Podrías hacer el favor de ir a otro lugar, por favor?
– Podría, sí.
– Pues hazlo, por favor
.– De acuerdo —y se movió unos centímetros.
– Gracias. No tienes nada más interesante que hacer?
– Tal vez.
– Si no necesitas de mis servicios, te agradecería que no permanecieras por aquí.
– Necesito tus servicios.
– No creo que pueda ayudarte, pero ¿qué querrías?
– QUIERO DEVOLVER UN LIBRO —y sacó un libro de su mochila.
– ¿Me estás tomando el pelo?
– No, es de mi hermano, que no podía venir y me ha dejado su carné para que lo devuelva porél. Espero que no suponga problema alguno.
– Sí, no puedes así que deberá venir tu hermano.
– De acuerdo —sonrió de nuevo mientras se sacaba el teléfono móvil. - Denís? Pásate por labiblioteca porfa.
Mientras Denís llegaba, Diego se alejó un poco. Minutos más tarde su hermana apareció y, juntos,se dirigieron hacia las bibliotecaria:
– QUIERE DEVOLVER UN LIBRO —gritó Diego.
– QUIERO DEVOLVER UN LIBRO —gritó al mismo tiempo su hermano gemelo, Denis.
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Reto Creativo 2: Sácame de mis casillas
Short StoryColección de relatos que han participado en el segundo reto de escritura creativa para el blog Not Just So Ordinary.