Capítulo 2.

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El rostro más joven denotaba algo de miedo.

—¿Acaso él es Tobi de... Niño?—preguntó Deidara al grupo de ninjas.

Todos veían absortos al niño frente a ellos.

—Hola pequeño—le saludó Itachi incandose frente a él, de alguna manera le recordaba a su hermanito—¿Recuerdas algo de lo que pasó?

—N-no. ¿Quiénes son ustedes? ¿Dónde estoy?

—Nosotros somos Akatsuki, algo complicado. Y estás en una de nuestras guaridas.

—Hidan idiota, mira lo que haz hecho.

—¡¿Lo que yo hice?! Vete al diablo, tú y Sasori también participaron

—¿Qué haremos? probablemente cueste dinero—dijo Kakuzu.

—Silencio—puso orden Pain—Sus peleas absurdas son el causante de esto. Habrá que buscar un manera de regresarlo a la normalidad.

—¿Quien cuidará del pequeño?—dijo Sasori

—Deidara es su compañero—sugirió Kisame.

—Lo haremos todos—ordenó Konan—en ésta base. Debido a esto habrá que atrasar los planes de captura a los Jinchuurikis. Hasta que Tobi esté recuperado continuaremos.

—¿Por qué? Sólo es Tobi—preguntó Deidara.

—Porque si—dijo pain.

Nadie más se opuso o dijo algo al respecto. Era obvio que el líder no quería que preguntaran más sobre el tema.

—Hay que buscarle ropa de su talla. Si se queda así podría enfermar debido al clima—Konan recordó la lluvia intensa de afuera—Deidara llévalo a una de las habitaciones, Kakuzu tú me ayudarás a conseguir la ropa.

Ambos aceptaron.

—Vamos, Tobi—le llamó pero el chico parecía ignorarlo—¡Tobi!—gritó en su dirección.

—N-no me grites—hablo suave el pequeño, signo de que los gritos del rubio loco lo asustaron—Y yo no soy Tobi—al escuchar esas palabras Pain y Konan se giraron hacia el niño—Y-yo soy O-obito Uchiha. N-no s-soy Tobi.

La sala quedó en silencio ante la declaración. Todos estaban sorprendidos, pero no mas que, Itachi, ya que el fue parte de su clan; y Pain y Konan. Ambos sabían que él no era quien decía ser, ellos supuestamente sabían su verdadera identidad la cual se suponía que era Madara Uchiha, por ello el susto de revelar quién era, pero ahora era alguien más, completamente desconocido.

Tratando de disimular, Deidara lo llamó una vez más.

—Bien. Vamos Obito—el pequeño niño intento ponerse de pie y caminar pero las largas ropas se lo impedían haciendo que cayera al suelo de senton. <<No puede ser>> maldijo el rubio en su mente—Ya déjalo. No vas a poder.

Se acercó más Obito y lo cargo acomodando lo hacía un lado en su cadera.

Y todos volvieron a lo que hacían.

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Deidara entró al cuarto con el pequeño Obito en brazos. Luego lo sentó en la cama con cuidado.

Lo miro fijamente un momento donde el pequeño se sentía incómodo con la mirada del más alto. El rubio lo notó.

—Lo siento, pequeño—esa frase llevaba más cariño de lo que quiso, no lo había hecho a propósito, los niños no eran precisamente su “adoración”, pero aquel enfrente suyo era diferente para el.

—¿D-donde está mi papá?—se animó a preguntar el más bajo.

—¿Quien es tu papá, Obito?

Repentinamente el infante pareció dudar en responder.
¿Para que preguntaba si no iba a decir quién es?

—¿Podrías decirme...?

—Aqui está la ropa—dijo Konan entrando por la puerta.

—Tardó menos de los esperado—comentó Deidara.

—Si. También nos sorprendió a nosotros.—le entrego la ropa, era bastante sencilla y un pequeño suéter bastante acogedor—tengo que hablar con Pain ¿Podrías cuidarlo un poco más?

—Si. No hay problema.

La chica se retiró. El rubio se giró hacia el pequeño.

—Tengo la ropa para que te cambies. ¿Puedes hacerlo solo?—el niño asintió tímidamente.

En silencio observó cómo trataba inútilmente de quitarse las ropas más grandes. Algo desesperado se paró de su asiento y comenzó a quitarle la bata, poco a poco, se veían más cicatrices de cortes en su piel, todas del lado derecho.

<<¿Que demonios le habia sucedió?>>se preguntó Deidara con algo de tristeza.

Recordando lo de hace un momento volvió a preguntarle al pequeño.

—Obito ¿Podrías decirme cómo se llama tu papá?—Agarro la camisa azul y fue pasándosela encima de la cabeza con cuidado.

—Es que papá me dijo que no se lo dijera a cualquiera. Y si lo hago puede enojarse.

Si la curiosidad antes le picaba, ahora se lo estaba comiendo. ¿Y si ese sujeto le había hecho algo en el pasado?

—¿Entonces soy alguien cualquiera?

—N-no eres bastante amable. Y tu cabello es bonito.

Entonces al cambiarlo llegó a la parte baja. Lo miró mientras el niño hacia lo mismo.

—¿Quieres que continúe cambiandote o lo haces tú?—preguntó recordando el hecho de que debe ponerle otra ropa interior.

Un sonrojo recorrió sus mejillas.

—L-lo ha-hago yo.

El más alto se giró dándole un poco de privacidad.

—Anda, puedes dicirmelo, no se lo diré a nadie más.

—N-no lo se. ¿L-lo pro-prometes?

—Si, por supuesto. ¿Ya has terminado?

—Si—se giró despacio el niño está completamente vestido, la camisa azul y unos pantalones a la rodilla color negro. Lo que resaltaba en el era un rostro somnoliento.

Deidara, enternecido con la escena se acercó a él y lo recostó con suavidad en la cama y lo arropó con cuidado.

Acarició sus cabellos y su mejilla con cariño cuando comenzaba a cerrar sus ojitos. Estaba a punto de separarse de su lado cuando empezó a balbucear.

—¿Qué pasa?—preguntó en un intento de entender sus palabras.

—Mi papá se llama... Uchiha... Madara...

Y después de ello se durmió completamente.

Obito Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora